Introducción
- Saludo. Es grato estar ante ustedes y exponer lo que señala la Palabra de Dios. El Espíritu Santo está con nosotros y sabemos que Él nos iluminará para interpretar correctamente la Escritura. Oremos.
- Texto clave. “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Dn 3:17-18).
- Proposición. Las Instituciones Educativas Adventistas son instrumentos divinos para fortalecer la fe de nuestros hijos y llevarlos a experimentar una reforma en sus vidas; por ello, los padres adventistas son llamados a aprovecharlas.
- Pensamiento clave. Hablando de Educación y reforma, sin lugar a dudas, el mejor instrumento divino es un Colegio Adventista.
Hoy en día, muchos de nuestros adolescentes y niños se están retirando de la iglesia, porque no están experimentando una comunión más estrecha con Cristo. Ellos han dejado de leer la Biblia, no oran ni cumplen la misión; tal vez se dedican solo a escuchar música secular o van a lugares que la iglesia recomienda no ir. Como padres, sufrimos o nos preocupamos, porque nuestro mayor deseo es que ellos sigan en los caminos de Dios y de su iglesia. La situación se empeora cuando uno de nuestros hijos tiene algún vicio. ¿Qué hacer al respecto? ¿Se necesitará de una reforma? ¿Será de gran ayuda un Colegio Adventista? Para aquellos hermanos que aún no matriculan a sus hijos en una Institución Adventista ¿sería recomendable hacerlo con el fin de que ellos fortalezcan su fe?
I. Una reforma en Judá
- En Judá, hubo reyes buenos y reyes malos. Entre los buenos, por ejemplo, estuvo Asa, Josafat, Ezequías, etc.; y entre los malos estuvo Roboam, Manasés, Amón, etc.
- Generalmente, cuando el rey era malo, este se dedicaba a promover la idolatría. Incentivaba a que los judíos adoren a los dioses de los cananeos o de la nación opresora. Por otro lado, cuando el rey era bueno, revertía la situación, primero promoviendo una reforma y, luego, guiando al pueblo a la verdadera adoracion a Jehová.
- Hubo un rey en Judá que hizo la voluntad de Dios, su nombre fue Josías. A pesar que su padre Amón y su abuelo Manasés hicieron lo malo ante los ojos de Jehová (ver 2 R 21; aunque este último se arrepintió de corazón; 2 Cró 33:12-16), este joven rey tomó la decisión de cumplir la ley divina.
- Cuando Josías ocupó el trono en el año 640 a.C., Judá estaba en una terrible apostasía. Amón llevó a la idolatría a todo el pueblo. No solo eso, si bien es cierto en sus últimos días Manasés se arrepintió, él no pudo erradicar por completo la idolatría que él mismo había introducido en el pueblo (2 Cró 33:17). Josías tuvo un enorme desafío.
- Frente a esta situación, Josías decidió obedecer al Creador y promover una reforma espiritual en todo el reino.
“Advertido por los errores de las generaciones anteriores, decidió hacer lo recto en vez de rebajarse al nivel de pecado y degradación al cual habían caído su padre y su abuelo. ‘Sin apartarse a diestra ni a siniestra’, como quien debía ocupar un puesto de confianza, resolvió obedecer las instrucciones que habían sido dadas para dirigir a los gobernantes de Israel; y su obediencia hizo posible que Dios le usase como vaso de honor”.[1]
- Sus principales acciones que agradaron a Dios se registran en 2 Reyes 23. Por ejemplo, él:
a) Decidió someterse a la Palabra de Dios (v. 2).
b) Hizo un pacto con Dios, decidiendo obedecer todo lo que Él ordene (v. 3).
c) Motivó para que todo el pueblo obedezca también a Jehová (v. 3).
d) Eliminó la idolatría en Judá (vv. 4-6, 19)
e) Eliminó todo objeto profano que estaba en el templo (v. 7)
f) Retomó la celebración de la pascua (vv. 21-23)
g) Quitó de Judá a todo adivino y hechicero (v. 24), etc. - Con estas acciones, este joven rey erradicó la idolatría por completo en Judá, promoviendo así una adoración en Espíritu y verdad (Jn 4:24). Su reinado duró hasta el año 609 a.C. Por su consagración, fue uno de los reyes más recordados que tuvo Judá.
II. Aprovechando la reforma
- Con la reforma promovida por Josías, muchos judíos regresaron a los pies del Creador. Decidieron obedecerle y a andar siempre en sus caminos. Hubo padres piadosos que decidieron aprovechar la reforma promovida por este rey, con el objetivo de que sus hijos sean educados de acuerdo con la voluntad de Dios. ¿Saben quiénes estaban entre ellos? Por supuesto, los padres de Daniel, Misael, Azarías y Ananías, cuatro jóvenes que experimentaron situaciones impresionantes.
- Estos jóvenes eran de la tribu de Judá y, posiblemente, fueron del linaje real davídico y miembros de la familia del rey Sedequías.[2] Esto se corrobora en Daniel 1:3-4, donde registra que ellos eran “del linaje real de los príncipes” y eran jóvenes sin tacha, de buen parecer y sabios.
- En cuanto a sus edades, como los cuatro llegaron cautivos a Babilonia en el año 605 a.C. cuando tenían alrededor de 17/18 años, entonces, esto nos permite suponer que ellos nacieron aproximadamente en el año 623/2 a.C. ¡Año en que Josías seguía reformando Judá!
- Asimismo, es interesante que en el año 18 del reinado de Josías (2 Cr 35:19), él decidió celebrar la Pascua en Jerusalén, ya que por décadas no se la celebraba. ¿Cuándo fue su celebración? En el año 622 a.C. Entonces, si Daniel y sus amigos nacieron alrededor del año 623 y la Pascua se retomó en el año 622, indudablemente los cuatro jóvenes crecieron celebrando esta fiesta. No sorprende porqué, cuando sus vidas eran desafiadas en Babilonia (Dn 1, 2, 3, 5 y 6), ellos siempre confiaban en que Dios los iba a librar. Celebrando anualmente la Pascua, ellos interiorizaron en su corazón que, así como Jehová había librado a sus antepasados de Egipto, Él los podría librar de Babilonia. El reinado de Josías fue influyente en estos cuatro jóvenes.
- En el caso de sus padres, ellos se dieron cuenta que el rey Josías estaba siendo dirigido por Dios, y que toda acción suya que implique una reforma estaba siendo dirigida por el Espíritu Santo. Es así que, sabiamente, decidieron experimentar aquella reforma y promoverla a sus hijos. Toda acción que implicaba un crecimiento espiritual en los padres, se aplicaba en los hijos.
- Por ejemplo, si el rey promovía el culto personal, los padres lo aplicaban y enseñaban a sus hijos a hacer tal cosa. Si el rey enfatizaba la realización del culto familiar, los padres obedecían. Si el rey promovía la obediencia a los diez mandamientos, ellos lo enseñaban a sus hijos. En otras palabras, estos cuatro príncipes recibieron una educación divina promovida por el rey mismo.
“Los padres de Daniel y sus compañeros les habían inculcado hábitos de estricta templanza. Se les había enseñado que Dios los tendría por responsables de sus facultades, y que no debían atrofiarlas ni debilitarlas. Esta educación fue para Daniel y sus compañeros un medio de preservación entre las influencias desmoralizadoras de la corte babilónica. Intensas eran las tentaciones que los rodeaban en aquella corte corrompida y lujuriosa, pero no se contaminaron. Ningún poder ni influencia podía apartarlos de los principios que habían aprendido temprano en la vida por un estudio de la palabra y de las obras de Dios”.[3]
- ¿Resultado? Un nivel de consagración y sabiduría muy elevado. ¿Evidencias? Pues, Daniel 1 al 6 lo demuestra. Daniel y sus amigos mostraron bastante consagración a pesar que sus vidas corrieron peligro varias veces. Ellos aprendieron a vencer la tentación y a ser fieles al Señor cualquiera sea la situación. Ellos se dieron cuenta que su rey, Josías, mostró fidelidad a Dios desde muy pequeño; pues decidieron seguir su ejemplo. A muy corta edad, por ejemplo, rechazaron la comida del rey (Dn 1).[4]
- Podríamos decir que, básicamente, Daniel y sus amigos fueron fieles por la educación que recibieron en casa y por la reforma promovida por el rey, muy bien aprovechada por los padres también. Sin lugar a dudas, Daniel y sus amigos no hubiesen sido fieles en Babilonia, si los padres no hubiesen aprovechado la reforma promovida por Josías. Ellos fueron frutos de la reforma de este rey.
III. La Educación Adventista como instrumento
- Dios sigue obrando la salvación en sus hijos, utilizando a los líderes de la iglesia para promover una adoración verdadera y una reforma en sus vidas. Así como Él usó a Josías como instrumento; hoy, también tiene muchos instrumentos (p. ej. club de Aventureros, club de Conquistadores, etc.) para ayudar en la formación espiritual de sus adolescentes y niños, y uno de esos instrumentos principales es la Educación Adventista.
- Penosamente, estamos en una época cuando nuestros hijos son tentados y desafiados a pecar. Así como Daniel y sus amigos fueron desafiados a cometer idolatría (se les ordenó adorar a una estatua),[5] a comer la comida del rey (que contenía, p. ej. carnes de caballo y de cerdo), a dejar de orar y adorar a Jehová, etc.; en la actualidad, nuestros niños y adolescentes son tentados a robar, a fornicar, a escuchar música inapropiada, a jugar FreeFire, a ver películas de terror o porno, etc. Ante esta situación ¿qué hacer? Sencillo: hacer caso a Dios y aprovechar sus instrumentos que benefician a la fidelidad y reforma de nuestros hijos; entre esos instrumentos, sin lugar a dudas, está la Educación Adventista. Así como el Señor usó a Josías para reformar a los judíos, Él usa a sus colegios adventistas para fortalecer y reformar la fe de nuestros niños y adolescentes.
- ¿Por qué argumentar que en nuestras instituciones adventistas se fortalece la fe y se promueve la reforma espiritual? Porque en ellas, nuestros hijos participarán de:
a) Cultos diarios en el aula. Incluye orar, cantar y estudiar la Biblia.
b) Semanas de énfasis espiritual
c) Campamentos
d) Retiros espirituales
e) Actividades que promocionan los 8 remedios naturales
f) Semanas con énfasis en Creacionismo, Profecías, etc.
g) Culto de niños y culto de jóvenes, uno por semana.
h) El curso de Religión desde una perspectiva adventista
i) Clases bíblicas semanalmente.
j) Actividades que desarrollen sus dones espirituales. En nuestros colegios, los alumnos aprenden a orar, leer la Biblia, dirigir cantos, desenvolverse en público, etc. - Todo esto experimentan nuestros chicos diaria y semanalmente en un Colegio Adventista. Es evidente que el Señor obra a través de sus Instituciones, por eso es que sostenemos la importancia de fortalecer la fe de nuestros hijos y guiarlos a una reforma espiritual.
- Así como Dios obró en los corazones de Daniel y sus amigos para continuar siendo fieles en Babilonia, Él está dispuesto a obrar en nuestros chicos para que continúen con su fidelidad. Lo único que los padres adventistas deberían hacer hoy, es obrar como lo hicieron los padres de Daniel y sus amigos: aprovechando los instrumentos divinos hoy, para que sus hijos crezcan en Cristo; y hablando de Educación, el mejor instrumento es un Colegio Adventista.
- ¿Resultados? Lean el libro de Daniel y verán los logros. Los padres de Daniel aprovecharon los instrumentos divinos, y su menor hijo llegó a ser un referente de fidelidad y un gran Primer ministro en Babilonia. ¿No te gustaría que eso suceda con tu menor hijo?
Conclusión
- Resumen. Una Institución Educativa Adventista es un instrumento divino poderoso para fortalecer la fe de nuestros niños y adolescentes. Por esta razón, es relevante que los padres reflexionen y matriculen a sus menores hijos lo más antes posible.
- Llamado. Siempre la voluntad de Dios será que sus menores estudien en una Institución Educativa Adventista, porque en ellas fortalecerán su fe y experimentarán mejor la salvación. Por ello, en esta mañana, el Señor te invita a matricular a tu hijo en una de Sus instituciones. ¿Lo harás? Si lo haces, el estilo de vida de su menor será mejor y será preparado para ser fiel cualquiera sea la situación, tal como le pasó a Daniel y sus amigos. Oremos.
Referencias:
[1]Elena G. de White, Profetas y reyes (Washington, DC: Ellen G. White Estate, Inc., 2012), 248.
[2]Zdravko Stefanovic, Daniel, Wisdom to the Wise: Commentary on the Book of Daniel (Nampa, ID: Pacific Press, 2007), 52.
[3]White, 311.
[4]Babilonia era una ciudad idólatra, con dos dioses principales llamados Marduk e Ishtar, y con un panteón de 2.500 divinidades; en ella se practicaba mucho la astrología y la hechicería. Ver Merling Alomía, Daniel: “el varón muy amado de Dios” (Lima: Ediciones Theologika, 2004), 66; Oscar S. Mendoza, “Breve comentario sobre Daniel 1”, PrMendoza.com, http://prmendoza.com/breve-comentario-sobre-daniel-1/ (consultado: 23 de abril de 2022).
[5]La estatua de Daniel 3, sin lugar a dudas, fue de Marduk, dios principal de Nabucodonosor II. Se debe tener en cuenta que esta imagen no pudo ser la del rey, porque en la religión de Babilonia estaba prohibido que el rey se considere divino y era condenable que se lo adore; a diferencia de Egipto, que sí consideraba a faraón como un dios (ver William Shea, Daniel: una guía para el estudioso, trad. Raúl Lozano [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010], 73).