Grupos Pequeños: Aspectos básicos

Como idea divina,[1] el Grupo Pequeño[2] es un conjunto de creyentes que se reúnen cada semana en casas para ayudarse mutuamente en el crecimiento espiritual y en el cumplimiento de la misión. Estos grupos tuvieron su origen principalmente con Cristo como líder y sus doce apóstoles, como se registra en pasajes como Juan 1:35-39, 41-42, 44-51. Fue Cristo quien estableció el primer GP en la historia del cristianismo.[3] Tras su ascensión, la iglesia apostólica adoptó el modelo del GP de Cristo y luego estableció nuevos grupos.[4] Esto se corrobora en el texto principal de la Teología de los GPs:

«Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración […] Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes, y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos» (Hch 2:42-47).

En la iglesia primitiva, este tipo de encuentros era habitual. Aunque seguían asistiendo al templo diariamente y a la sinagoga de vez en cuando,[5] las reuniones en hogares eran fundamentales para fortalecer y hacer crecer a esta incipiente comunidad cristiana.

El Manual de la Iglesia Adventista (ed. 2010) propone la creación de “Grupos de estudio de la Biblia” en los hogares, con el objetivo de fomentar el estudio de las Escrituras y la comunión con Dios entre los miembros de la iglesia, así como de alcanzar a personas no creyentes que podrían no sentirse cómodas en un entorno eclesiástico formal, pero sí en un ambiente hogareño y tranquilo.[6]

Las razones para elegir este nuevo estilo de vida, que implica reuniones en hogares, se evidencian en los objetivos de los GPs presentados en el libro de Hechos. Al menos se proponen cinco:

  1. La preservación y la salvación de los hijos de Dios (2:46-47; 5:42; 12:12; 16:40).
  2. Motivar al cumplimiento de la misión (2:47; 5:42).
  3. Promover el discipulado y el desenvolvimiento de los dones y talentos de cada creyente (5:42; 20:20).
  4. Promover la familiaridad entre los creyentes (2:41, 45).
  5. Satisfacer las necesidades personales (2:44-45).

Se desarrollarán brevemente cada uno de ellos.

1. La preservación y la salvación de los hijos de Dios

El propósito primordial de los GPs es salvífico más que meramente fraternal. Aunque es cierto que en estas reuniones se atendían las necesidades tanto psicológicas como físicas de los participantes, la prioridad estaba en velar por la salvación de los hijos de Dios y de los futuros creyentes. No se limitaban a confraternizar y compartir comidas; en cambio, se dedicaban a alabar a Dios, abrir las Escrituras y agregar diariamente a aquellos que iban a ser salvos (énfasis añadido). Los GPs han sido y siguen siendo uno de los instrumentos de salvación más poderosos mediante los cuales el Señor cumple su misión. Sin duda, constituyen un puente misionero para la atracción de personas hacia Cristo, para su consolidación en la fe y para la presentación vibrante de un nuevo estilo de vida en el reino de los cielos. Según Jolivê Chaves, “Los GPs desempeñan un papel importante en la reforma y en el reavivamiento que la Iglesia necesita en su preparación para el regreso de Jesús”.[7]

2. Motivar al cumplimiento de la misión

Uno de los objetivos primordiales de los GP es cumplir con la misión de llevar el evangelio “a toda nación, tribu y lengua” (Apoc. 14:7). A diferencia de las campañas en carpas o en las megas iglesias, los GPs permiten que el evangelio alcance lugares de difícil acceso.

Motivar y obtener una respuesta positiva hacia la predicación del evangelio en el templo, donde hay una gran cantidad de hermanos, puede resultar desafiante. Sin embargo, el mejor escenario para fomentar y comprometer a los miembros de la iglesia en el evangelismo es en el entorno hogareño, a través de los GPs. Según Francisco Quintero, estos grupos constituyen una fuerza misionera dentro de la iglesia, ampliando su alcance al involucrarse en áreas como la familia, clases para padres, salud, etc.[8]

Es esencial tener presente que el principal propósito de los GPs es la salvación de las personas, especialmente la redención de aquellos que aún no conocen a Cristo. Este objetivo se ve reflejado claramente en Hechos 2:47, donde se menciona que “el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos”. Por lo tanto, en los hogares donde se reúnen los GPs, además de mencionar a “Cristo”, la palabra fundamental que debe resonar es “misión”.

3. Promover el discipulado y el desenvolvimiento de los dones de cada creyente

Otro propósito fundamental de los GPs es fomentar el discipulado en cada creyente, lo que implica motivar, capacitar y equipar a los participantes. Para lograrlo, se requiere: 1) aprovechar las habilidades, talentos y dones de cada miembro para fortalecer tanto el GP como la iglesia en su conjunto,[9] y 2) brindar educación integral tanto a las familias como a cada individuo. Según Arilton de Oliveira, “El trabajo en grupos pequeños enfatiza el sacerdocio de todos los creyentes, promoviendo que cada miembro de tal grupo pueda desarrollar la tarea que Dios ha dado”.[10] En el Bellevue Baptist Church correctamente se declara:

“Los grupos pequeños son la espina dorsal de nuestra iglesia porque allí es donde cada miembro tiene el potencial de desarrollarse en un cristiano maduro. En el grupo pequeño las personas se encuentran con un ambiente más íntimo donde pueden compartir más cómodamente con los otros miembros del grupo y de esta manera se hacen relaciones de amistad más fuertes y duraderas”.[11]

4. Promover la familiaridad entre los creyentes

Fomentar la cercanía entre los creyentes es otro propósito clave de los GPs. En un contexto donde las megaiglesias son comunes, reunirse en GPs se convierte en una opción recomendable para promover una mayor familiaridad entre los miembros. Lamentablemente, en la actualidad, muchos de nuestros hermanos apenas se conocen entre sí, lo que contribuye a la desunión y a una actitud pasiva hacia el cumplimiento de la misión.

Mediante los GPs, cada miembro de la feligresía cultivará un mayor afecto y aprecio por sus hermanos en la fe. En este ambiente, se familiarizarán con las virtudes y debilidades de sus compañeros, brindándose mutuo apoyo para satisfacer sus necesidades. Además, compartirán momentos de recreación y reflexión que fortalecerán los lazos entre ellos. Al ser la asistencia a los GPs considerablemente menor que la de un templo, establecer relaciones fraternales se vuelve más accesible y conduce a resultados más gratificantes. Para Wagne Mesquita, “Las actividades de naturaleza social y conmemorativas proporcionan lazos de amor fraternal que mantienen el grupo unido y amoroso”.[12] El mismo Hechos 2:46 revela el resultado principal: “comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (la cursiva es para énfasis).

Sin duda, aquellos que mejor conocieron al Señor Jesucristo durante su ministerio terrenal fueron sus apóstoles, especialmente Santiago, Juan y Pedro. ¿Cuál fue el motivo principal? La estrecha relación que compartían con él.

5. Suplir las necesidades personales

Los GPs también tienen como objetivo fundamental satisfacer las necesidades tanto físicas como psicológicas de cada creyente. En la iglesia primitiva, la interdependencia desempeñaba un papel crucial en este aspecto.[13] Ellos estaban “juntos” y tenían “todas las cosas en común”. Vendían sus bienes y los “compartían con todos”, según “la necesidad de cada uno”. En los GPs nadie velaba por sí mismo, el propósito era promover y practicar el servicio a los demás. El concepto de hermanos se aplicaba muy bien en cada casa, a tal punto, que se formaba un nuevo hogar.

Es crucial reconocer que en la iglesia todos tienen necesidades diversas. Algunos requieren de nuestras oraciones, otros pueden necesitar apoyo económico, mientras que otros buscan ayuda emocional, entre otras cosas. Sin embargo, la necesidad más apremiante es la de Cristo. Sorprendentemente, muchos de nuestros hermanos no mantienen una relación diaria con Dios. Por eso, los GPs están diseñados para proporcionar un soporte espiritual necesario. En este sentido, la confianza juega un papel fundamental. Cuando hay familiaridad en un grupo, los miembros se sienten más cómodos compartiendo sus necesidades, lo que fortalece el apoyo espiritual mutuo.

Es crucial entender que un Grupo Pequeño no es solo un grupo de individuos, sino una verdadera familia. En este entorno, la humildad y la sencillez de corazón son aspectos significativos (v. 46). Solo el amor genuino, desprovisto de egoísmo, puede colocarse en el lugar de otros y ofrecer ayuda verdadera.

Son necesarios

Muchos estudios, como el de Peter Wagner, han demostrado que los GPs son aliados poderosos para plantar nuevas iglesias.[14] Sin ellos, el crecimiento cuantitativo sería únicamente biológico. La formación de GPs es relevante para la conservación y el evangelismo de la iglesia. Por estas razones, Elena G. de White escribió:

“La formación de pequeños grupos como base del esfuerzo cristiano me ha sido presentada por Uno que no puede errar. Si hay muchos miembros en la iglesia, organícense en pequeños grupos para trabajar no sólo por los miembros de la iglesia, sino en favor de los incrédulos. Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad, organícense en un grupo de obreros”.[15]

“Predicad menos y educad más, dirigiendo estudios bíblicos y orando con las familias y los grupos pequeños”.[16]

“La presentación de Cristo en la familia, en el hogar o en pequeñas reuniones en casas particulares gana a menudo más almas para Jesús que los sermones predicados al aire libre, a la muchedumbre agitada, o aun en salones o capillas”.[17]


Referencias:

[1]Elena G. de White entendía que la creación de GPs es de idea divina y, como tal, ha de acertar y dar resultados (Servicio cristiano [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995], 92).

[2]Un breve estudio sobre el pensamiento de Elena de White sobre los GPs está en Daniel Rode, “Un testimonio inspirado”, Revista del anciano, octubre-diciembre, 2009, 25-26; Daniel Oscar Plenc, “Los grupos pequeños”, Revista adventista, junio, 2003, 18. Según Plenc, Elena G. de White percibía que los GPs están, básicamente, para: el servicio misionero, el estudio de la Biblia y la oración, y estrechar lazos de unidad y amor.

[3]Para un desarrollo histórico de los GPs, véase Emilio Abdala, “La historia de los grupos pequeños”, Ministerio adventista, marzo-abril, 2009, 30-33; Rode, “Un testimonio inspirado”, 25-26.

[4]Según Jolivê Chaves, la preocupación del Señor Jesús no era las multitudes, sino las personas (los apóstoles) a quienes las multitudes seguirán después de su partida. Por esta razón, él dedicó mucho tiempo a su grupo pequeño. Según Chaves, “Sus integrantes seguirán su método de conquistar a otros para Dios” (“Grupo pequeño, prototipo”, Revista del anciano, octubre-diciembre, 2009, 22).

[5]La asistencia a las sinagogas era, por lo general, cada sábado. Sin embargo, se podía acudir en momentos especiales durante la semana.

[6]Asociación General de la Iglesia Adventista del 7º día, Manual de la iglesia, trad. Roberto Gullón (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010), 38.

[7]“Pequenos Grupos, Tempos Favoráveis!”, en Pequenos Grupos: Teoria e prática (Brasilia: Casa Publicadora Brasileira, 2007), 33. En adelante GTP.

[8]La iglesia en tu casa (Lima: Producciones José Wolff, 1988), 24.

[9]Daniel Rode cree que una de las razones principales para que una iglesia crezca, a parte de las nueve que él propone, es la funcionalidad y fortalecimiento de las células/grupos pequeños (“¿Por qué algunas iglesias crecen y otras no?”, Diálogo 13, no. 1 [2001]: 12-14). Rubén Montero concluye en lo mismo (“Una iglesia que crece”, Ministerio adventista, marzo-abril, 2004, 22-23).

[10]Arilton de Oliveira, “Pequeno Grupo não é Programa da Igreja; é o Estilo de Vida Ideal do Cristão Moderno”, GTP, 68. Desde esta perspectiva, los GPs también tienen como finalidad el cumplimiento de la misión; para ello, la preparación era preponderante.

[11]Bellevue Baptist Church, “Grupos pequeños”, Tu familia cristianahttp://www.iglesia bellavista.org/grupos_peque_os (consultado: 20 de diciembre, 2009).

[12]Wagne Mesquita, “Elementos Imutáveis e Flexíveis para um PG Saudável”, GTP, 85.

[13]Raoul Dederen, “La doctrina de la iglesia”, en Teología: fundamentos bíblicos de nuestra fe, ed. Raoul Dederen (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2007), 5:214-215.

[14]Peter Wagner, Estratégias para o Crescimento da Igreja (São Paulo: Editora Sepal, 1991), 182; citado en, Chaves, “Pequenos Grupos, Tempos Favoráveis!”, GTP, 31-32.

[15]Testimonies for the Church (Mountain View, CA: Pacific Press Publishing, 1948), 7:21-22.

[16]Obreros evangélicos (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 201.

[17]Ibid.