Introducción
El libro de Apocalipsis, en relación a su cumplimiento profético, está dividido en tres partes:*
- Parte histórica (caps. 1-11)
- Parte intermedia (caps. 12-14)
- Parte escatológica (caps. 15-22)
¿Por qué “parte histórica”? Porque hoy, estando en el año 2019, la gran mayoría de profecías de esos once primeros capítulos, ya se han cumplido desde el año 31 hasta 1798/1844 d.C. Como esos acontecimientos ya se cumplieron, ahora son historia.
¿Por qué “parte escatológica”? Porque las profecías de estos últimos ocho capítulos (15-22), aún no se han cumplido. Estos tendrán su cumplimiento en el futuro, comenzando con la crisis final, y siguiendo con la segunda venida, el milenio y la tierra nueva.
¿Por qué “parte intermedia”? Porque en esos tres capítulos (12 al 14), lo histórico y escatológico están entretejidos. Dicho de otro modo, hay elementos históricos y escatológicos.
La primera parte, que incluyen los capítulos 1 al 11, también está dividido en tres partes (porque se registran tres visiones):
- Primera visión: Las siete iglesias, caps. 2 y 3
- Segunda visión: Los siete sellos, caps. 6 al 8:1
- Tercera visión: Las siete trompetas, caps. 8:6-11:18
Lo interesante, es que cada visión tiene su propia Introducción. Por ejemplo:
- Introducción de la primera visión: 1:9-20
- Introducción de la segunda visión: caps. 4 y 5
- Introducción de la tercera visión: 8:2-5
Como lo abordaremos más adelante, cada Introducción arroja elementos claves para entender cada una de las visiones.
Por tanto, cada Introducción con su respectiva visión, quedaría así:
A. Introducción: 1:9-20
A.1. Visión de siete iglesias (caps. 2-3)
B. Introducción: capítulos 4 y 5
B.1. Visión de los siete sellos (caps. 6-8:1)
C. Introducción: 8:2-5
C.1. Visión de las siete trompetas (caps. 8:6-11:18)
Ahora, nos dedicaremos a comentar, brevemente, el capítulo 1 de Apocalipsis. Por supuesto, en base a lo comentado arriba, este capítulo es Introductorio, tanto para todo el libro (vv. 1-8) como para la visión de las siete iglesias (vv. 9-20).
Primera parte: Introducción del libro (vv. 1-8)
Estos ocho primeros versículos, tienen como objetivo revelar aspectos básicos del libro. Por ejemplo:
- Autor: el apóstol Juan (v. 1).
- Objetivos: Que el creyente: (1) conozca mejor a Jesucristo (v. 1), (2) experimente la felicidad (v. 3), (3) se prepare paras las cosas que sucederán pronto (v. 1), (4) se motive, al reconocer que todo estaba y está bajo el control divino (v. 17).
- Género literario del libro: apocalíptico bíblico (v. 3), ya que contiene profecías y muchos símbolos. Este género se usa en el libro de Daniel.
- Contexto histórico: Juan, cuando escribió el Apocalipsis, estaba encarcelado en la isla de Patmos (v. 9). El emperador romano que ordenó su captura, fue Domiciano. ¿Por qué razón? Porque Juan no quiso adorarlo (dicho emperador había dado la orden de que todo el imperio debía adorar al César). Se reconoce que el año 95 dC fue cuando Juan escribió el Apocalipsis. Posteriormente, estando Juan ya libre, fue a pastorear a la iglesia en Éfeso, hasta el año 100 dC, cuando murió.
- Destinatarios: El versículo 11 declara que Juan debía enviar el libro a las 7 iglesias de Asia menor; y así pasó. Sin embargo, y era algo que sucedía en aquella época, al final llegó a todas las iglesias, no solo a las siete ciudades bajo mención. Al llegar, este debía ser leído en todos los cultos.
Las expresiones “palabra de Dios” y “testimonio de Jesucristo” (vv. 2, 9) aparecen varias veces en Apocalipsis (1:2, 9; 12:17; 19:10; 20:4). Lo más probable, es que se refieran al Antiguo Testamento y al Nuevo Testamento; a toda la palabra profética de las Escrituras; a la revelación misma del Padre y del Hijo, mostrada a los profetas y comunicada a la iglesia. Para ser más específico en cuanto al “testimonio de Jesucristo”, por ser un genitivo subjuntivo, este consiste en la revelación misma de Jesús, transmitida a los profetas.
Apocalipsis 1:3 es cúltico, y registra la primera bienaventuranza, de las siete en total que hay en el Apocalipsis (1:3; 14:13; 16:15; 19:9; 20:6; 22:7, 14). Lo que quiere mostrar la primera bienaventuranza, es que uno puede ser feliz, “siempre y cuando lea, oiga y guarde la palabra profética del libro, el contenido total del Apocalipsis. A menos que incumpla uno de ellos, el lector no podrá llegar a la plenitud de la felicidad” (Mendoza, Las siete bienaventuranzas, 29).
¿Quiénes son los siete espíritus (v. 4)? Indudablemente, estos siete espíritus representan a una de las Personas de la Trinidad, a saber, al Espíritu Santo. ¿En base a qué argumentos? (1) El trasfondo de los “siete Espíritus”, se encuentra en Isaías 11:2, donde registra las siete designaciones del Espíritu de Jehová, o sea, del Espíritu Santo. (2) Otro texto del AT, es Zacarías 4:2, 10, donde señala que los ojos del Señor recorren la tierra, aludiendo al Espíritu que registra el verso 6 (ver G. Osborne, Revelation, 72-73; R. Mounce, Comentario al libro de Apocalipsis, 91-92). (3) Para Ángel M. Rodríguez, como en las escenas del trono celestial, se mencionan a “Dios”, al “Cordero” y a los “siete espíritus”; entonces, los siete Espíritus refieren la plenitud Espíritu Santo (Ap 5:6; ver “El Espíritu Santo en el Apocalipsis”, https://adventistbiblicalresearch.org/es/materials/holy-spirit/el-esp%C3%ADritu-santo-en-apocalipsis). Otro elemento que muchos consideran (R. Stefanoviç, Revelation of Jesus Christ, 86; G. Ladd, El Apocalipsis de Juan, 26), es la mención del Espíritu en cada carta a las siete iglesias. Como se mencionan siete veces la expresión “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”; por tanto, los siete Espíritus serían paralelos al Espíritu Santo.
Desde el verso 4 hasta el 8, Juan saluda a las siete iglesias, poniendo énfasis en la Persona, atributos y acciones de Jesucristo (vv. 5, 6). Parte de este saludo, está el clímax del Apocalipsis: la promesa de la segunda venida de Cristo (vv. 7-8).
Segunda parte: Introducción de la visión de las siete iglesias (vv. 9-20)
Juan inicia la Introducción a la primera visión, señalando que estaba “en el Espíritu” (expresión usada comúnmente por los profetas) en el “día del Señor”. ¿A qué día se refiere Apocalipsis 1:10? En el cristianismo, hay varias propuestas, pero solo mostraremos las tres principales: (a) Al día domingo; (b) al día sábado; y (c) a la segunda venida. ¿Cuál de las tres es la propuesta con mayor sustento bíblico?
Primero, el día del Señor no puede ser la segunda venida, porque el texto describe a Juan reposando un día; no es explícita la idea de que Juan estaba, en visión, presenciando la segunda venida. ¡No hay visión alguna de la segunda venida en todo el capítulo 1! Segundo, tampoco puede ser el domingo, porque no existe ni un solo texto bíblico que indique que Jesús sea el Señor del domingo; aún el mismo Pablo identifica al domingo como “primer día de la semana”, y no como “día del Señor” (1 Corintios 16:2). Es más, no hay evidencia histórica, del primer siglo, que corrobore que los cristianos hayan guardado el domingo. Al contrario, la evidencia provista por el Nuevo Testamento, revela que los apóstoles (por supuesto, incluyendo Juan) guardaban el sábado (Hch 17:2). Tercero, la única propuesta con mayor sustento, es la que identifica el día del Señor como sábado. Y esta identificación es explícita en Marcos 2:28: “Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado”. Por tanto, Apocalipsis 1:10 describe a Juan guardando el sábado.
Desde el verso 11, Juan ve su primera visión. Observa a Jesucristo en el santuario celestial, ubicado en medio de los siete candeleros de oro (vv. 11-12). Esta descripción revela la existencia de un santuario en el cielo, siendo este un lugar real.
A Cristo se le llama “Hijo de Hombre”, aludiendo al “Hijo de Hombre” de Daniel 7:13. Por supuesto, ambos profetas se refieren a la misma Persona: Jesucristo. ¿Por qué el título de “Hijo de Hombre”? Por algunas razones: (1) Porque es un título mesiánico (a Jesús lo identifica como el Mesías prometido); (2) Porque es el Dios encarnado; en sí, este título revela su divinidad y humanidad; (3) Porque destaca su realeza (este título era atribuido, en muchas ocasiones, a los reyes).
Cuando se hace una comparación entre Apocalipsis 1 y Daniel 7, podemos ver que los atributos divinos que tiene el Padre en Daniel 7, ahora los tiene el Señor Jesús en Apocalipsis 1. Observe la siguiente tabla:
El Padre (AT) | El Hijo (Apocalipsis) |
Cabellera blanca (Dn 7:9) | Cabellos blancos (1:14) |
Trono de llama de fuego (Dn 7:9) | Ojos como llama de fuego (1:14) |
Ruedas de llama ardiente (Dn 7:9) | Sus pies… refulgentes como en un horno (1:15) |
Señor de señores (Deut 10:7) | Señor de señores (17:14) |
Rey y Juez misericordioso (Is 63:1-2) | Rey y Juez misericordioso (19:13) |
- ¿Por qué razón la descripción que se presenta del Padre en Daniel 7, la tiene también Cristo en Apocalipsis 1? Porque Juan, en Apocalipsis, no solo quiere describir a un Cristo humano, sino también divino. Él es el Dios encarnado y el eterno (por eso su cabellera es blanca, v. 14; cf. Juan 1:1, 14, 18).
- Apocalipsis 1 también desea mostrar a Cristo como Sumo sacerdote en el santuario celestial. A Él se lo describe con una ropa “que llegaba hasta los pies”, “ceñido por el pecho con un cinto de oro” (v. 13) y en medio de “siete candeleros” (v. 12). Por supuesto, esta es la descripción de un Sumo sacerdote.
- El verso 16 señala que Cristo tenía, en su mano, “siete estrellas”. ¿A qué representan estas estrellas? Según el verso 20, a los “ángeles” (o mensajeros) de las siete iglesias; o sea, sus líderes principales.
- ¿Qué quiere decir “Tengo las llaves de la muerte y del Hades”? La muerte se refiere a la eterna, y “Hades” simboliza lo demoníaco (en Ap 6:8 está vinculado con la muerte). Según la literatura judía, este tipo de llaves “pertenece solo a Dios” (Tg. Jer. acerca de Génesis 30:22; Sanh. 113a, citado en Mounce, 109). Cuando el texto indica que Cristo tiene esta clase de llaves, está señalando que Él ha vencido a la muerte por medio de su resurrección; esto le da poder de resucitar a sus seguidores, para que la muerte eterna no tenga poder sobre ellos (Stafanoviç, 109).
- ¿Qué se entiende por la expresión “cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas” (v. 19)? (a) Las cosas que has visto. Por supuesto, lo registrado en todo el capítulo 1, lo que Juan acababa de ver (b) Las cosas que son. Posiblemente, lo que estaban experimentando las siete iglesias en esos días (recuerde que, si bien es cierto Ap 2-3 tiene un valor profético, las siete iglesias sí existieron en el primer siglo). (c) Las que han de ser después de estas. Aquellos eventos proféticos que tendrían cumplimiento después de haberse escrito el Apocalipsis (estos, indudablemente, se registran en Ap 2-22), que va desde el siglo II hasta la tierra nueva y la vida eterna (caps. 20-22).
- Finalmente, ¿a qué representan los siete candeleros? Una vez más, el verso 20 responde: a las siete iglesias.
Reflexión
- Apocalipsis 1 revela el interés que tiene Dios sobre nosotros; no solo por nuestro presente, sino también por nuestro futuro.
- Uno de los objetivos del Apocalipsis, es que tú y yo seamos felices. Esto va a depender si leemos y guardamos lo que este libro contiene.
- El Señor desea que nos preparemos para su segunda venida, siempre y cuando sea bajo su dirección. Él tiene preparado un futuro glorioso y eterno para ti.
- Finalmente, recuerda que Dios tiene el control de todo y dirige la historia de la redención de sus hijos desde su santuario celestial. Por tanto, no hay que temer por lo que suceda. Somos llamados a siempre estar tranquilos. Él es nuestro Pastor, nuestras vidas están en sus manos.
Referencias:
* Para ampliar el panorama sobre estas tres partes, ver Oscar S. Mendoza, “Los 144.000 y la gran multitud en Apocalipsis 7 y 14”, Theologika (2011): 76-79.
** Para un mayor estudio sobre la veracidad del Apocalipsis, ver Oscar S. Mendoza, Las siete bienaventuranzas del Apocalipsis (Valencia: Fortaleza Ediciones, 2018), 31-33.