La sexta bienaventuranza está en el epílogo del libro, que comienza en 22:6. El énfasis en esta bienaventuranza es la veracidad del libro profético del Apocalipsis y la prontitud en su cumplimiento. Esto se nota más en la estructura de los versículos 6 y 7.
Los versículos 6 y 7, se enfocan más en: (1) las cosas que “deben suceder pronto” y (2) la pronta venida de Jesucristo. Según la revelación, habrá una serie de acontecimientos previos y posteriores a la parusía. Por una parte, la expresión “deben suceder pronto” (gene,sqai evn ta,cei) recuerda lo que registra Apocalipsis 1:1: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. Aquí, se resalta que los eventos profetizados en Apocalipsis se cumplirán indudablemente, y tendrán su clímax: la segunda venida. Es interesante que la palabra “pronto”, que aparece 8 veces en Apocalipsis, se use con el único propósito de enfatizar el retorno de Cristo (1:1; 2:16; 3:11; 11:14; 22:6, 7, 12, 20).[1] Por su parte, en Apocalipsis 22:6 aparecen las palabras “fieles y verdaderas”, y se enfocarían: (a) en el contenido total del Apocalipsis, y (b) a los eventos posteriores de la segunda venida, que incluyen aquellos que registran los capítulos 20-22: [1] el milenio (20:5, 7), [2] el juicio final (20:12-15), [3] la Nueva Jerusalén, (cap. 21), [4] la vida eterna con Dios (22:1-5).
Es muy probable que el que haya declarado “Bienaventurado”, en Apocalipsis 22:7, sea el mismo Jesús. Parece que en 16:15 sucedió lo mismo. Sin embargo, la otra posibilidad es que sea un ángel. De todos modos, ya sea Cristo o uno de sus ángeles, lo que sí es cierto es que el contenido profético tiene una fuente divina.
La sexta bienaventuranza enfatiza el origen divino del libro, porque su contenido es fiel y verdadero, cualidades del Dios que lo reveló. Apocalipsis no es un libro meramente humano, sino que es un libro con un mensaje de Dios, con el objetivo de mostrar los eventos futuros; para que, de esta manera, el creyente entienda y atesore la profecía, y así, finalmente, se prepare para lo vaticinado en este libro. Parte de esta preparación, sin lugar a dudas, es la experiencia de la felicidad. La segunda venida, el milenio y la nueva Jerusalén, serán una realidad.
Fuente: Oscar S. Mendoza, Las siete bienaventuranzas del Apocalipsis (España: Ediciones Fortaleza, 2019), 38-41.
Referencia:
[1]Si bien es cierto 11:14 se enfoca en el tercer “ay”, el cual es la séptima trompeta, la conexión con el advenimiento existe, porque el tercer “ay” tiene que ver con la segunda venida.