Las siete trompetas: una Introducción

La visión de las siete trompetas es, probablemente, la parte más compleja de interpretar de todo el Apocalipsis. Hay un sinnúmero de propuestas. Hasta hoy, la Iglesia Adventista del Séptimo Día no tiene una posición oficial. Elena de White tampoco presentó una interpretación sobre el tercer septenario de Apocalipsis. Por esta razón, es necesario continuar estudiando sobre el asunto en mención. Mientras más se estudie y discuta sobre las Siete trompetas, nuestra iglesia llegará a un consenso. Todo es cuestión de tiempo.[1]

En este breve comentario, se intentará responder las siguientes preguntas: ¿cómo se usaban las trompetas en el Antiguo Testamento (AT)? ¿Cuáles son los objetivos de la visión de las Siete trompetas? ¿Qué partes del AT tuvo en mente Juan, al escribir sobre las siete trompetas? ¿Qué reinos son los que reciben los juicios de las trompetas? ¿Cuál es el cumplimiento de las siete trompetas? El análisis de cada trompeta, se hará en la segunda parte (el cual será publicado más adelante).

Cómo se usaban las trompetas en el AT

El sonido del cuerno de carnero (heb. Shofar) o trompeta era común entre los hebreos. Se tocaban, por ejemplo, cuando se salía a una batalla (Nm 10:9; 1 Cr 13:14-15), en época de cosecha y al iniciar una fiesta (Nm 10:10). Asimismo, este sonido les hacía recordar a los hebreos la cercanía del Día de Jehová (Joel 2:1), y los convocaba para el Día de expiación (Lev 23:24-25), con el objetivo de que participaran de los juicios del Señor. También, fue usado para llamar al arrepentimiento a cada hebreo (Is 58:1); por tanto, el sonido de trompeta tenía implicancias pactuales (ver Stefanoviç, Revelation, 284-286).
En base a esto, si en el AT, el sonido de trompeta era para convocar al pueblo a participar de los juicios divinos y saldar cuentas, las siete trompetas de Apocalipsis representan siete juicios emitidos por Dios. Por supuesto, estos juicios vendrían con misericordia (ya que el sonido de trompeta en el AT, una vez más, tenía que ver con renovaciones pactuales).

Objetivos de las siete trompetas

Para conocer los objetivos de las siete trompetas, somos llamados a recurrir a su escena introductoria, la que registra Apocalipsis 8:2-5. Esto nos dará más luz. Leamos:

​”Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.

Leyendo estos textos, podemos ver que son dos los objetivos principales de las siete trompetas: (1) juicio y (2) salvación. ¿Juicio y salvación a quiénes? Únicamente a los moradores de la tierra, que son los enemigos del pueblo de Dios. Recordemos que, mientras el foco de los siete sellos, es la iglesia perseguida; el foco de las trompetas son los “moradores de la tierra”, los perseguidores de la iglesia (Jon Paulien, Seven Keys, 77).

  1. Primer objetivo: juicio. Las siete trompetas tienen como objetivo responder lo planteado en Apocalipsis 6:9-11. En él, las almas bajo el altar, claman al Señor por justicia (venganza). Ellos desean que Dios aplique la ley de la retribución a sus enemigos. Como respuesta a este clamor, está la visión de las siete trompetas. El Todopoderoso, con cada trompeta, decide hacer justicia y emitir juicio en contra de los reinos asesinos de sus hijos. Cada trompeta sería un juicio para los enemigos del pueblo de Dios, los cuales han aparecido a lo largo de la historia cristiana.
    Para sustentar este objetivo, es necesario leer Apocalipsis 8:5. En él, se registra: “Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”. Estos elementos ―fuego, truenos, voces, relámpagos y terremoto― aparecen, generalmente, cuando Dios se presenta para emitir sus juicios. Por tanto, al aparecer en la Introducción de las siete trompetas, estos elementos nos comunican que, lo que se viene, son juicios. Y esto es más evidente, cuando en cada trompeta se daña ciertas partes del planeta tierra (8:7, 8, 9, 10, 12, etc.).
  2. Segundo objetivo: salvación. Si bien es cierto cada trompeta es un juicio, este juicio viene con misericordia. Su propósito, también, es llamar la atención a los moradores de la tierra, para que ellos, en algún momento, se arrepientan. Esto se ve en la intercesión que registran los versos 3 y 4. Al haber intercesión, aún hay salvación. Esto también es corroborado, por ejemplo, cuando suena cada trompeta; solo afecta a una tercera parte de ciertos elementos de la naturaleza (8:7-12), y no a todos. En palabras de LaRondelle: “Estos juicios parciales de las 6 primeras trompetas son juicios de amonestación preliminares. Amonestan al mundo en cuanto a las plagas postreras que vendrán y la ira de Dios sin mezcla de misericordia a la conclusión del Día de la Expiación, cuando nadie puede entrar en el templo del cielo (Apoc. 15:1, 5-8)” (Las profecías del fin, 170).

Ambos elementos ―juicio y salvación― nos hacen recordar las 10 plagas de Egipto (Éx 7-12). Juicio, cuando Moisés y Aarón fueron ante faraón, a decirles que caerían plagas en Egipto. Dios había decidido castigar a faraón. Y salvación, cuando Moisés y Aarón advertían a faraón, diciendo: déjanos ir, de lo contrario, caerán las plagas. Ellos primero advertían a faraón para que cediera y se arrepintiera de su macabra decisión, antes de que Dios envíe su castigo; o sea, eran plagas con misericordia. El Señor trataba de ganar el corazón de faraón, antes de enviar sus plagas.
Algo semejante sucede con las siete trompetas. Si bien es cierto cada trompeta es un juicio, cada una de ellas implica un llamado al arrepentimiento a los moradores de la tierra. Mientras caen estos juicios, aún hay misericordia para el ser humano. A diferencia de las siete plagas, que caerán sin misericordia.

El uso del AT en las siete trompetas[2]

Cuando Juan escribió el Apocalipsis, tuvo en mente muchos pasajes del AT, esto se evidencia en sus ecos y alusiones. En el caso de las siete trompetas, ¿en qué textos del AT pensó? Según la erudición, en: (1) Los elementos de la naturaleza de la creación en Génesis 1 y 2; (2) Las 10 plagas de Egipto de Éxodo 7 al 12; (3) La fiesta de las trompetas de Levíticos 23:24-25 y el Día de expiación de Levítico 16 (Osborne, Apocalipse, 379; Paulien, Seven Keys, 91-93; Stefanoviç, 284, 286).

(1) El uso de Génesis 1 y 2 en Las siete trompetas. ¿Qué elementos de la creación (Gn 1-2) están en Las siete trompetas? Básicamente, los elementos de la naturaleza. Observe el siguiente paralelismo:

Como es evidente, muchos elementos de la creación están en la visión de las siete trompetas. La naturaleza y el ser humano están involucrados en los juicios divinos. Por una parte, se utilizan los elementos naturales porque son de bendición para el ser humano, y cuando estos son afectados, se tornan en maldición y connotan un castigo para el hombre pecador. Por otra parte, estos representan el poder del ser humano, aquel que los gobierna y administra. Cuando estos elementos, simbólicamente, son afectados, implica la derrota o caída del hombre o de un reino humano. ¿Ejemplo? En Daniel 4, vemos a Nabucodonosor representado por un árbol, un elemento de la naturaleza. Ese árbol es cortado (afectado) por un ser celestial. ¿A qué representa figurativamente el corte de este árbol? A un castigo divino en contra de ese rey.
Algo semejante sucede con las siete trompetas. Los elementos de la naturaleza son afectados al sonido de cada trompeta, pero con el objetivo de revelar la caída o derrota de los reinos humanos perversos, los cuales oprimieron a la iglesia. Dicho de otro modo, cada trompeta, al afectar a los elementos de la naturaleza, simboliza el juicio que provoca la caída de un reino humano; así como le pasó a Nabucodonosor. Afectar la naturaleza, simbólicamente, representa la caída de un imperio opresor.

(2) El uso de las 10 plagas de Egipto en las siete trompetas. No hay necesidad de ahondar en este punto, ya que es evidente. Suficiente con ver el siguiente paralelismo:

Es claro que Juan tuvo en mente las 10 plagas de Egipto al escribir su tercera visión. Gracias a lo registrado en Éxodo, podemos entender que las trompetas son castigos a los enemigos de Dios. Así como Egipto fue el enemigo opresor del pueblo de Dios, y a ese imperio se le envió las diez plagas como castigo; también las trompetas son castigos en contra de los enemigos de la iglesia a lo largo de la historia.

(3) El uso de la Fiesta de las trompetas en Las siete trompetas. Hay una fuerte conexión entre las fiestas judías y el libro de Apocalipsis. Juan tuvo en mente las fiestas judías principales, al momento de escribir el Apocalipsis. Y bueno, cuando escribió sobre las Siete trompetas, indudablemente, tuvo en mente la fiesta de las trompetas de Levíticos 23:24-25 y el Día de expiación de Levítico 16.
La fiesta de las trompetas iniciaba en el día uno del séptimo mes (en el calendario civil judío, este era el primer mes), y se le denomina Rosh Hashaná (“cabeza del año”, porque se celebraba el año nuevo hebreo). Esta fiesta iniciaba con el sonido del Shofar y duraba dos días. Después que sonaba el cuerno, los hebreos debían meditar y autoanalizarse. El sonido del cuerno o trompeta era un llamado al arrepentimiento, y a la reflexión sobre si ellos merecían vivir o no un nuevo año (ver “¿Qué se celebra en Rosh Hashaná?”, National Geographic en español, https://www.ngenespanol.com/travel/que-se-celebra-en-rosh-hashana-ano-nuevo-judio-5778/). Este autoanálisis por parte de cada hebreo, se hacía hasta el día de expiación.

¿Cuál era el objetivo de esta fiesta? Llevar a la reflexión a cada judío, porque se acercaba el día más temido por toda la nación hebrea: el día de expiación (heb. Yom Kippur), celebrado el 10 del séptimo mes (heb. Tishri). Como el día de expiación era un día de juicio, era necesario que los judíos se preparen, compungiendo su corazón y arrepintiéndose por sus pecados. En palabras de Ángel M. Rodríguez: “Es posible que el objetivo de la fiesta [de las trompetas] haya sido recordar al pueblo que Dios era el Creador y Juez del mundo en preparación para el Día de expiación (Sal 95-100)” (Israelite Festivals and the Christian Church, 5). La fiesta de las trompetas servía para preparar al pueblo para el Día del juicio.

Entonces, ¿de qué manera ayuda esta fiesta al momento de leer las siete trompetas? En dos aspectos: (1) así como la fiesta de las trompetas era un llamado a la reflexión y al arrepentimiento a los hebreos, las siete trompetas también son un llamado a lo mismo. Una vez más, por eso sus juicios, en cada trompeta, solo lo experimenta la tercera parte de la tierra, y no toda la tierra. Dios utiliza la justicia, para hacer reflexionar a los moradores de la tierra. (2) Así como la fiesta de las trompetas preparaban al pueblo de Dios para el Día de expiación, las siete trompetas del Apocalipsis nos dirigen al Día de expiación cósmico (o juicio escatológico),[3] iniciado 1844 dC. Como la fiesta de las trompetas fue la antesala del Día de expiación; las siete trompetas ―desarrolladas a lo largo de la historia― también son la antesala del juicio escatológico. En palabras de Richard Davidson: “Igual que la Fiesta de las Tromperas emplazaba al antiguo Israel para que se preparase para el venidero día del juicio, el Yom Kippur; las trompetas del Apocalipsis ponen de relieve especialmente la cercanía del Yom Kippur antitípico” (“Sanctuary Tipology”, Symposium on Revelation, 6:123). La fiesta de las trompetas era un llamado al día de expiación; las siete trompetas son un llamado al juicio escatológico.

Los reinos que reciben los juicios de las siete trompetas

Para reconocer los reinos que reciben los siete juicios/trompetas, es importante tener en cuenta dos aspectos: (1) la unidad literaria de Daniel y Apocalipsis, y (2) el paralelismo de las siete trompetas con las siete iglesias y siete sellos.

(1) Unidad literaria de Daniel y Apocalipsis. Esta clave es la determinante para elegir los reinos que reciben las trompetas. Si la obviamos o malinterpretamos, terminaremos sugiriendo reinos que, probablemente, Dios no tenía en mente al momento de revelar el Apocalipsis.
Esta clave, sencillamente, consiste en comprender el libro de Apocalipsis a la luz de Daniel; esto, por supuesto, incluye la búsqueda del significado de ciertos símbolos apocalípticos en el libro de Daniel. ¿Por qué la necesidad de recurrir a Daniel? Porque los dos tienen el mismo género apocalíptico y se complementan entre sí; es como que ambos libros son uno, pero en dos partes.
Esta unidad, por ejemplo, nos lleva a Daniel a la hora de querer determinar los siete reyes de Apocalipsis 17:8-11. Si no se recurre a Daniel, será imposible reconocer a estos siete reyes. Algo semejante sucede con las siete trompetas. Para identificar los reinos que recibirán las trompetas, es pertinente recurrir a Daniel y Apocalipsis, y ver qué reinos opresores son profetizados para la era cristiana. ¿Cuáles son estos reinos?

En base a esta tabla, los únicos reinos que aparecen en el período de las siete iglesias, siete sellos y siete trompetas, son Roma imperial, Roma papal y Estados Unidos. Por ello, lo más recomendable es elegir a estos tres reinos como los que reciben las siete trompetas. Esto es lo más bíblico posible. Estas potencias serían las que, por perseguir a los hijos de Dios durante la historia, reciben los mini juicios registrados en el tercer septenario.

(2) Paralelismo entre las siete iglesias, siete sellos y siete trompetas. Como ya se ha estudiado hace algunas semanas, existe un paralelismo entre las siete iglesias y los siete sellos. Por ejemplo, las cuatro primeras iglesias y los cuatro primeros sellos coinciden en su cumplimiento:

​El mismo paralelismo no sucede con las otras tres iglesias y últimos tres sellos. Observemos:

Así como sucede entre las últimas tres iglesias y últimos tres sellos, ocurre cuando se hace un paralelismo con las siete trompetas. Por ejemplo, si la primera iglesia se cumplió entre los años 31 y 100, no esperemos que la primera trompeta caiga en esos años; al contrario, se debe esperar el tiempo o la fecha en que el reino que persiguió a la iglesia de Éfeso en el primer siglo, reciba su castigo en el futuro. Cada juicio o trompeta no se verá inmediatamente al terminar el periodo de cada iglesia profética, porque la paciencia del Creador (antes de enviar sus juicios) es grande. El castigo puede venir más adelante. Un ejemplo: si el principal enemigo de la iglesia en el primer siglo fue el Imperio romano, los castigos divinos en contra de este reino, históricamente, no llegaron al terminar el año 100, sino tres siglos más adelante. Entonces, no esperemos que cada trompeta coincida estrictamente con las siete iglesias y siete sellos. Sin embargo, lo que sí es seguro, es que tanto las siete iglesias, los siete sellos como las siete trompetas, se cumplen a lo largo de la historia. Decir que los siete sellos y las siete trompetas aún no se cumplen, es un error.

Con todo lo comentado, ¿es posible encontrar cierto paralelismo (aunque no estricto en las fechas) entre Las siete iglesias, Los siete sellos y Las siete trompetas? Parece que sí. Observe la siguiente tabla:

Como se dijo, si bien es cierto no hay un paralelismo estricto con las trompetas en cuanto a las fechas, lo que sí es evidente, es que las primeras tres visiones de Apocalipsis se han estado cumpliendo a lo largo de la historia.

Cumplimiento de las siete trompetas

Antes de mencionar los juicios emitidos por Dios a los reinos opresores, como cumplimiento de las siete trompetas, necesitamos responder la siguiente pregunta: ¿cuándo inician las siete trompetas, y cuándo terminan de sonar? Para responder ambas preguntas, es necesario recurrir a: (1) la escena introductoria del santuario (Ap 8:2-5), (2) la séptima trompeta (Ap 10:7; 11:15-17) y (3) los textos de este septenario, que evidencian su cumplimiento antes del fin del tiempo de gracia.

  • El primer elemento es la Introducción de las siete trompetas (8:2-5). En la Introducción de las dos primeras visiones del Apocalipsis, uno pudo comprender la naturaleza profética de cada visión y cuándo estas iniciaron. Por ejemplo, en la Introducción de las Siete iglesias (Ap 1:9-20), vemos a Juan en visión, y en ella se le dice: “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas” (1:19). Al mismo Juan, en el año 96 dC, se le dice que escriba las cosas relacionadas al primer siglo y a lo que iba a suceder más adelante. Por lo registrado en esta Introducción, entonces, la visión de las siete iglesias comenzó en el primer siglo.
    La Introducción de los siete sellos, registrada en Apocalipsis 4 y 5, revela la entronización de Cristo en el año 31 d.C. Al terminar la entronización, inicia el primer sello. Esto significa que los siete sellos iniciaron también en el primer siglo.
    Así como en las dos primeras visiones, ¿podremos encontrar el inicio del cumplimiento profético de las Siete trompetas en su misma Introducción (Ap 8:2-5)? Por supuesto que sí. ¿De qué manera? Si leemos con detenimiento, en estos textos vemos la intercesión de los santos (vv. 3-4) y la justicia divina (v. 5). ¿Gracias a qué y a quién hay intercesión en el santuario celestial? Por supuesto, gracias a la muerte, resurrección y ascensión de Cristo al cielo. ¿Y cuándo inició la intercesión en el cielo? En el año 31 d.C. Por ello, las trompetas iniciarían en cualquier año posterior al siglo I. Con esto, nosotros somos llamados a identificar qué reinos, en la era cristiana, recibieron las trompetas o juicios divinos.
  • El segundo elemento es el sonido de la séptima trompeta. La séptima trompeta (Ap 11:15-17) registra la segunda venida de Cristo. Cuando esta suene, Cristo reinará por “los siglos de los siglos” (v. 15). Pero, es interesante que, en Apocalipsis 10:7, cuando se anticipa la séptima trompeta, se amplía qué más sucederá cuando suene la séptima trompeta. O sea, la séptima trompeta no solo tiene que ver con la segunda venida, sino también con otros acontecimientos más. Leamos: “sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas”.
    Según el texto, cuando suene la séptima trompeta, el misterio de Dios se habrá consumado. ¿Y cuál es ese misterio? La salvación, el evangelio (Ro 16:25-27; Ef 3:4-6; ver Stefanoviç, Revelation, 325; Paulien, Seven Keys, 94-95; LaRondelle, Las profecías del fin, 209). Entonces, lo que nos está diciendo el texto, es que para que la séptima trompeta suene, primero aquel misterio debe consumarse. Dicho de otro modo, primero se consuma la predicación del evangelio, y luego suena la séptima trompeta.
    ¿Qué implicancia tiene la consumación de la predicación del evangelio? El fin del tiempo de la gracia. Se consuma la salvación para los moradores de la tierra, porque el tiempo de la gracia terminó. Al terminar el tiempo de gracia, comienza a sonar la séptima trompeta.
    Es sabido que, al terminar el tiempo de la gracia, según Apocalipsis 15-16, deben caer las siete plagas postreras. Por tanto, si por un lado la séptima trompeta comienza a sonar después que termina el tiempo de gracia; y, por otro lado, las siete plagas postreras caen después que termina el tiempo de gracia; entonces, el sonido de la séptima trompeta consiste en la caída de las siete plagas y la segunda venida de Cristo. “El contenido de la séptima trompeta se revela en las 7 plagas del juicio final de Dios” (LaRondelle, Las profecías del fin, 172-173). Por ello, la séptima trompeta tiene que ver con el fin del tiempo de gracia, las siete plagas y la segunda venida.
  • El tercer elemento son los textos de este septenario, que evidencian su cumplimiento antes del fin del tiempo de gracia. Ellos revelan que, mientras suena cada trompeta, el tiempo de gracia continúa. Por ejemplo:
    1. Apocalipsis 9:4: quinta trompeta. Como la expansión de la sexta trompeta tiene que ver con los 1.260 días (Ap 11:3-4), los cuales se cumplieron entre los años 538 y 1798 d.C.; entonces, la quinta trompeta tiene su cumplimiento antes del año 1798.[4]
    2. Apocalipsis 10:10: interludio entre la sexta y séptima trompetas. En este texto, a Juan se le pide que “profetice otra vez”. ¿Cómo y cuándo se cumple dicho pedido? Con la predicación del evangelio eterno de Apocalipsis 14:6 y de los mensajes de los tres ángeles (Ap 14:6-12), desde el año 1844 d.C.[5] Los moradores de la tierra, de acuerdo a Apocalipsis 11:10 y 14:6-7, aún tienen oportunidad de arrepentirse de aceptar dicho evangelio y ser salvos. El texto da a entender, a la luz de Apocalipsis 14:6-7, que hay trompetas que se han sonado antes de 1844 d.C.
    3. Apocalipsis 9:13: quinta trompeta. Aquí, la voz sale de entre los “cuatro cuernos del altar de oro”, y hace referencia al altar de Apocalipsis 8:3-4. Esto permite pensar que la intercesión continúa.[6]
    4. Apocalipsis 9:20-21: sexta trompeta. Si bien es cierto aquí se describe que “otros hombres” no murieron ni se arrepintieron, el texto da a entender que se les dio oportunidad. El Espíritu obró, porque no recibieron “estas plagas” (v. 20); sin embargo, siguieron en el pecado. La libertad y la oportunidad de salvación son evidentes en esta trompeta.
    5. Apocalipsis 11:3: interludio entre la sexta y séptima trompetas. Se registra a los dos testigos (AT y NT) profetizando por 1.260 días, los cuales se cumplieron en la edad media. Este hecho, de profetizar, implicó transmitir un mensaje de salvación, al igual que en 10:11. Su objetivo principal es dar “testimonio” (11:7).
    6. Apocalipsis 11:13: interludio entre la sexta y séptima trompetas. Los “demás”, que registra este texto, “dieron gloria al Dios del cielo”, que es una respuesta apropiada al evangelio eterno de Apocalipsis 14:6-7.[7]

      Estos textos, que aparecen en este septenario, revelan que su cumplimiento tiene que ver con el tiempo antes que termine la gracia (básicamente, las seis primeras trompetas). Si bien es cierto estas trompetas son juicios, en su contenido se revela a Dios aun obrando en el corazón de los moradores de la tierra. Por ejemplo, obrando a través del Espíritu y de las Escrituras. Esto permite concluir, una vez más, que el cumplimiento de este tercer septenario es histórico y previo al fin del tiempo de gracia (por supuesto, a excepción de la séptimo trompeta).

Si la primera trompeta comienza a sonar o a ejecutarse en cualquier momento posterior al siglo I (puede ser en el siglo II, III, IV, etc.), y la última tiene que ver con las siete plagas postreras; entonces, la visión de las siete trompetas tiene que cumplirse entre ambos momentos, durante la era cristiana. LaRondelle declara: “Si las siete últimas plagas constituyen los ayes de la séptima trompeta, esto implica que las anteriores seis trompetas simbolizan los juicios preliminares de Dios que toman lugar durante la era de la iglesia. Si los juicios de las plagas marcan el inicio del tiempo posterior a la prueba; entonces, los juicios de las trompetas caen dentro del tiempo de prueba y cubren la era cristiana” (“The Trumpets in the their Contexts”, 88). Esto nos lleva a concluir que esta visión no se cumplirá en el futuro, ni se desarrolló en el primer siglo.

Conclusión
  1. Las siete trompetas tienen su cumplimiento a lo largo de la historia cristiana. Estas no tuvieron cumplimiento en el primer siglo, ni tendrán un cumplimiento futuro.
  2. Las siete trompetas son siete juicio divinos, enviados en contra de los reinos que, a lo largo de la historia, han perseguido a la iglesia. Estos reinos deben ser identificados a la luz del libro de Daniel.
  3. Los juicios de las siete trompetas son una respuesta al clamor de los hijos de Dios, que pidieron justicia. Así como el Señor les respondió y, por la evidencia histórica, emitió justicia; hoy en día, Él es capaz de ayudarte y librarte de tus enemigos. No te olvides, Él es justo, y siempre vindica a los suyos.

Referencias:

[1]El asunto de las siete trompetas es muy discutido en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Algunos, como Alberto Treiyer, se inclinan por la interpretación de Urias Smith (que ha sido la postura tradicional de nuestra iglesia). Otros, como Hans LaRondelle, Jon Paulien, Ranko Stefanoviç y Ekkehart Mueller, han desafiado la interpretación tradicional de nuestra iglesia, y han presentado nuevas propuestas (semejantes entre sí), pero desde una perspectiva exegética. Este desafío es importante, porque la interpretación tradicional tiene algunas observaciones. Otros, como Edwin Gane y Marvyn Moore, han intentado, erradamente, darles un valor espiritual y futurista a las siete trompetas.
En estas tres propuestas principales, los que abogan por la interpretación tradicional, como Treiyer, se dedican más a lo histórico que a lo exegético; y los que han desafiado la interpretación tradicional, como Paulien, Stefanoviç y Mueller, más se preocupan por lo exegético que por lo histórico. En el caso de Gane y Moore, ellos no se enfocan ni en lo exegético ni en el histórico (todo esto en relación a las trompetas de Apocalipsis). Esto genera preocupación y la necesidad de ser equilibrado. El adventismo, por ser Historicista, necesita recurrir a la historia para ver el cumplimiento de la profecía. En el caso de las Trompetas, se debe determinar qué reinos (imperios) recibieron los juicios divinos en la era cristiana. Pero no solo recurrimos al Historicismo, sino que usamos el método Histórico-gramatical para entender la Escritura. Para las trompetas, es necesario recurrir al Antiguo Testamento, las fiestas judías y la determinación del significado de símbolos apocalípticos, pero a la luz de la Sola Scriptura.
El adventismo, como siempre, continuará estudiando el tercer septenario del Apocalipsis, hasta encontrar un consenso; a pesar que hay muchas propuestas. Pero, en lo único que no podemos caer, es en la actitud inmadura de ofender a las personas, solo por no aceptar nuestras propuestas. Esto incluye, por ejemplo, llamar “apóstatas” a todos aquellos que no comparten con “mi” o “nuestra” propuesta sobre las trompetas. Por las connotaciones e implicancias que tiene la palabra “apostasía”, se la debe usar con mucho cuidado, y no a la ligera (como algunos la están usando a la hora de defender sus ideas).

[2]En el adventismo, y aun entre los no adventistas, el más conocedor sobre el uso del AT en la visión de las siete trompetas, es Jon Paulien. Recomiendo leer su tesis doctoral: “Allusions, Exegetical Method, and the Interpretation of Revelation 8:7-12”, 1987. Quien también conoce sobre las trompetas, y propone microestructuras de lo registrado en Apocalipsis 8:2-11:17, es Ekkehardt Mueller. Sugiero dar lectura su tesis doctoral: “Microestructural analysis of Revelation 4-11”, 1994.

[3]Entiéndase por juicio escatológico, a aquel que inicia en 1844 dC, y que tiene tres etapas: el investigador (de 1844 hasta la II venida), el de confirmación (durante el milenio) y el final (después del milenio).

[4]Ekkehardt Mueller, “The Sealing of Humans in Revelation 7:2-3 and 9:4”, Biblical Research Institute, https://www.adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/The_Sealing_of_Humans_in_Revelation_7.pdf (consultado el 22 de febrero, 2018), 2.

[5]Sobre los mensajes de los tres ángeles, ver Oscar S. Mendoza, “El mensaje del remanente en el tiempo del fin: el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12”, Didajé 1/2 (2013): 66-96; ibíd., “¿En qué consiste la proclamación de los mensajes de los tres ángeles?”, Estrategias 16/1 (2018): 75-86.

[6]Jon Paulien, “El historicismo y las siete trompetas”, Ministerio adventista, marzo-abril, 2013, 13.

[7]Ibíd., 14.