Actualmente, hay cristianos que han preferido adaptar el Halloween y celebrarlo cada 31 de octubre. El diablo no solo ha usado al catolicismo para sentar las bases del Halloween, sino que, ahora, quiere que todo el cristianismo lo celebre. Penosamente, hay adventistas que se inclinan también por esta línea (lo “bueno” es que son pocos, lo malo es que lo promueven).
¿Realmente el creyente es llamado a participar de esta fiesta? ¿Puede uno, como adventista, adaptar esta celebración con fines cristianos? ¿Qué dice la Biblia al respecto?
Desarrollo histórico de Halloween[1]
Se inició con los celtas (norte de Europa [Irlanda, Escocia, Gales y Francia]), entre los años 700 y 600 a. C. Ellos tenían un calendario dividido en dos: el luminoso y el oscuro. En el calendario oscuro, el inicio de la mitad oscura era el 1 de noviembre, el cual daba inicio al año nuevo de cosecha. Sin embargo, los celtas iniciaban su celebración un día antes: el 31 de octubre. Ellos consideraban que la participación de esta fiesta era un asunto de vida o muerte.
La fiesta de este día se llamaba Sam-hain. En este día, los espíritus de los muertos de otras realidades podían entrar a la nuestra, y los vivos podían entrar en esa realidad y perderse también. Lo sobrenatural controlaba lo natural. También, se creía que los “duendes, gatos negros, hadas y demonios de toda clase rondaban la tierra. Era el tiempo de apaciguar a los poderes sobrenaturales que controlaban el proceso de la naturaleza”.[2] “El velo entre la vida y la muerte estaba en su punto más delgado, y vivos y muertos podían mezclarse. Esa es la raíz de todas las celebraciones de Halloween”.[3]
En ese día, los sacerdotes iban de casa en casa a pedir alimentos para su propio consumo y ofrendas para sus deidades. Si las personas no le daban lo que solicitaban, los sacerdotes maldecían el hogar y algunos de la familia hasta llegaban a morir. Para ello, los pobladores colocaban nabos y encendían fogatas para ahuyentar a los espíritus (que supuestamente visitaban los hogares).
Los druidas celtas –sacerdotes, jueces, legisladores y científicos– llevaban un nabo ahuecado con una cara tallada, que representaba el espíritu demoníaco (fuente de su poder y conocimiento). En dicho día, ellos realizaban sacrificios humanos para sus dioses. En sí, el objetivo principal de Sam-hain era honrar al señor de la muerte Samher.
¿Cómo fue que esta fiesta se cristianizó? Aquí, la Iglesia Católica es la responsable. Los romanos tenían un festival llamado «Lemuria», el cual culminaba el 13 de mayo (considerada la fiesta más escalofriante). Según ellos, en ese día los espíritus de los fallecidos salían y asustaban a las personas. Para reprimir a los muertos, los romanos vertían leche sobre sus tumbas o les ofrecían pastelillos.
Como esta fiesta les era atractiva y a fines de sus creencias, en 609 d.C., el catolicismo adoptó el Lemuria, convirtiéndolo en el «día de los santos». El objetivo era honrar a los muertos cristianos sagrados que no tenían un día especial de celebración. Aunque el evangelio ya había entrado a Gran Bretaña para el siglo V d.C., el día de todos los santos seguía celebrándose aún hasta el siglo VIII. ¿Qué fecha? 13 de mayo.
En 835 d.C., el papa Gregorio IV cambió la fecha del 13 de mayo al 1 de noviembre. Su nombre fue «All Saint´s Day» o «All Hallows Day» («día de todos los santos»). Entonces, al 31 de octubre se le llamó «víspera del Día de todos los santos», que en inglés es «All Hallows evening». Abreviando, llegó a decir «All hallows even»; y, finalmente, «Halloween».
El catolicismo agregó una fiesta más: el «día de todos los muertos», celebrada el 2 de noviembre. En esta se honraba a los que partían y se intercedía por aquellos que están en el purgatorio.
¿Con qué objetivo el catolicismo trajo el Lemuria a sus filas? Con el propósito de embellecer la inmortalidad del alma. Ellos tuvieron en mente honrar a la muerte y a sus muertos, pero, mostrando un supuesto mensaje esperanzador: 1) los santos, que estarían en el paraíso (algunos de ellos habrían llegado del purgatorio), necesitan ser honrados el 1 de noviembre; y 2) los muertos que, aparentemente estarían en el purgatorio, pueden ir al paraíso el 2 de noviembre. Por eso, en el 2 de noviembre, los sacerdotes católicos pedían a los cristianos que oren por los muertos que estaban en el purgatorio. Gracias a sus oraciones, las almas podían volar al cielo.
Al adoptar el Lemuria, el catolicismo, imitando a los celtas, re-estableció la tradición de “dulce o truco”. Los niños salían para pedir pasteles para beneficiar a las almas. A cambio, ellos oraban por los atrapados en el purgatorio.
Con todo esto, no sorprende por qué decimos que el Halloween que tenemos hoy es gracias al catolicismo. Esta iglesia sentó las bases, y esto lo tiene muy claro History Channel, al decir: “Así que, agradezca a la iglesia [Católica] por inspirar las escalofriantes bases del Halloween”.[4]
Continuando con la historia, ya para el siglo XVII y en Europa, Halloween sería la “fiesta de la muerte”, celebrada el 31 de octubre. ¿Cómo se celebraba? Colocándose máscaras (para ocultar la identidad) y yendo a las casas para pedir comida y bebida. Penosamente, si no se recibía lo solicitado, la reacción por parte de los niños era agresiva.
Como reacción a lo adaptado por el catolicismo, los puritanos, al emigrar a Estados Unidos, trataron de eliminar Halloween, porque lo consideraron diabólico y amenazador. Pero no pudieron lograrlo; ya había celebraciones de Gay Fawkes en la costa de América, que se realizaba cada 5 de noviembre. Con esta fiesta se inició el “Halloween estadounidense”. A mediados del siglo XIX, se mezclaría “la imagen de un espíritu” con “una bruja” y “esqueletos”, para participar de la “macabra danza de Halloween”.
En Estados Unidos, como el Halloween se había convertido más violento, para fines del siglo XIX e inicios del XX se decidió cambiar la cara de Halloween y darle un valor más bromista y colorido; con juegos, trucos y concursos. Se retomó la tradición “dulce o truco”, que consistía en arrojar dulces y chocolates en las calabazas, con el propósito de evitar las bromas de los que piden. Esta tradición continúa hasta ahora.
Finalmente, los dos emblemas principales de Halloween son: 1) el nabo ahuecado de Jack O´Lantern, que contenía una vela dentro, y que, luego, evolucionó a la popular calabaza; y 2) la sabana o sudario, que comúnmente se usaba para envolver a los muertos.
31 de octubre y el satanismo
El 31 de octubre es una fecha muy importante para el satanismo. Por ejemplo, en la Biblia satánica, escrita por Anton Szandor LaVey, se dice que las tres celebraciones principales de Satanás son: 1) el cumpleaños de uno mismo,[5] 2) la noche de Valpurgis y 3) Halloween.
Un 31 de octubre de 1999, Karla LaVey refundó la iglesia satánica para honrar a su padre Anton LaVey. En este día, se honra a la muerte y a su señor el diablo. Evidentemente, 31 de octubre es una fecha relevante para el satanismo.
Por qué cristianizar el Halloween
El objetivo principal del catolicismo, al haber traído el Lemuria, era honrar a la muerte. En realidad, siempre la honró, creyendo que hay vida después de la muerte y que los muertos pueden volver a tener otra oportunidad, supuestamente para ir al paraíso.
No solo eso, la iglesia en mención siempre se ha inclinado por santificar las fiestas, por más que sean pecaminosas. A tal punto de eliminar un mandamiento de Éxodo 20 y reemplazarlo por “Santificarás las fiestas”; y qué mejor que haber cristianizado el Halloween, y crear “día de todos los santos” y el “día de los muertos”. Con estas celebraciones el catolicismo honra a la muerte y promueve sus doctrinas espiritistas; entre ellas, la inmortalidad del alma.
¿Por qué cierto sector del mundo evangélico se inclina también por celebrar Halloween? Porque el evangelicalismo, al igual que el catolicismo, sostiene la creencia espiritista que hay vida después de la muerte;[6] si hasta el mismo Martín Lutero sostenía que ciertas almas se despertaban, cada cierto tiempo, para presentarse ante Dios.[7]
Simple y llanamente, el satanismo, ciertos sectores del catolicismo y cierto sector del evangelicalismo se inclinan por celebrar un adaptado Halloween, porque a los tres les une la doctrina de la inmortalidad del alma.
Esto no debe sorprendernos, porque Apocalipsis 13 y 16:13 señalan que Satanás tiene dos aliados, que juntos forman la trinidad satánica. ¿Quiénes son esos aliados? El papado y el evangelicalismo apóstata de los Estados Unidos.
¿Qué dice la Biblia sobre la inmortalidad el “alma”?
Halloween tiene como fundamento la inmortalidad del alma. Sin esta creencia, esta fiesta se vendría abajo. ¿Qué dice la Biblia al respecto? La Escritura revela que el hombre es un alma viviente y que no tiene un alma (ver Ez 18:20). El alma no es un espectro, sino que es el ser humano en su totalidad; es la unidad holística entre “cuerpo” y “espíritu” / “aliento de vida” (Gn 2:7).
La Palabra señala que no hay vida después de la muerte (Ec 9:5-10), e indica que todo espíritu/aliento de vida regresa a Dios, ya sea de una persona mala o buena, porque Él es el Dador de la vida. Esto está registrado en Salmo 146:4 y Eclesiastés 12:7. Por su parte, Pablo, en 1 Timoteo 6:15-16, enseñó que el Único ser inmortal es Dios. Ningún ser humano es inmortal; por tanto, no existe “alma inmortal”. Según el registro bíblico, la única persona que dijo que el ser humano puede ser inmortal, fue Satanás (Gn 3:4). Por supuesto, tal fue una mentira, recordemos que él es el padre de la mentira.
El Nuevo Testamento testifica que el diablo puede convertirse en un ser de luz y engañar a la gente (2 Cor 11:14). Aquellas almas, que enseña Halloween, simplemente son demonios; que, con su accionar, tienen como objetivo engañar a la gente que habría vida después de la muerte.
El Apocalipsis (2:7; 22:14) enseña que el ser humano solo llegará a ser inmortal cuando coma del árbol de la vida, y esto sucederá con la segunda venida de Cristo. No hay evidencia bíblica para sostener que el ser humano o su espíritu puedan ser inmortales. Al contrario, existen muchos textos, como se han leído, que rechazan la “inmortalidad del alma”.
Por tanto, toda creencia, práctica o fiesta que tenga como base la inmortalidad del alma, debe ser descartada por toda persona que lee la Biblia. Por supuesto, entre esas fiestas para descartar está Halloween.
¿Es correcto participar de Halloween?
Como creyentes, somos llamados a rechazar Halloween y sus adaptaciones cristianas. Por las siguientes razones:
- Porque esta fiesta honra a la muerte, y no a la vida. El creyente cree en un Dios de vida, no de muerte. El mismo Señor Jesucristo señaló que Él mismo es “la resurrección y la vida” (Jn 11:25). En este planeta, la muerte entró como intruso por causa del pecado. En sí, el único responsable de la muerte es Satanás.
La muerte tiene una connotación negativa en la Escritura y es lo contrario a lo que otorga Dios. Mientras el diablo provoca la muerte, Dios da vida, y vida en abundancia (Juan 10:10). Por un lado, el diablo ideó matar al ser humano por completo; por otro lado, Dios planificó salvar al hombre por más que haya pecado, y le promete la vida eterna. Con todo esto, ¿cómo es que un creyente va a honrar la muerte en Halloween? En sí, el creyente celebra la vida, no la muerte.
Si Dios ha llamado al creyente para que tenga vida eterna, ¿cómo es que este decide celebrar la muerte cada 31 de octubre? El cristiano que decide celebrar Halloween, simplemente honra a la muerte y deshonra al Dios de vida (¡que le dio la vida!). Razón tiene Jessica Trevithick: “Halloween está intensamente ligado con lo oculto y una preocupación por los muertos –dos influencias sobre los que la Escritura y la iglesia constantemente advierten… El hecho de celebrar Halloween deshonra nuestro Salvador resucitado”.[8] - Porque es una de las fiestas principales de Satanás. Lo más terrible y paradójico que pueda suceder hoy, es que, sabiendo que Halloween es una de las fiestas principales de Satanás, haya cristianos que deseen celebrarla. ¿Es que acaso Dios nos ha llamado a recurrir al satanismo para adaptar sus fiestas y, luego, celebrarlas? ¿No se supone que somos llamados a tener uno solo Señor y no dos señores (Mt 6:24)? Cuando nos bautizamos, ¿no se supone que hemos dejado “al antiguo señor” (diablo), para tener un nuevo Señor (Jesucristo) y experimentar así la vida eterna (Ro 6:22-23)? ¿Cómo es que ahora vamos a recurrir a nuestro antiguo señor, para adaptar y participar de una de sus celebraciones? En el adventismo de hoy se ha recurrido al catolicismo y evangelicalismo para adaptar ciertos ritos, cultos y géneros musicales. ¿Es que acaso toca ir al satanismo para traer a la iglesia algo novedoso?
Repetimos, la Escritura es clara: nadie puede servir a dos señores. ¿O adoramos al Dios de vida u honramos al dios de muerte? Si decidimos honrar a nuestro Salvador, sí o sí tendremos que rechazar a Halloween y sus adaptaciones.
Gracias a Dios, el adventismo tiene un rechazo abierto hacia esta fiesta, porque tiene que ver con lo oculto y demoníaco. No hay apoyo “para este tipo de festival”.[9] - Porque tiene como fundamento una doctrina anti bíblica. La doctrina anti bíblica que Halloween tiene como fundamento, es la inmortalidad del alma. ¿Es bíblica esta creencia? No, y ya se demostró en la tercera parte de este artículo. Entonces, si no es bíblica, ¿cómo es que un cristiano quiere celebrarla, practicando lo que esta enseña? Si la Biblia enseña que no hay vida después de la muerte, ¿cómo es que vamos a celebrar la muerte?
¿No se supone que el creyente es llamado a vivir en la verdad y no en la mentira? El mismo Señor Jesucristo dijo “Yo soy la verdad y la vida” (Jn 14:6). Si Él es la verdad, ¿cómo es que vamos a participar de una fiesta que tiene como único fundamento una mentira?
Ojo, y esto es peligroso, porque el conocimiento de la verdad es elemental para nuestra salvación. Si un cristiano no conoce la verdad y vive en base a una mentira, no podrá experimentar la salvación en Cristo. La advertencia y consejo de Pablo a Timoteo, hoy, es pertinente: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Ti 4:16).
Por ello, como conocedores de la verdad no debemos involucrarnos en fiestas que tienen como base una mentira. Halloween estuvo en la mente del padre de la mentira y no debe ser celebrada por nadie que conoce la verdad. ¿Qué parte de Halloween puede ser cristiano o bíblico?
En realidad, esta fiesta satánica es un gran desafío para la Palabra de Dios. Lo declarado por Gerhard Pfandl es oportuno: “El Halloween y sus costumbres no tiene raíces en la Escritura o en la Iglesia Cristiana. Ellos están firmemente enraizados en las prácticas ocultas y paganas… Cualquier práctica derivada de lo oculto, es incompatible con las enseñanzas de la Escritura”.[10] Más adelante, añade: “Los Adventistas del Séptimo Día reconocen que el Espiritualismo tiene muchos rostros. Algunos de ellos pueden parecer inofensivos e incluso divertidos. Sin embargo, llevan a los niños y adultos lejos de la verdad de Dios, y pueden convertirse en trampolín para impulsar el entrelazamiento con lo oculto”.[11] - Porque sus emblemas tienen que ver con muertos, brujas, duendes y demonios. La Escritura registra que no debemos vincularnos con espiritistas, hechiceros, brujos y demonios (Éx 22:18; Lv 20:6; Gá 5:19-20; 1 Ts 5:22; Ef 5:7-8, 11). ¿Por qué? Porque tienen que ver con el mundo de las tinieblas. Como hijos de Dios somos llamados a ser críticos con los asuntos satánicos y rechazar todo lo que viene del enemigo. Pablo, en 2 Corintios 6:14 y 15, tiene razón al decir: “¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial?”. En Efesios 5:11, el mismo apóstol escribió: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”. Si el llamado para nosotros es “reprended” las obras de las tinieblas (¿alguien se atreve a decir que Halloween no es una obra maestra del diablo?), ¿cómo es que vamos a adaptar el Halloween para celebrarlo? En ninguna parte de la Escritura señala “adapten las obras de las tinieblas”. El llamado divino es claro, dice “no participéis”.
Todos los emblemas de Halloween son elementos contrarios a la Escritura, que llevan al engaño y la perdición. Dios desea que no tengamos nada que ver con ellos. Trevithick tiene razón, al decir: “Halloween es comparable a caminar en un cementerio en medio de lápidas y observar una extraña combinación de mal y diversión, y entonces preguntarse quién ha sido el organizador”.[12] “¿Qué tiene en común asesinos, brujas, demonios, vampiros y sangre con el pueblo de Dios, a quien Pablo llama «hijos de luz» en Efesios 5:8? ¿No deberíamos pensar seriamente en si se glorifica a Satanás y sus ángeles?”.[13] - Porque no recrea ni es productivo. ¿Realmente es productivo celebrar Halloween? ¿En qué beneficia a los niños, adolescentes y jóvenes? ¿Es algo que realmente los va a RE-CREAR? ¿Esta fiesta es beneficiosa para sus vidas espirituales? Todo parece indicar que no.
Recordemos que la Escritura señala que todo creyente debe pensar únicamente en asuntos nobles, santos y puros. Pablo escribió: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Fi 4:8). ¿Qué de verdadero, puro, amable, bueno, virtuoso y digno tiene Halloween?
También, el mismo Pablo, en 1 Corintios 10:31, indicó: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. ¿Podemos glorificar a Dios con el Halloween? Si la fiesta preferida de Satanás ─la cual él inventó─ es el Halloween, ¿esta misma podrá glorificar a Dios? Algo satánico, aun siendo adaptado, ¿puede glorificar a nuestro Salvador? Por supuesto que no. Trevithick es clara, al decir: “Halloween no es divertido, es el mal en su máxima expresión, y Jesús quiere que le hagamos frente en su nombre y con su poder”.[14]
Conclusión
- Halloween es satánico, sin lugar a dudas; y tiene como fundamento la creencia anti bíblica de la “inmortalidad del alma”. Su objetivo principal es honrar a la muerte.
- Siendo una fiesta diabólica, el creyente en Jesucristo es llamado a rechazarla. Es incoherente que un hijo de Dios participe de Halloween.
- Como adventistas, nunca se nos ha llamado ir al satanismo para traer estrategias de evangelización. El cristiano debe alejarse 100% de Halloween.
- Dios nos invita a no vincularnos con lo satánico. Nuestro foco siempre debe ser el Gran Yo Soy, Quien es Vida y Verdad.
Fuente: Estrategias 17/2 (2019): 53-64.
Referencias:
[1]Para este breve desarrollo histórico sobre el Halloween, estoy en deuda con History.com Editors, “Halloween 2019”, History, https://www.history.com/topics/halloween/history-of-halloween (consultado: 13 de octubre, 2019); History Channel, “The Origin of Halloween – Documentary”, https://www.youtube.com/watch?v=-kxdGLpxIsU (consultado: 30 de septiembre, 2018); Gerhard Pfandl, «Halloween and Seventh-day Adventists», Perspective Digest 14/4 (2009): 57-59. Por supuesto, con la siguiente fuente no estoy en deuda, por obvias razones. Pero, se tuvo en cuenta: Anton Szandor LaVey, La biblia satánica, trad. Danien Meléndez (Nueva York, NY: Avon Books, 1972), 111-113.
[2]Pfandl, 57.
[3]David Skal, “Halloween”, https://www.youtube.com/watch?v=-kxdGLpxIsU
[4] “Halloween”, https://www.youtube.com/watch?v=-kxdGLpxIsU
[5] No es que celebrar un cumpleaños sea pecaminoso. Nunca lo fue. En realidad, lo condenable es la actitud. ¿Por qué, para LaVey, el cumpleaños es una fiesta satánica? Para responder esta pregunta, necesitamos reconocer qué es un cumpleaños para él. Leamos lo que escribió: “El satanista piensa: ¿por qué no ser honestos, y si vas a crear un dios a tu imagen y semejanza, por qué no crear tal dios como si fueras tú? Todo hombre es un dios, si elige reconocerse como tal. Así, un satanista celebra su día de cumpleaños como la celebración más importante del año… Deberías felicitarte a ti mismo, comprarte lo que quieras, tratarte como el rey (o dios) que eres, y celebrar tu cumpleaños con tanta pompa y ceremonia como sea posible” (La biblia satánica, 112). Entonces, para LaVey, el cumpleaños satanista es una fiesta agradable para el diablo, porque en él un dios-hombre es quien lo celebra. Este tipo de cumpleaños tiene como objetivo elevar al cumpleañero humano al supuesto estatus de “dios”. Por supuesto, lo de LaVey, nada tiene que ver con los cumpleaños que celebramos nosotros.
[6] Para un mayor estudio, ver Oscar S. Mendoza, «El adventismo como remanente, sus fundamentos teológicos y su papel en un mundo cristiano pluralista», Evangelio 9 (2016): 68-89.
[7]Un análisis sobre la postura de Lutero sobre el estado de los muertos, está en Trevor O’Reggio, “A Re-examination of Luther’s View on the State of the Dead”, Journal of the Adventist Theological Society 22/2 (2011):154-170.
[8] Jessica Trevithick, «Halloween, ¿cristiano?», Revista Adventista, octubre, 2013, 9.
[9] Pfandl, 59.
[10] Ibíd.
[11] Ibíd.
[12] Trevithick, 9.
[13] Ibíd.
[14] Ibíd.