¿Guardaremos el sábado durante el milenio en el cielo? ¡Por supuesto que sí!

Hace algún tiempo, en las redes sociales surgieron cuestionamientos acerca de la observancia del reposo sabático en el cielo y durante el milenio. Esto causó incomodidad en algunos de nuestros hermanos, mientras que otros empezaron a dudar sobre si realmente continuaremos guardando el sábado en el cielo.

¿Guardaremos el sábado durante el milenio en el cielo? La respuesta es un rotundo “Sí”, y a continuación expongo brevemente las razones:

  1. El sábado fue creado para el beneficio del ser humano (Gén. 2:3-4; cf. Mar. 2:27-28). Aunque el sábado tuvo un inicio en el tiempo, fue instituido para ser observado desde Adán y Eva y para siempre.
  2. La observancia del sábado tiene un sólido respaldo bíblico a lo largo de la historia. Desde el Antiguo Testamento, pasando por las épocas patriarcal, de los jueces y de los reyes, el sábado fue guardado (Éxo. 16:23-30; 20:8-11; Deut. 5:12-15; Isa. 58:13-14). Incluso en el período intertestamentario, hay pruebas suficientes de la vigencia del sábado (1 Mac. 2:32-38; 2 Mac. 6:11; Jub. 2:19-21). En el Nuevo Testamento, la iglesia apostólica se desarrolló observando el sábado, así como lo hicieron Jesús (Mar. 2:27-28; Luc. 4:16; Mat. 12:8-12) y sus apóstoles, incluido Pablo (Hch 13:14; 17:2).
  3. El sábado será el centro de la controversia final, como lo indica Apocalipsis 12:17 y 14:7, 12. Los que reciban el sello de Dios serán observadores del sábado, mientras que aquellos que reciban la marca de la bestia guardarán el domingo. Los que no guarden el verdadero día de reposo, según Apocalipsis 14:10-11, no encontrarán descanso.
  4. Después del milenio, en los cielos nuevos y la tierra nueva, el sábado seguirá siendo observado. Isaías 66:22-23 confirma que los hijos de Dios continuarán guardando el sábado. Esta interpretación no solo es sostenida por Elena G. de White, sino también por algunos eruditos no adventistas. Leamos:

“Mientras duren los cielos y la tierra, el sábado continuará siendo una señal del poder del Creador. Cuando el Edén vuelva a florecer en la tierra, el santo día de reposo de Dios será honrado por todos los que moren debajo del sol. ‘De día de reposo en día de reposo [sábado]’, los habitantes de la tierra renovada y glorificada, subirán “a adorar delante de mí, dijo Jehová”.[1]

“En plena armonía con la doctrina del Nuevo Testamento que el día del Señor está relacionado sólo con la iglesia, está profetizado que el sábado será re-instituido, reemplazando así al día del Señor […] pero la profecía especialmente anticipa al sábado como la característica vital de la era del reino venidero (Is 66:23; Ez 46:1)”.[2]

  1. Hasta este punto, podemos reconocer que el reposo sabático ha sido observado desde los tiempos de Adán y Eva y que continuará después del milenio. Entonces, ¿qué nos haría pensar que durante el milenio, después de la segunda venida de Cristo, no se guardará el sábado? Sería ilógico suponer que Dios nos dijera: “Desde la creación hasta la segunda venida de Cristo, guardarán el sábado. Luego, al llegar al cielo, haremos una pausa y, después de los mil años, cuando descendamos a la tierra nueva, retomaremos la observancia del sábado”. ¿No sería extraño?
  2. Para obtener más claridad sobre la observancia del sábado en el cielo y durante el milenio, debemos recurrir a los escritos proféticos. La señora White hizo varias declaraciones que nos permiten concluir con certeza que en el cielo y durante el milenio también guardaremos el sábado. Veamos:

Primera declaración: “Todo el cielo observa el sábado, pero no de una manera desatenta y ociosa. En ese día, cada energía del alma debe despertarse; porque ¿no hemos de encontrarnos con Dios y con Cristo nuestro Salvador? Podemos contemplarle por la fe. El anhela refrescar y bendecir toda alma”.[3]

Segunda declaración: “Debemos ir a toda reunión religiosa dominados por una vívida comprensión espiritual de que Dios y sus ángeles están allí, cooperando con todos los verdaderos adoradores. Al entrar en el lugar de culto, pidamos a Dios que quite todo mal de nuestro corazón”.[4]

Tercera declaración: “El sábado fue santificado en ocasión de la creación. Tal cual fue ordenado para el hombre, tuvo su origen cuando ‘las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios’. La paz reinaba sobre el mundo entero, porque la tierra estaba en armonía con el cielo. ‘Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera’”.[5]

Última declaración: “Se me mostró que todo el cielo contemplaba y observaba durante el sábado a los que reconocen los requerimientos del cuarto mandamiento y guardan el sábado. Los ángeles tomaban nota de su interés en la institución divina y su alta consideración por ella. Los que santificaban al Señor Dios en su corazón por una actitud estrictamente devocional, y procuraban aprovechar las horas sagradas observando el sábado lo mejor posible y honrar a Dios llamando delicias al sábado, eran especialmente bendecidos de los ángeles con luz y salud y recibían fuerza especial. Pero, por otro lado, los ángeles se apartaban de aquellos que no apreciaban el carácter sagrado del día santificado de Dios, y les quitaban su luz y su fuerza. Los vi cubiertos de una nube, abatidos y con frecuencia tristes. Sentían la falta del Espíritu de Dios”.[6]

  1. En la primera declaración, ella afirma que “todo el cielo observa el sábado”, lo que incluye a los seres celestiales. Sin embargo, es importante notar que este reposo sabático en el cielo no es pasivo ni “ocioso” o “desatento”. Más bien, parece tener un propósito activo y significativo, como sugiere la misma cita: “¿no hemos de encontrarnos con Dios y con Cristo nuestro Salvador?”.
  2. En la segunda declaración, se destaca que los ángeles guardan el sábado de manera activa. ¿De qué manera? “Cooperando con todos los verdaderos adoradores”, lo que subraya su participación en la observancia del sábado.
  3. En la tercera declaración, White describe la reacción de los seres celestiales cuando Dios santificó el sábado, señalando que los ángeles alabaron a Dios por este acto. Al mencionar que “La paz reinaba sobre el mundo entero, porque la tierra estaba en armonía con el cielo”, sugieriría que dicha armonía no solo abarcaba la paz, sino también el reposo sabático. Esto refuerza la idea de que “Todo el cielo observa el sábado”.
  4. En la última declaración, ella detalla cómo los ángeles guardan el sábado. Según ella, ellos: a) observan atentamente a quienes lo guardan en la tierra, b) toman nota del interés y la reverencia hacia el día de reposo, c) bendicen a los que lo guardan de manera adecuada, d) se apartan y no otorgan bendiciones a quienes lo transgreden, y e) se entristecen profundamente cuando los hijos de Dios no lo observan con la debida reverencia.
  5. En resumen ¿Qué creía White sobre el reposo sabático en el cielo?

    a. Que Dios y los ángeles en el cielo experimentan el tiempo.
    b. Que en el cielo, los ángeles observan el día sábado en sincronía con los seres humanos en la tierra.
    c. Que los ángeles observan activamente el día sábado, enfocándose en la adoración al Creador y en el servicio a aquellos que lo guardan en la tierra.

  6. Con lo que hemos leído hasta ahora, ¿qué día observaremos en el cielo? Para aclarar este punto, permíteme presentarte la siguiente situación:

Imagina que en estas vacaciones decides visitar a tu familia. Tú eres adventista y guardas el sábado, y toda tu familia también lo hace. Desde siempre, tanto tú como ellos han sido adventistas y observan el mismo día de reposo. Mi pregunta es: durante tu visita y reencuentro, ¿qué día van a guardar tanto tú como ellos? ¿El viernes, el sábado, el domingo o ningún día? La respuesta es evidente: será el sábado. Sería ilógico que dos familias que comparten la misma fe, el mismo Dios y la misma práctica de adoración decidieran guardar un día diferente.

  1. Algo similar ocurrirá después de la segunda venida de Cristo. En la actualidad, los seres angelicales guardan el sábado, al igual que nosotros aquí en la tierra. Ambos grupos somos parte del mismo reino celestial y tenemos al mismo Gobernante. Todos formamos una misma familia, con los ángeles observando el sábado en el cielo y nosotros en la tierra. Por lo tanto, cuando nos reunamos en el cielo, ¿qué día guardaremos?

Si en el cielo se experimenta el tiempo y los ángeles guardan el sábado, como lo señala Elena G. de White, es evidente que, al llegar allí, continuaremos observando el mismo día durante mil años. Y cuando descendamos a la nueva tierra, esta práctica seguirá siendo la misma.

Por lo tanto, sí, durante el milenio y en el cielo continuaremos observando el sábado.

Corrección: ChatGPT

Imagen de portada: Freepik


Referencias:

[1]El deseado de todas las gentes (Washington, DC: Ellen G. White Estate, Inc., 2012), 246.

[2]Lewis S. Chafer, Systematic Theology (Grand Rapids, MI: Kregel, 1993), 5:256. Una crítica a esta propuesta está en Alberto Timm, “El sábado como señal pactual”, DavarLogos (2010): 49-58.

[3]Joyas de los testimonios (Washington, DC: Ellen G. White Estate, Inc., 2012), 3:28.

[4]Ibid.

[5]Deseado de todas las gentes, 244.

[6]Joyas de los testimonios (Washington, DC: Ellen G. White Estate, Inc., 2012), 1:274.