Culto familiar (segundo hábito)

El culto familiar representa el momento central en un hogar, donde sus miembros se entregan al Señor mediante la oración, el estudio de la Biblia y la alabanza. ¿Cuáles son sus beneficios? En primer lugar, contribuye a mejorar el carácter y las relaciones interpersonales. En segundo lugar, proporciona una oportunidad invaluable para enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos. Y en tercer lugar, fomenta en los niños una actitud de reverencia hacia Dios.

La importancia de la educación en los caminos del Señor desde la niñez está claramente revelada en la Biblia. Por ejemplo, 2 Timoteo 3:15 nos dice: “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. Asimismo, Deuteronomio 6:6-9 establece: “Estas palabras que yo te mando hoy… y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Nuestra profetisa nos aconsejó lo siguiente: “Los niños necesitan que la religión les sea presentada de un modo atractivo, no repulsivo. La hora del culto familiar debiera ser la más feliz del día. Cuidad de que la lectura de las Escrituras sea bien escogida y sencilla; de que los niños se unan en el canto; y de que las oraciones sean cortas y directas”.[1]

¿A qué hora se debería realizar el culto familiar? Este debería llevarse a cabo dos veces al día, inmediatamente después del culto personal. Sugiero lo siguiente:

Culto personal (esposos) Culto familiar (con los hijos)
10’Oración personal y de rodillas 10’Alabanza
10’Estudio de la Biblia (individualmente). 1’Primera oración
5’Dinámica bíblica
8’Estudio de la Lección de ES de adultos (los dos esposos). 10’Estudio de la Lección de ES para niños, según la edad de ellos.[2]
3’Himno final 4’Canto y oración final

El descanso representa uno de los mayores desafíos para que nuestros hijos participen en el culto familiar. No obstante, podemos tomar algunas decisiones al respecto: (1) Establecer un horario para que se acuesten, preferiblemente antes de las 9:30 pm. (2) Evitar que lleven dispositivos electrónicos u otros distractores a la cama. (3) Limitar la visualización de películas después de las 8:30 o 9:00 pm, entre otras medidas. Cuanto más tarde se acuesten nuestros hijos, más difícil será fomentar en ellos el hábito del culto familiar.

Es fundamental que el culto familiar resulte atractivo para ellos. A continuación, comparto algunas sugerencias al respecto: (1) Realizar el culto en diferentes lugares, como la casa o un parque. (2) Asignar responsabilidades a los hijos dentro del culto. (3) Enseñarles normas bíblicas de manera interactiva.[3] (4) Representar historias bíblicas de forma dinámica. (5) Asignarles tareas relacionadas con el culto.[4] (6) Realizar dinámicas bíblicas para mantener su interés. (7) Incluir cantos y actividades de mímica. (8) Considerar ofrecerles algo especial al final del culto, como una ensalada de frutas, un chocolate o una galleta. (9) Concluir el culto con una oración, tomados de las manos, y despedirse con un beso en la frente.

Te animo a llevar a cabo el culto familiar diariamente. Verás que los problemas se reducirán y las bendiciones divinas aumentarán. No hay nada mejor que enseñar a nuestros hijos el hábito de presentarse ante Dios todos los días.


Referencias:

[1]The Southern Watchman, 13 de julio de 1905.

[2]Para el culto vespertino, la familia podría estudiar la matutina o algunas historias bíblicas.

[3]Álvaro F. Rodríguez, “El culto familiar en la primera infancia”, Estrategias 9, no. 1 (2012): 71-78.

[4]Ibid.