3) El santuario celestial y el literalismo extremo
En el cielo sí existe un santuario real y no es una simple metáfora. Esto es explícito en Hebreos 8: 2-5, donde revela que Cristo es “ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre” (la cursiva es para énfasis). Desde ese mismo lugar, Dios, sentado sobre su trono, administra el universo entero (Heb. 1:3), emite sus juicios y obra la salvación (Apo. 16: 1). Al ser un lugar real, al Señor le acompañan los ángeles (Apo. 5: 11), los 24 ancianos (Apo. 4: 4), los querubines (Apo. 4: 6), etc.
Cuando Cristo ascendió al cielo en al año 31 d. C. (Hech 1: 10-11), ingresó al santuario celestial; por lo menos eso señala la epístola a los Hebreos (8: 1-3). El problema es que hay quienes sugieren —basándose supuestamente a Hebreos 9: 12— que Cristo fue directo al santísimo; como la Reina Valera de 1960 tradujo erradamente la expresión “tà hágia” como “santísimo”, muchos sostienen que el Señor se fue a ese departamento. Si es así ¿cómo se puede entender la expresión “lugar santísimo” de Hebreos 9: 12? Para responder esta pregunta, es recomendable recurrir al griego del NT.
En Hebreos 9:12, según la Reina Valera-1960, “lugar santísimo” sería la traducción griega de tà hágia. Sin embargo, la palabra hágia aparece cuatro veces en Hebreos: 9: 12, 24, 25; 13: 11; y, por su uso en toda la epístola, cuando el autor tiene en mente el cielo no se refiere en sí al lugar santísimo, sino al santuario celestial en general. Por ejemplo, en 9:24, “hágia” guarda relación con “cielos”, evidenciando el desinterés por parte del autor de especificar un departamento. En 9:25, todo parece indicar que tà hágia no es el lugar santísimo en sí, sino que sería el “santuario” en general; más aún cuando “lugar santísimo” (gr. hágia hagión) solo aparece en Hebreos en el capítulo 9:3, y se refiere al santísimo del santuario terrenal, no del celestial.
Entonces, ¿tà hágia se refiere al santuario en general o solo a uno de su departamentos? Según Salom, de las 170 veces que aparece esta palabra en la LXX, 142 se refiere al santuario en general.[1] Por tanto, así como en la LXX se usa tà hágia para el santuario en su totalidad, así tendría que suceder en Hebreos. Por su parte, Carl Cosaert abordó el uso de “tà hágia” en la seudoepigrafa del AT, Filón y Josefo, y concluyó que en estas fuentes tà hágia era el santuario en general y no a uno de sus departamentos;[2] no solo eso, esto demostraba la manera en que tà hágia era usado entre los judíos de habla griega.[3]
Por lo tanto, las versiones que traducen como “lugar santísimo” en Hebreos 9:12, presentan una traducción errada; una mejor traducción sería “santuario”. De esta manera, Hebreos está mostrando la realidad del santuario celestial en su totalidad y no se centra ni se hace mención al lugar santísimo.
La tipología bíblica es otro asunto que se debe tratar. ¿Qué es un tipo? El tipo es un modelo o representación de una realidad futura; se le conoce como “figura”. Este tipo puede ser una persona o un acontecimiento real.[4] A comparación de lo que se desea representar, generalmente, el tipo es algo parcial, no necesariamente describe la realidad total que anticipa. Aquella realidad o cumplimiento se llama “anti-tipo”. Por supuesto, cuando el anti-tipo aparece, el tipo queda de lado.[5] La Escritura registra muchos tipos con sus respectivos anti-tipos. Mire algunos de ellos en la siguiente tabla:
Tipo | Anti-tipo |
Cordero (Gén 22:8) | Cristo (Juan 1:29) |
Santuario terrenal (Éx 25:8) | Santuario celestial (Heb 8:1-2) |
La roca (del desierto; Deu 8:15) | Cristo (1 Cor 10:2) |
Serpiente en el desierto (Num 21:8-9) | Cristo y la cruz (Juan 3:14) |
Sacerdote/Sumo sacerdote (Gén 14:18; Éxo 28:3) | Cristo como Sumo sacerdote (Heb 8:3-7) |
De acuerdo con Hebreos 8:1-5, los servicios y el santuario terrenal en el AT también cumplieron un papel tipológico para el santuario celestial y sus servicios. Hubo una correspondencia funcional y estructural entre el santuario celestial y el terrenal.[6] En la siguiente tabla se tiene algunos tipos y anti-tipos del santuario:
Tipo | Anti-tipo |
Santuario terrenal (Éxo 25:8) | Santuario celestial (Heb 8:2; 9:11) |
Altar (Éxo 27:1-2) | Tierra (Gólgota, ver Mat 27:40-42) |
Candelabro (Éxo 25:31) | Espíritu Santo (también Cristo, ver Juan 1:4; Apo 4:5) |
Panes de la proposición (Éxo 25:23-30) | Cristo, el pan de vida (Juan 6:48) |
Pileta de agua (Éxo 30:18) | Cristo/Espíritu Santo (Juan 4:14) |
Cordero (Lev 4:32-33; Isa 53) | Cristo (Juan 1:21, 36) |
Si bien es cierto hay elementos tipológicos en los servicios terrenales en el AT, es recomendable no seguir el literalismo extremo al buscar sus anti-tipos celestiales. Por ejemplo, las escenas que describen al santuario celestial en el libro de Apocalipsis solo presentan una realidad en términos humanos y dirigidas a seres humanos. Aún no se sabe exactamente cómo es en sí. Las medidas del santuario terrenal no son las mismas que las del santuario celestial. Todo lo que había en el santuario terrenal no es exactamente igual a lo que hay en el santuario celestial. Esto se evidencia en Hebreos 8:5, donde dice que las realidades terrenales del santuario son solo “sombra” de las celestiales. Nunca una sombra, por ejemplo, mostrará el color de los ojos de la persona.
Por cierto, es recomendable buscar los tipos y anti-tipos que registra explícitamente la misma Escritura, y no a estar inventando tipos. Si Cristo es el pan de vida, es porque Juan 6 lo dice. Si el santuario terrenal es el tipo del celestial, fue porque Hebreos 8 lo menciona. Es la misma Biblia la que determina qué elemento es un tipo y qué elemento es un anti-tipo.
La edificación del templo de Salomón, lugar donde estuvo ubicado el santuario terrenal, es otro buen ejemplo de por qué no es recomendable el literalismo extremo. Al igual que el santuario erigido por Moisés, el templo de Salomón también fue levantado bajo un modelo celestial (Éxo. 25:40; 1 Cró. 28:11-19). Léase los siguientes textos:
“Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte” (Éxo. 25:40).
“Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño” (1 Cró. 28: 19).
Se suponía que el modelo para la tienda en el desierto fue el mismo modelo para el templo salomónico, o tal vez fueron dos modelos del mismo santuario celestial. Es evidente que, al tener uno o dos modelos del mismo santuario celestial, entonces, el santuario levantado en el desierto debería tener la misma estructura, medida, utensilios, etc. que el levantado por Salomón. ¿Fue así? Por supuesto que no. Mírese la siguiente tabla:[7]
Santuario en el Sinaí | Templo de Israel |
Tenía un atrio (Éxo. 27:9). | Tenía dos atrios (2 Rey. 21:5). |
Tenía una entrada (Éxo. 27:16). | Había seis entradas (2 Rey. 15:35). |
Era una tienda frágil y móvil (Éxo. 26:1, 7). | Era un edificio palaciego de piedra (1 Rey. 6:7). |
En el lado sur, contenía un candelabro y una mesa con los panes (Éxo. 35:13-14). | Contenía diez candelabros y diez mesas de los panes (en norte y sur; ver 2 Crónicas. 4:7-8). |
Solo había una fuente de agua (Éxo. 30:18, 24). | Tenía diez fuentes movibles para lavarse (1 Rey. 7:23-39). |
Como es notorio, el santuario que se levantó en el desierto tuvo diferencias con el que se construyó en el templo. Por tanto, la palabra “modelo” no revela necesariamente una copia exacta o réplica. Si bien es cierto hay un modelo, las construcciones tienen varias diferencias. Al respecto, Roy Adams declara: “Si tanto el tabernáculo del desierto como el templo de Jerusalén fueron construidos de acuerdo con el modelo celestial, ¿cómo puede entenderse el término ‘modelo’ en un estricto sentido literal, cuando en tantos detalles las dos estructuras mostraban disimilitudes tan notables?”.[8]
Reflexionando sobre el literalismo extremo, se debe tener en mente que Dios, al revelar lo celestial a los profetas, utilizó elementos de este planeta, con el objetivo de que sea más fácil el entendimiento de lo que sucede arriba. El objetivo era que se comprenda básicamente lo que sucede y hay en el santuario celestial. Las siguientes declaraciones se deben tener en cuenta:
“Lo que se le mostró a Moisés y David, fueron modelos terrenales del santuario celestial —no ediciones en miniatura del santuario celestial, sino representaciones que Moisés y David podían construir en el tiempo y lugar en que vivían”.[9]
“En consecuencia, sería inapropiado buscar una correspondencia matemática, una por una, entre el tipo terrenal y la realidad celestial. La palabra ‘modelo’ no soporta la carga que muchos tratan de imponerle”.[10]
“El santuario terrenal y sus ritos tuvieron limitaciones, así como un prototipo de un automóvil no es el mismo como la producción regular de un carro”.[11]
Elena G. de White es clara sobre este asunto:
“El esplendor incomparable del tabernáculo terrenal reflejaba a la vista humana la gloria de aquel templo celestial donde Cristo nuestro precursor ministra por nosotros ante el trono de Dios. La morada del Rey de reyes, donde miles y miles ministran delante de él […] no podía encontrar en la más grandiosa construcción que jamás edificaran manos humanas, más que un pálido reflejo de su inmensidad y de su gloria”.[12]
De hecho, “una interpretación literal de estos símbolos, reduciría estas profecías a un absurdo”.[13]
Finalmente, Adams encontró similitudes entre el templo de los judíos y los erigidos por los cananeos. Al encontrar las similitudes,
“¿Fueron diseñados también estos templos paganos de acuerdo al modelo celestial? O para decirlo de otra manera, si el tabernáculo/templo israelita fue hecho de acuerdo al modelo de las cosas celestiales, ¿por qué no era único en todas sus formas? ¿Por qué fue precedido por lugares paganos de sacrificios? Estas preguntas son de particular interés para las personas que tienen una concepción literalista del concepto de modelo”.[14]
Entonces, no se debe proponer una correspondencia exacta entre el santuario terrenal y el santuario celestial. Tampoco se debe sugerir interpretaciones o tipos que la misma Biblia no registra. Indagar acerca de las medidas del santuario celestial, los materiales de sus paredes o los materiales de las vestimentas sumo sacerdotales de Cristo, es vano. Por cierto, en el caso de la descripción del santuario celestial del libro de Apocalipsis, recuérdese que esta es una descripción simbólica, no es literal. ¿O alguien sugeriría que uno de los querubines es literalmente semejante a un león (Apo 4:7)? Simplemente, la palabra “modelo”, cuando abordamos el tema del santuario, más apunta a representar una realidad celestial con un lenguaje humano. Esta realidad celestial, de hecho, es algo inimaginable; y en el caso de la realidad terrenal solo es algo básico.
Fuente de la imagen: https://record.adventistchurch.com/2020/02/28/sanctuary-cleansed/
Referencias:
[1]A. P. Salom, “Ta Hagia in the Epistle to the Hebrews”, Andrews University Seminary Studies 5, no. 1 (1967): 61.
[2]“The Use of hágios for the Sanctuary in the Old Testament Pseudepigrapha, Philo, and Josephus”, Andrews University Seminary Studies 42, no. 1 (2004): 91-103.
[3]Ibid., 103.
[4]El hecho de que represente una realidad futura, no quiere decir que el tipo no sea real e histórico. Por ejemplo, como se verá en breve, Moisés fue tipo de Jesucristo, y esto no quiere decir que Moisés no haya sido real e histórico. Para un mayor estudio sobre la Tipología bíblica, ver Richard M. Davidsons, Typology in Scripture, a Study of Hermeneutical Tupos Structures, Andrews University Seminary Doctoral Dissertation Series (Berrien Spring, MI: Andrews University Press, 1981); Juan Espinoza, “Una revisión al ciclo litúrgico anual judío: en busca de una correspondencia tipológica para la fiesta de las trompetas” (Tesis de Licenciatura, Universidad Adventista de Chile, 2010).
[5]Es bueno tener en cuenta lo que se acaba de mencionar, porque algunos han sugerido que Cristo fue el anti-tipo del sábado. Sin embargo, esta idea tiene algunos problemas. Por ejemplo, (1) no hay base bíblica al respecto, y (2) si el sábado es el tipo de Cristo, y con su llegada ¿no se supone que el sábado ya debió haber desaparecido? Cuando el anti-tipo aparece, el tipo es opacado.
[6]Para un excelente análisis sobre aquella correspondencia, ver Elías Brasil de Souza, “The Heavenly Sanctuary/Temple Motif in the Hebrew Bible: Function and Relationship to the Earthly Counterparts” (PhD. diss., Andrews University, 2005). Por supuesto, como él indica, si bien es cierto se puede “inferir una correspondencia estructural entre el templo celestial y su contraparte terrenal” (ibid., 494), se debe tener en cuenta “que, mientras el templo del santuario terrenal contenía un querubín de oro, en la contraparte celestial estuvieron seres vivientes. Por tanto, se puede declarar que una intensificación dinámica y correspondencias estructurales y funcionales, con una intensificación de tipo y anti-tipo, fueron identificados para existir entre el santuario / templo celestial y su contraparte terrenal” (ibid., 495, 496).
[7]Ver Roy Adams, El santuario, trad. Félix Cortés (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 1998), 43-45.
[8]Adams, 45.
[9]Pfandl, “The Reality of the Heavenly Sanctuary”.
[10]Adams, 42.
[11]Roy Gane, Altar Call (Lewiston, NY: Diadem Books, 1999), 17.
[12]El conflicto de los siglos (Florida, MI: Asociación Publicadora Interamericana, 2007), 409-410. La cursiva es mía.
[13]Pfandl, “The Reality of the Heavenly Sanctuary”.
[14]Adams, 43.