Diferencias teológicas entre adventistas, católicos y evangélicos

Por muchos siglos, las tres principales religiones en el mundo han sido el cristianismo, el judaísmo y el islamismo. Sin embargo, en los últimos años, el ateísmo posmoderno ha crecido en gran manera, convirtiéndose en uno de los movimientos con más adeptos ¿Las razones? La crisis económica mundial, los desastres naturales, la situación moral actual, etc. han provocado un rechazo abierto a las acciones divinas y, por ende, al mismo Dios. En varios lugares de Europa, por ejemplo, se vive como si Dios no existiera.[1]

Por su parte, el cristianismo está siendo desafiado con dos grandes problemas: (1) el externo: la influencia oriental por medio de la Nueva Era y (2) el interno: sus divisiones teológicas. Increíblemente, el cristianismo se ha convertido en una religión pluralista.[2] Esto ha generado un sin número de denominaciones, sectas, creencias y estilos de vida diferentes en su mismo seno, causando un rechazo abierto a ella por parte de las religiones no cristianas.

Desafíos semejantes, también, experimenta la Iglesia Adventista del Séptimo Día (en adelante IASD). Por ejemplo, varios ven al adventismo como una religión evangélica, común a las otras. A esto le acompaña la idea de que el pensamiento teológico del mundo adventista y del mundo evangélico es demasiado semejante. Así, una comprensión inclusivista sería la mejor alternativa;[3] y el adventismo, supuestamente, no tendría una identidad profética, un mensaje distintivo ni una misión escatológica.[4]

Puesto que sí existe un remanente en la actualidad, y tiene una misión y un mensaje distintivos para este tiempo, en este artículo se abordará su papel como tal, en un mundo cristiano pluralista. Para ello, (1) se comparará las creencias de los católicos, evangélicos y adventistas; (2) se estudiará las razones de las diferencias teológicas en ambos sectores (católico-evangélico y adventista); (3) se analizará, brevemente, sus fuentes teológicas y (4) finalmente, se hablará acerca del rol del adventismo en estos tiempos.

1. Comparando las creencias de los católicos, evangélicos y adventistas

Quizá, para algunos resulte increíble aceptar la similitud —en forma y fondo— de muchas de las creencias de los católicos y evangélicos, porque se supone que el segundo grupo fue etiquetado como “protestante”. Sin embargo, tal similitud sí existe. Por su parte, los adventistas del séptimo día sostienen creencias que, aparentemente en la forma, son similares a la de los evangélicos; pero que, en realidad, en el fondo son diferentes. Obsérvese la siguiente tabla:[5]

CreenciaCatolicismoEvangelicalismoAdventismo
DiosAtemporal y TrinidadAtemporal y TrinidadTemporal y Trinidad
OrígenesEvolucionismo teístaEvolucionismo teístaCreacionismo
LeyFue cambiadaFue abolidaEs aceptada y obedecida
Día de reposoDomingoDomingoSábado
Segunda venidaJuicio finalRapto secreto y juicio finalVisible y gloriosa, pre-milenial.
Alma y MuerteEl alma es inmortal (acuden al cielo, purgatorio o infierno)El alma es inmortal (después de morir, van a un estado intermedio)El ser humano es un alma y es mortal.
Santuario celestialEs simbólico. María, los santos y los sacerdotes interceden.Es simbólico. El creyente es un “santuario vivo”.Es real. Cristo es el único Sumo sacerdote.
Juicio investigadorNo hay un juicio investigador desde 1844 DC.No hay un juicio investigador desde 1844 DC.El juicio investigador inició en 1844 DC.
SalvaciónGracias a la observancia de los sacramentos. María, los santos, los sacerdotes y la Iglesia administran la salvación.Gracias a la predestinación dual y la “justificación por la fe”. La ley no tiene que ver con la salvación.Incluye la Justificación, Santificación y Glorificación. La salvación se debe entender a la luz del santuario.

Como se percibe, varias de las creencias del catolicismo y evangelicalismo, en el fondo, son muy semejantes. Sin embargo, hay diferencias substanciales entre las creencias que sostiene el adventismo y las creencias que sostiene el mundo católico-evangélico. Por tanto, no es recomendable señalar que ambos sectores tienen creencias semejantes.

2. ¿Por qué las diferencias?

En el fondo, son varias las creencias que diferencian a los adventistas de los católicos y evangélicos ¿La razón? Probablemente, como se ampliará más adelante, sea los fundamentos (o fuentes) de cada creencia. Los católicos y evangélicos tienen como fundamentos la Filosofía griega clásica y la Tradición (interpretación de los teólogos), que vienen a ser fuentes extra-bíblicas; por su parte, los adventistas tienen como único fundamento la Biblia, aplicando los principios de sola, tota y prima Scriptura.

Otra de las razones de estas diferencias teológicas, es la identidad profética del adventismo como remanente (el de Ap 12:17), mientras que el catolicismo y el evangelicalismo conforman Babilonia apocalíptica. Por una parte, el remanente guía a los moradores de la tierra a toda verdad; por otra parte, Babilonia contamina con el vino de su “fornicación” (Ap 14:8).

La tercera razón es que los adventistas creen y proclaman los Mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12. Ellos se han identificado como el remanente del tiempo del fin, porque consideran que los tres ángeles son símbolos de ellos mismos, y que se les comisionó predicar tales mensajes. Por tanto, tal identificación, mensaje y misión proféticos son relevantes para su actual y futura existencia ¿Por qué? Porque estos tres mensajes: (1) revelan las verdades que Dios desea que el mundo conozca, con el objetivo de prepararse para la segunda venida de Cristo y así no caer en el engaño de Babilonia; (2) ayudan a identificar al remanente y su misión, con el fin de reconocerlo fácilmente; (3) demuestran la relevancia de conocer al Cristo verdadero de la Escritura y (4) permiten distinguir a los verdaderos adoradores de los falsos adoradores en el tiempo del fin.[6]

Un punto a destacar —que ayudará a encontrar otra razón de las diferencias— son las verdades bíblicas que se revelan en estos tres mensajes angélicos.[7] Por ejemplo, en el primer mensaje, el ángel proclama “el evangelio eterno”, invita a adorar a Dios a la luz del “cuarto mandamiento” de Éxodo 20, llama a reconocer a Dios como el “Creador” (poniendo énfasis en el creacionismo)[8] y anuncia la hora de su “juicio”, el cual se desarrolla en el “santuario”. En el segundo mensaje, el ángel anuncia la caída de Babilonia (como resultado del juicio) y advierte a salir de ella (esta advertencia es explícita en la ampliación de Ap 18:4, donde se invita a salir de Babilonia). En este mensaje hay un énfasis judicial y eclesiológico, porque aquellos que salgan de Babilonia, irán a las filas del remanente, la iglesia del tiempo del fin.[9] De manera interesante, aquellos que salgan de Babilonia, habrán abandonado las falsas enseñanzas y habrán decidido adorar a Dios en “Espíritu y verdad” (Jn 4:24; énfasis añadido).[10] En el tercer mensaje, el ángel da un mensaje de advertencia para no adorar a la bestia ni a su imagen. Aquellos que adoren a la bestia, recibirán su marca y, por parte de Dios, recibirán un juicio por medio de las plagas postreras. Aquí, una vez más, está el énfasis judicial. Los “mandamientos” y la “fe de Jesús” forman parte del mensaje del tercer ángel, mostrando así su relevancia. De acuerdo con el contexto, aquellos que tengan la marca de la bestia irán en contra de la ley, de la Palabra profética de Dios y de los santos (los sellados).[11]

Estos tres mensajes angélicos, con certeza, permiten concluir que estos son una de las razones principales de las diferencias doctrinales entre adventistas y católicos-evangélicos. Si no fuera por Apocalipsis 14:6-12, otra sería la situación del remanente. Este texto le ha dado relevancia a la Palabra de Dios y ha sido el soporte teológico del adventismo, y así, ser un pueblo distintivo (una luz en el mundo cristiano).

En conclusión, las diferencias están, porque el remanente ha sido comisionado por Dios para proclamar la verdad presente, tal verdad que no la tienen el evangelicalismo ni catolicismo como profesión de fe.


Referencias:

[1]Esto se debe al relativismo, concepto muy arraigado en el Posmodernismo. Supuestamente, al no existir la verdad absoluta, y al haber tanta crisis y crímenes en el mundo, Dios estaría muerto y la gente llega a vivir como si el Creador no existiera. Por ejemplo, este es uno de los planteamientos del filósofo André Glucksmann (La tercera muerte de Dios [Barcelona: Editorial Kairós, 2001]; ibíd., “La tercera muerte de Dios”, El País, http://elpais.com/diario/1998/01/07/internacional/884127611_850215.html [consultado: 12 de septiembre de 2016]. Una propuesta semejante está en Christopher Hitchens, Dios no es bueno, trad. Ricardo García [Buenos Aires: Debate, 2008]). Para un análisis crítico al respecto, ver Carmelo Martínez, “Ateísmo posmoderno: Análisis y crítica de sus argumentos”, DavarLogos 9/2 (2010): 195-205. En adelante DL. Francisco Conesa, “El nuevo ateísmo: Exposición y análisis”, Scripta Theologica 43 (2011), 547-592.

[2]Esto es aún más notorio en el Concilio Mundial de Iglesia, donde mostrar arrogancia doctrinal es pecaminoso, porque la verdad no es absoluta sino relativa. Para el Ecumenismo, la Biblia no es normativa; en cambio, la experiencia sí lo es (Temas de fe & libertad: Defendiendo los derechos de profesar, practicar y promover nuestras creencias, trad. Elizabeth Salazar y Claudia Blath [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009], 209-210).

[3]Ver Rolf Pöhler, “The Remnant and the Others: A Reappraisal of Adventist Remnant Theology”, La Sierra University, https://lasierra.edu/fileadmin/documents/religion/asrs/ASRS-Papers-2011-06-Remnant.pdf (consultado: 12 de septiembre de 2016); ibíd., Continuity and Change in Adventist Teaching: A Case Study on Doctrinal Development, Friedensauer Schriftenreihe, Series A, Theology, vol. 3 (Frankfurt: Peter Lang, 2000), 105-109; Jack Provonsha, A Remnant in Crisis (Hagerstown, MD: Review and Herald, 1993).

[4]Un análisis crítico a este planteamiento, está en Carmelo Martínez, “El concepto del remanente en la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Razones subyacentes en el debate contemporáneo” (Tesis doctoral, Universidad Adventista del Plata, 2002); Ángel M. Rodríguez, “The Remnant and the Adventist Church”, Biblibcal Research Institute, https://adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/remnantSDAchurch_0.pdf (consultado: 02 de agosto de 2005); Fernando Canale, “On Being the Remnant”, Journal of the Adventist Theological Society, 24/1 (2013): 127-174. En adelante JATS. Oscar Mendoza, “El remanente en Apocalipsis 12 al 14 y la Iglesia Adventista del Séptimo Día”, Didajé 1/1 (2012): 73-108. En adelante Did.

[5]La información para esta tabla, fue obtenida de las siguientes fuentes: Catolicismo: Catecismo de la Iglesia Católica, http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c2a7_sp.html (consultado: 19 de noviembre, 2014); Catecismo joven de la Iglesia Católica (Madrid: Encuentro, 2011); Juan Pablo II, “Dies Domini”, Vatican, www.vatican.va (consultado: 21 de abril, 2014), pár. 37. Evangelicalismo: Keith H. Essex, “The Rapture and the Book of Revelation”, The Master’s Seminary Journal 13/2 (2002): 239; F. F. Bruce, Las epístolas a los Hebreos, trads. Marta Márquez y Catherine Feser (Grand Rapids, MI: Libros Desafíos, 2002), 202-203; Millard Erickson, Teología sistemática, 2da ed., trad. Beatriz Fernández (Barcelona: Clie, 2008); Wayne Grudem, Systematic Theology: An Introduction to Bible Doctrine (Grand Rapids, MI: Zonverdan, 1994); Juan Calvino, Instituciones de la religión cristiana, 2da ed., vol. 2 (Países Bajos: Felire, 1981); L. Boettner, La predestinación (Grand Rapids, MI: Subcomisión Literatura Cristiana, 1968); R. Mayer, “Fiesta”, en Diccionario teológico del nuevo testamento, ed. Lothar Coenen, et. al (Salamanca: Sígueme, 1990); Lewis S. Chafer, Systematic Theology (Grand Rapids, MI: Kregel, 1993). Adventismo: Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día,Creencias de los adventistas del séptimo día, 1era ed. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007); Tratado de Teología adventista del séptimo día, ed. Roul Dederen, trads. Tulio N. Peverini, et. al. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009); Roy E. Gane, “Christ at his Sanctuary: Toward Adventist-Evangelical Dialogue” (Documento presentado en el Diálogo con el World Evangelical Alliance, Universidad Andrews, 6 de agosto, 2007); Ángel Manuel Rodríguez, Cruzando el abismo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008); Jiří Moskala, “Toward a Biblical Theology of God’s Judgment: A Celebration of  the Cross in Seven Phases of Divine Universal Judgment (An Overview of a Theocentric-Christocentric Approach)”, JATS 15/1 (2004): 138-168; Mervyn Moore, El juicio investigador: Su fundamento bíblico, trad. Walter Erwin Steger (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2011).Si mal interpreté involuntariamente sus puntos de vista, pido disculpas.

[6]La cosecha de estos tres mensajes angélicos, proclamados en el fuerte pregón, se verá en los 144,000 de Apocalipsis 7 y 14 (cf. 7:1-8). Sobre los 144,000 en el Apocalipsis, véase Ekkehardt Müller, “The 144,000 and the Great Multitude”, Biblical Research Institute, http://www.adventistbiblicalresearch.org/documents/144,000greatmultitude.htm (consultado: 16 de abril, 2008); Beatrice Neall, “Sealed Saints and the Tribulation”, en Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical Studies, Book 1, ed. Frank Holbrook (Silver Spring, MI: Biblical Research Institute, 1992), 245-78; Oscar Mendoza, “Los 144,000 y la gran multitud en el contexto de Apocalipsis 7 y 14”, Theologika 26/1 (2011): 48-82. En adelante Theo. Silvia Scholtus, “Los 144.000 en el plan de salvación”, Theo 29/1 (2014): 36-81.

[7]Para un mayor estudio, véase Oscar S. Mendoza, “El mensaje del remanente en el tiempo del fin: Los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12”, Did 1/2 (2013): 66-96.

[8]Un amplio estudio, está en Norman Gulley, Systematic Theology: Creation, Christ, Salvation (Berrien Spring, MI: Andrews University Press, 2012), 170-357.

[9]Acerca del remanente del tiempo del fin, ver Toward a Theology of the Remnant, ed. Ángel Manuel Rodríguez (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 2009); Martínez, “El concepto del remanente en la Iglesia Adventista del Séptimo Día”; Clifford Goldstein, El remanente: ¿Realidad bíblica o ilusión sin base?, trad. Armando Collins (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999); Mendoza, “El remanente en Apocalipsis 12 al 14”, 73-108.

[10]Oscar Mendoza, “ʻDios es espírituʼ: Un estudio de Juan 4:24”, Berit Olam 13/1 (2016): 42-64. En adelante BO.

[11]Estas falsas enseñanzas son antagónicas a las verdades reveladas en los tres mensajes angélicos. Aquí se nota la relevancia de la verdad bíblica —la Palabra de Dios— en la crisis final que se avecina. Elena de White señala: “Solo los que hayan estudiado diligentemente las Escrituras y hayan recibido el amor de la verdad en sus corazones, serán protegidos de los poderosos engaños que cautivarán al mundo” (Conflicto de los siglos [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007], 651).