Acciones solidarias (noveno hábito)

Una acción solidaria es “cualquier acto o gesto que busca ayudar o beneficiar a los demás sin esperar nada a cambio”.[1] Estas acciones pueden manifestarse de diversas maneras, como la donación de dinero y recursos materiales, como alimentos o ropa, así como también a través de gestos como visitar a los presos en las cárceles, a los ancianos en los asilos, o a los huérfanos en los hogares de acogida, entre otros. Aquellos que están acostumbrados a llevar a cabo este tipo de acciones suelen destacarse por su espíritu caritativo y su disposición para servir a los demás.

La Biblia enfatiza la importancia de las acciones solidarias, llamando a los cristianos a llevarlas a cabo de manera regular. Por ejemplo, Santiago 1:27 declara: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”. En Mateo 25:40, Jesús destaca la significancia de estas acciones al decir: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. Proverbios 25:21 nos insta: “Si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua”. Además, Pablo aconseja a Timoteo en 1 Timoteo 6:18: “Que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir”. Estos pasajes revelan dos aspectos cruciales: primero, que aquellos que han experimentado la salvación en Cristo naturalmente buscan suplir las necesidades de los demás, y segundo, que las acciones solidarias son una parte integral del nuevo estilo de vida del creyente.

¿Cómo cultivar el hábito de realizar acciones solidarias? Te ofrezco algunas sugerencias:

  1. Reflexiona sobre lo que más te motiva. Si te sientes inclinado a visitar a los presos, ¡adelante! Si prefieres trabajar en centros de rehabilitación o asistir a hospitales, sigue tu corazón y realiza acciones que te llenen de alegría.
  2. Considera la posibilidad de establecer un ministerio solidario. Esto implica involucrar a otros miembros de la iglesia local. Si te interesa visitar a los presos, podrías formar un ministerio carcelario y trabajar en equipo para brindar apoyo a los reclusos.
  3. Planifica dedicar tiempo específico para estas acciones, como los sábados por la tarde o los domingos. Si tienes flexibilidad en tu horario, elige días específicos para llevar a cabo estas actividades solidarias.
  4. Destina parte de tus ingresos para ayudar a los más necesitados. Establece un presupuesto para este propósito y sé fiel en cumplirlo.
  5. Involucra a tu familia en estas actividades. Si tienes cónyuge e hijos, anímalos a participar y enseñarles el valor del servicio y la solidaridad.
  6. En caso de necesitar recursos adicionales, no dudes en solicitar donaciones a la iglesia u otras fuentes confiables, previa autorización.
  7. Mantén siempre en mente el propósito principal: si bien es importante realizar acciones solidarias, nuestra meta última es cumplir con la misión redentora. Asegúrate de que las personas a las que ayudaste también reciban enseñanzas bíblicas adecuadas, para que, en última instancia, puedan experimentar el bautismo y el crecimiento en Cristo.

Te animo fervientemente a llevar a cabo acciones solidarias de manera regular, semana tras semana. No hay nada más gratificante que emplear las bendiciones que hemos recibido del Señor para ayudar a satisfacer las necesidades de los demás. Estas acciones no solo pueden conducir a que muchas personas entreguen sus corazones al Señor Jesús, sino que también te ayudarán a cultivar una mayor dependencia de Cristo y a fortalecer la humildad en tu corazón.


Referencias:

[1]“¿Acciones solidarias?” prompt. ChatGPT, Septiembre 25 version, OpenAI, 5 de noviembre, chat.openai.com.