¿A quiénes representa «Babilonia la grande»? ¿En qué consiste la caída que revela Apocalipsis 14:8? ¿Cuál es el llamado del remanente a las personas que están en Babilonia? Trataremos de responder estas preguntas.
Identidad de Babilonia
Identificar a la “gran Babilonia”[1] es complejo. No obstante, el estudio de Ezequiel 16, Isaías 21, Jeremías 51 y las seis veces en que aparece en Apocalipsis (14:8; 16:19; 17:5; 18:2, 10, 21), será de gran ayuda. Estos textos permitirán identificar esta figura.
- “Babilonia la grande”, por el contexto escatológico y figurativo en el que aparece (14:8; 17:1-5), es simbólico y no literal. Por ejemplo, obsérvese los siguientes símbolos en el capítulo 14: “la bestia”, “la marca de la bestia” (vv. 9-10), “los 144.000” (vv. 1, 3), “el Cordero” (v. 4), etc. Por su parte, el capítulo 17 presenta: “gran ramera” (v. 1), “aguas” (v. 1), “bestia” (v. 8), “pelearán contra el Cordero” (v. 14), etc. Teniendo esto en mente, Babilonia apocalíptica no será el imperio babilónico antiguo restaurado, como muchos piensan,[2] puesto que actualmente no existe.[3]
- Babilonia, en el AT, ha sido enemiga de Dios y de su pueblo. Fue esta la que llevó cautivo a Israel (Judá) y profanó el santo templo de Dios, tomando los vasos de oro (Dn 1:2); por tanto, este reino connota idolatría y violencia (persecución). Desde esta perspectiva, Babilonia apocalíptica es un poder que blasfema el nombre de Dios y oprime al remanente (17:5, 14).[4]
- En Ezequiel 16, Israel, como pueblo de Dios en el AT, es presentado como “Babilonia” por la apostasía que acarreaba en ese momento, y se lo describe como una prostituta llena de halagas y de vestidos (vv. 15-18). Según la relación Babilonia-pueblo de Dios (Israel), “Babilonia” implica apostasía. Teniendo esto en consideración, la relación Pueblo de Dios-Apostasía-Babilonia permite interpretar que Babilonia apocalíptica representa a un poder o sistema político–religioso (cristiano), un falso “pueblo de Dios” que está en apostasía, es la cristiandad apóstata. Como ha rechazado la Palabra de Dios, esta no es poseedora de las promesas divinas. Según Hans LaRondelle, “la Babilonia apocalíptica, entendida como la cristiandad apóstata, culmina en una alianza de poderes eclesiásticos y políticos civiles para consolidar el dominio religioso sobre la tierra”.[5]
En conclusión, Babilonia apocalíptica representa a toda la cristiandad apóstata, que incluye tanto el poder papal como el protestantismo apóstata, que estarán en contra del remanente. Este sistema, según Apocalipsis 13 y 17, será liderado por la bestia que sube del mar.
La caída de Babilonia
En Apocalipsis, la “caída de Babilonia” significa:
- Sus actos de inmoralidad (14:8; 17:5; 18:2) e idolatría, las cuales también se relacionan con las verdades bíblicas que están en los mensajes de los tres ángeles. Por una parte, Babilonia embriaga a las naciones con falsas enseñanzas, con el objetivo de que estas rechacen el poder salvífico de Dios y las verdades reveladas en la Biblia. Por otra parte, el remanente testifica para reconocer el poder salvífico de Cristo y las verdades que se encuentran en su Palabra, en especial las que están en los tres mensajes angélicos.
- Esta caída, según el mensaje del segundo ángel, es un anuncio que profetiza su destrucción total (16:19; 18:10, 21), la cual se realizará en el “juicio a la ramera” (18:21-24). Este anuncio tiene como objetivo indicar que Babilonia está condenada. A pesar de su existencia, ella ya obtuvo la condena eterna y todo aquel que permanezca en ella, será destruido (14:10). Es por esta razón que el remanente invita a salir de Babilonia (18:4).
A través del segundo mensaje, el remanente proclama la caída de la gran ramera e invita al pueblo de Dios a salir de ella, con el fin de no continuar en la apostasía (Ap 18:4). El remanente no debe olvidar que también ha sido llamado para rescatar al pueblo de Dios invisible de las manos de este poder opresor. Como señala Joel Musvosvi:
Al considerar la naturaleza de la Babilonia mística o espiritual, debemos recordar que simboliza el sistema de creencias de las entidades que la caracterizan, no a sus miembros individuales. Los miembros de estos sistemas están invitados a elegir entre los sistemas falsos de creencias de Babilonia y el verdadero sistema descrito en la Biblia. No es correcto decir que los miembros de las organizaciones a las que pertenecen incluyen Babilonia.[6]
Fuente: «El mensaje del remanente en el tiempo del fin: los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12», Didajé 1/2 (2013): 82-85.
Referencias:
[1]Según Gregory Beale y Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, eds. G. K. Beale y D. A. Carson (Grand Rapids, MI: Baker Academy, 2007), 1132, la expresión “gran Babilonia”, probablemente, tiene como alusión el nombre de la ciudad expresado en Daniel 4:30. Este capítulo registra a Nabucodonosor auto glorificándose porque, según este rey, fue él el responsable de aquella grandeza. Como resultado de su orgullo, el reino se le fue quitado (v. 31).
[2]Entre ellos, Charles H. Dyer, “The Identity of Babylon in Revelation 17-18” (Master Th., Dallas Theological Seminary, 1979); Ibíd., “The Identity of Babylon in Revelation 17-18: Part 1”, Bibliotheca Sacra 144, no. 575 (1987): 305-316; Ibíd., “The Identity of Babylon in Revelation 17-18: Part 2”, Bibliotheca Sacra 144, no. 576 (1987): 433-449; Carballosa, 325-331; C. Dyer y A. E. Hunt, TheRise of Babylon: Sign of the End Times (Wheaton: Tyndale, 1991); Kenneth W. Allen, “The Rebuilding and Destruction Babylon”, Bibliotheca Sacra (1976): 19-27; Thomas D. Ice, “Babylon in Bible Prophecy”, Pre-Trib Research Center (2009): 1-3; Thomas R. Edgar, “Babylon: Ecclesiastical, Political, or What?”, Journal of the Evangelical Theological Society 25, no. 3 (1982): 333-341. En adelante JETS. John Walvoord y R. Zuck, The Bible Knowledge Commentary (Wheaton, IL: Victor Books, 1985), 973; J. A. Seiss, The Apocalypse: Lectures on the Book of Revelation (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1964), 397.
[3]Los dispensacionalistas, promotores del rapto secreto, creen que “Babilonia” será el mismo imperio restaurado que reaparecerá en el futuro. Sin embargo, tal interpretación no respeta la naturaleza simbólica de Apocalipsis. Recuérdese que en el AT se profetizó que el imperio babilónico “nunca más será poblada […] y sus días no se prolongarán” (Is 13:19-22; 48:14; Jer 50:2-10). Sobre el cumplimiento profético veterotestamentario de la caída del imperio neo babilónico, véase Homer Heater, Jr., “Do the Prophets Teach that Babylonia will be Rebuilt in the Eschaton?”, JETS 41, no. 1 (March, 1998): 23-44.
[4]Hay similitudes entre Babilonia antigua y Babilonia escatológica. Por un lado, Babilonia antigua persiguió al pueblo de Dios, fue idólatra y blasfemó el nombre de Dios. Por otro lado, Babilonia escatológica “bebe la sangre de los santos” (Ap 17:4), embriaga a las naciones (14:8) y tiene “nombres blasfemos” (17:3).
[5]LaRondelle, “Remanente y mensajes de los tres ángeles”, TTA, 985. Véase, también, Ibíd., “Babylon: Anti-Christian Empire”, SR-Book 2, 7:157-163; Ibíd., Las profecías del fin, 407-12. Los siguiente teólogos piensan de manera similar a LaRondelle; entre ellos, Don L. Garilva, “The Development of Ellen G. White’s Concept of Babylon in The Great Controversy”, JATS 18, no. 2 (2007): 223242; Ekkehardt Mueller, “Introduction to the Ecclesiology of the Book of Revelation”, JATS 12, no. 2 (2001): 213; Stefanovic, 448; Mario Veloso, Apocalipsis y el fin del mundo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 183-4; Clifford Goldstein, “La crisis económica mundial ¿una predicción bíblica?”, Revista adventista, julio, 2010, 7; Fernando Chaij, El drama inminente (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 122.
[6]“El mensaje del primer ángel”, en Lecciones de escuela sabática (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, julio-septiembre, 2001), 77.