Antes de comentar brevemente cada capítulo del libro de Daniel, es necesario entender el contexto histórico en el que fue escrito.
1. Autor:
Sin lugar a duda, el profeta Daniel es reconocido como el autor del libro que lleva su nombre. ¿Cómo podemos estar seguros de que él fue realmente el autor? Por ejemplo:
- En las visiones proféticas del libro, se encuentran varias instancias en las que se menciona: «Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche» (7:2); «Después de esto, miraba yo en las visiones de la noche» (7:7); «Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa» (8:2); «Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir» (8:19); «Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión» (10:7); «Y yo, Daniel, miré» (12:5). Este lenguaje es común en los profetas bíblicos, quienes usualmente introducen sus visiones de esta manera para mostrar que es Dios quien los envía y para afirmar su autoría sobre las visiones y, por ende, sobre todo el libro.
- En algunas partes del libro, el profeta Daniel escribió en primera persona sobre ciertas situaciones o experiencias, revelando así que él mismo era el autor. No solo eso, sino que también presenta detalles de esas experiencias. Por ejemplo, esto es evidente en Daniel 9:2, donde dice: «En el año primero de su reinado, yo Daniel miré»; en 9:22-23 registra algo similar: «Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: ‘Daniel… Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado'»; algo semejante ocurre en 10:12: «Entonces me dijo: ‘Daniel, no temas'» (la cursiva es para énfasis).
- El Señor Jesucristo, así como los evangelistas Mateo (24:15) y Marcos (13:14), hicieron referencia a Daniel y a lo que escribió sobre la abominación desoladora. Es evidente que para ellos, el profeta mencionado trató este tema, y por consiguiente, todo el libro.
2. Fecha:
El registro de Daniel 1 al 8 revela que el libro no necesariamente se escribió en un día o en una semana. Lo más probable es que se escribió durante la experiencia de Daniel en Babilonia (donde vivió alrededor de 70 años); no se sabe cuánto tiempo exactamente. “Algunas de las narraciones de Daniel pudieron haber sido escritas con anterioridad y algunas otras pudieron haberse escrito posteriormente” (William Shea, Daniel: Una guía para el estudioso, 44). ¿En qué época? Durante el apogeo del imperio neobabilónico y los primeros años del imperio medo-persa, es decir, entre los años 605 y 535/534 a.C.
Aunque algunos críticos han sugerido que el libro de Daniel fue escrito en el siglo II a.C., no hay sustento para esta suposición. De hecho, un estudio exhaustivo del arameo de Daniel, los descubrimientos en las cuevas de Qumrán, la versión de la Septuaginta (elaborada en el siglo III a.C. e incluyendo a Daniel), los hallazgos de la arqueología bíblica y el conocimiento previo del libro de Daniel en el judaísmo del siglo II a.C. (por ejemplo, a Alejandro Magno se le presentó el libro de Daniel cuando visitó Jerusalén), confirman que el libro fue escrito en el siglo VI a.C.
3. Idioma
El libro de Daniel fue escrito en dos idiomas: arameo y hebreo. El arameo se encuentra desde 2:4b hasta 7:28, mientras que el hebreo abarca el resto del libro (1:1-2:4a; 8:1-12:13). En la época del profeta Daniel, el hebreo era la lengua principal entre los judíos, mientras que el arameo era el idioma diplomático de Babilonia. Algunos críticos han afirmado que el arameo de Daniel fue escrito en el siglo II a.C., en lugar del siglo VI a.C. Sin embargo, muchos filólogos y especialistas en arameo han argumentado que el arameo utilizado por el profeta corresponde al arameo «imperial» (oficial), que estuvo en uso desde aproximadamente el año 600 hasta el 300 a.C. Estos estudiosos han corroborado que el arameo de Daniel, perteneciente al período persa y no al período macabeo, data del siglo VI a.C.
4. Género literario:
El libro de Daniel está escrito en dos géneros: uno narrativo o histórico, y otro apocalíptico. El género narrativo o histórico abarca los capítulos 1 al 6, que relatan las experiencias de Daniel y sus amigos en Babilonia. En estos capítulos se registran varios eventos significativos, como los desafíos enfrentados por Daniel y sus amigos con respecto a su alimentación en el capítulo 1, los peligros de muerte que enfrentaron, como el del horno de fuego en el capítulo 3, así como la historia de Daniel en el foso de los leones en el capítulo 6.
Lo apocalíptico en Daniel se relaciona con tres elementos básicos: (1) su simbología, (2) su contenido profético y escatológico, y (3) su recapitulación. Los capítulos apocalípticos en Daniel son el 2, 7, y 8-9, 10-12.
- ¿Qué elementos son simbólicos en Daniel? Aquellos que se registran en Daniel 2, 7, 8, 9, y 11-12. En Daniel 2, se encuentran los metales de la estatua; cada uno de ellos representa a un reino. En Daniel 7, están las cuatro bestias, los diez cuernos y el cuerno pequeño, los cuales también representan a potencias mundiales; además, se considera el valor simbólico de los tres tiempos y medio del versículo 25. En Daniel 8, aparecen dos animales (que eran sacrificados en el santuario israelita) y un cuerno pequeño; sin olvidar la profecía de los 2.300 días del versículo 14. Cada animal, incluyendo el cuerno, representa un reino respectivamente. En Daniel 9, las 70 semanas representan 490 años. Finalmente, Daniel 11 y 12 registran a dos reyes principales, del norte y del sur, representando también dos potencias mundiales. Por supuesto, no debemos olvidar las profecías de tiempo del capítulo 12, a saber, los 1.290 y 1.335 días. Indudablemente, todos estos elementos son simbólicos y no literales.
- ¿Cuál es el contenido profético y escatológico en Daniel? El contenido profético y escatológico en Daniel se refiere a las profecías que abarcan desde el reino de Babilonia hasta el año 1798 d.C., que marca el inicio del «tiempo del fin», y las profecías que se cumplen desde entonces hasta la segunda venida de Cristo. Aunque lo escatológico es también profético, el año 1798 marca un cambio significativo según la Apocalíptica bíblica, por lo que es crucial considerar ambos aspectos en Daniel.
¿Qué profecías daniélicas son para el “tiempo del fin” (o sea, son escatológicas)? Las profecías daniélicas para el «tiempo del fin» o escatológicas incluyen: (1) El juicio investigador (7:9-10); (2) La purificación del santuario celestial (8:14); (3) La gran tribulación (12:1); (4) La resurrección especial (12:2, 12; cf. Ap 14:13); (5) La segunda venida de Cristo (2:34; 7:13-14; 12:1-2); (6) La instauración del reino eterno (7:18). Estas profecías escatológicas se han estado cumpliendo principalmente desde 1844 d.C., aunque algunas aún no se han cumplido.
¿Qué profecías daniélicas son proféticas y no escatológicas? Son aquellas que se han cumplido desde Nabucodonosor II hasta 1798 d.C., incluyendo: (1) Los reinados de Babilonia, Medos y persas, Grecia, Roma imperial y Roma papal (7:1-8; 8:20-21); (2) Las setenta semanas (9:24-27) y el retorno a Jerusalén (cap. 10); (3) Los tres tiempos y medio, o 1.260 años (7:25); (4) La abominación desoladora (o «que causa abominación»; 11:31; 12:11); y (5) Los 1.290 años (12:11). Este contenido es profético pero no escatológico, ya que estas profecías se han cumplido y ahora son parte de la historia. Algunos teólogos se refieren a estas como «profecías históricas». - El libro de Daniel está cargado de recapitulación. ¿Qué es recapitulación? “Es algo así como repetitivo. Cada una de estas partes puede conducir hasta la consumación final. En otras palabras, el autor conduce repetidamente a sus oyentes y sus lectores sobre el mismo terreno, añadiendo cada vez una nueva perspectiva” (Ekkehard Mueller, “Recapitulation in Revelation 4-11”, Journal of the Adventist Theological Society 9/1-2 [1998]: 260). Por ejemplo, un profeta puede, en su primer capítulo, registrar una visión. En el segundo capítulo, él puede registrar otra visión cuyo objetivo será ampliar el panorama de la visión del primer capítulo. Posteriormente, puede tener una tercera visión; en ella, hasta los símbolos pueden ser diferentes; sin embargo, el significado y cumplimiento pueden ser los mismos. En esta tercera visión, lo más probable es que se añada elementos que la primera y la segunda no tenían. En las tres visiones, los objetivos de cada una de ellas pueden diferir, pero una amplía a la otra. Observe la Imagen 1 de este post.
¿Dónde está la recapitulación en el libro de Daniel? Principalmente, en sus capítulos proféticos: 2, 7, 8-9, 11-12. Por ejemplo, se evidencia la recapitulación en la repetición de los reinos proféticos, desde los días de Nabucodonosor (básicamente) hasta la segunda venida. En cada capítulo se repite la cadena profética. Mire la Imagen 2 de este post.
No solo eso, cada capítulo introduce elementos nuevos que no estaban presentes en el capítulo anterior. Por ejemplo, el capítulo 7 añade la presencia del cuerno pequeño y el inicio del juicio investigador, profecías que no se encuentran en el capítulo 2. Los capítulos 8 y 9 incluyen la purificación del santuario y las 70 semanas, elementos que no están presentes en el capítulo 7. Finalmente, los capítulos 11 y 12 ofrecen más detalles sobre: (1) los reyes que gobernaron en Media y Persia, y en Grecia; y (2) la venida de «Miguel» y la resurrección; elementos que no se mencionan en las visiones proféticas anteriores.
Entonces, Daniel recapitula o repite las visiones proféticas. Los capítulos 2, 7, 8-9 y 11-12 no deben interpretarse de manera lineal, sino repetitiva. Daniel 2 profetiza el gobierno de cuatro reinos, y estos mismos reinos aparecen en el capítulo 7, pero a través de otros símbolos. Por supuesto, el capítulo 7 amplía al capítulo 2. Lo mismo sucede con los capítulos 8, 11-12. Las cuatro visiones proféticas presentan los mismos reinos pero a través de diferentes símbolos. Como se ha visto, una visión complementa a la otra.
En conclusión, Daniel es apocalíptico bíblico, junto con el libro de Apocalipsis. La apocalíptica de Daniel sirve como base para la apocalíptica de Apocalipsis. En otras palabras, Juan utiliza la apocalíptica de Daniel.
5. Contexto literario:
Daniel registra 12 capítulos. Su contenido es histórico y profético.[1] Lo histórico está en los capítulos 1 al 6, y tienen que ver con los hechos tocantes a Daniel y sus amigos; y lo profético está en los capítulos 2, 7, 8-9, 11-12, cuyo contenido son profecías desde el año 605 a. C. hasta la segunda venida (como ya se ha visto).
Es bueno tener en cuenta lo siguiente: si bien es cierto Daniel contiene historia y profecía, lo profético incluye: (1) aquellas profecías que se cumplieron hasta 1798 d. C.; y (2) aquellas que se cumplieron después de ese mismo año (a este tipo de profecías se le llama “escatológicas”).
En el contenido histórico, está: (1) La alimentación en la corte (cap. 1); (2) La visión de Nabucodonosor, y el peligro de Daniel y sus tres amigos (cap. 2); (3) Sadrac, Mesac y Abed-negó frente a la estatua de oro (cap. 3); (4) La enfermedad de Nabucodonosor y su arrepentimiento (cap. 4); (5) La invasión de Babilonia (cap. 5); (6) Daniel en el foso de los leones (cap. 6); y (7) La visión de Daniel del gran conflicto entre Miguel y Satanás (cap. 10).
En el contenido profético y escatológico está: (1) La estatua de cuatro metales (cap. 2); (2) Las cuatro bestias y el cuerno pequeño (cap. 7); (3) La purificación del santuario y el cuerno pequeño (cap. 8); (4) Las setenta semanas (profecía mesiánica), y la orden para retornar y reconstruir Jerusalén (cap. 9:24-27; 10); (5) Los reyes del norte y del sur (cap. 11); (6) La abominación desoladora (7:25; 11:31; 12:11); (7) La segunda venida y la resurrección (cap. 12).
Para comprender cada texto del libro de Daniel, es necesario determinar su contexto literario; es valioso hacer esto.
6. El imperio neobabilónico:
El imperio neobabilónico fue iniciado por el rey Nabopolasar (rey; 626-605 a. C.) y su hijo Nabucodonosor II (corregente; como rey: 605-556 a. C.), en el año 626 a.C. Este reino fue la más grande potencia mundial desde el 605 a. C. hasta el 539 a. C. Durante este periodo, el rey más sobresaliente y que engrandeció a Babilonia, fue Nabucodonosor II (el que registra la Escritura; ya que, antiguamente, hubo un Nabucodonosor I). Por ejemplo, él fue quien construyó los Jardines colgantes, una de las siete maravillas antiguas. Asimismo, es sabido que Babilonia procuró imitar mucho del reino saliente, Asiria.
En lo religioso, Babilonia fue una ciudad idólatra. Tenía dos dioses principales: Marduk (masculino) e Ishtar (femenino). El dios principal era elegido por el rey de turno. Además, llegaron a tener un panteón de 2.500 divinidades (Merling Alomía, Daniel: “el varón muy amado de Dios”, 66). Se practicaba la astrología y la hechicería. Cada vez que se desobedecía una orden del rey, que implicaba adorar a sus dioses, ameritaba castigo, hasta la pena de muerte.
La caída de este imperio se dio por causa de la invasión Medo-persa en el año 539 a. C. El ejército, bajo el mando del rey Ciro, invadió la ciudad de Babilonia. ¿Cómo sucedió? Según el historiador Herodoto, como era imposible ingresar a la ciudad de Babilonia, porque la ciudad estaba protegida por sus murallas (nadie se atrevía a destruirlas), Ciro desvió el cauce del río Éufrates. Al bajar el cauce, el ejército persa ingresó a la ciudad y la sitió fácilmente.
Sucede que, justo en aquella noche que fue invadida, el rey de Babilonia llamado Nabonido, estaba de viaje. Como correspondía, el rey interino fue su hijo Belsasar. Pues bien, aquella noche, Belsasar organizó una fiesta y el que menos se emborrachó. Ya en plena algarabía, los soldados medos y persas estaban ingresando a la ciudad.
Para varios investigadores, gracias a esa fiesta, a Ciro le fue muy fácil invadir la ciudad y así hacer el traspaso de ser “potencia mundial”. Babilonia fue vencida. Daniel 5 registra algunos momentos de lo que sucedió aquella noche del 539 a. C. cuando Babilonia fue invadida. Esta invasión, simple y llanamente, fue un castigo divino; y el rey Ciro fue el instrumento para ejecutar dicho castigo.
7. Objetivos:
- Revelar la soberanía y omnipotencia de Dios. Según Daniel, el Señor dirige la historia y conoce el futuro. Para ello, desciende desde el cielo para cuidar diariamente a su pueblo, y envía profetas para comunicar lo que sucederá posteriormente. Él es el Gran Protector. Asimismo, el libro bajo estudio revela que el Dios de Daniel es más fuerte que cualquier otro dios; contextualizando, más fuerte que los dos dioses principales de Babilonia (obviamente, dichos dioses no existían). Nadie pudo ni puede contra Él.
- Mostrar el amor de Dios por su pueblo. Para el profeta, Jehová siempre está al pendiente de sus hijos, y siempre dispuesto a ayudarlos. Por ejemplo, si sus hijos están a punto de morir en un horno de fuego, Él es capaz de descender y librarlos de las llamas. Si estamos dentro de un foso de leones, el Señor puede enviar a su ángel para tapar las bocas de aquellos animales. El Señor ama a su iglesia.
- Profetizar lo que sucederá más adelante. Dios desea que su pueblo participe del plan de salvación, y se prepare para la crisis final y la segunda venida de Cristo. Para ello, en Daniel, el Señor profetiza los eventos que sucederán desde los días de Nabucodonosor hasta la segunda venida, de manera ininterrumpida.
- Mostrar que el pueblo de Dios puede ser fiel aun en las adversidades. Daniel y sus amigos fueron fieles, a pesar de los problemas. No les importó morir, por más que habían sido amenazados. Decidieron ser fieles y leales al Creador, y lo lograron.
- Revelar que los enemigos del pueblo de Dios, como Babilonia, siempre perderán y serán destruidos. Para Daniel, no hay reino enemigo superior a Jehová. Él puede vencerlo y destruirlo totalmente. Babilonia se atrevió a maltratar al pueblo de Dios, y el Señor decidió castigarlo. Hoy, la ciudad de Babilonia no existe, ni existirá jamás. Cuando los enemigos intentan hacernos daño, nuestro Gran Pastor nos defiende y los vence.
Referencia:
[1]Es interesante que Apocalipsis tiene elementos históricos y escatológicos. Pero, por supuesto, hay diferencias entre los elementos históricos de Daniel y de Apocalipsis. Mientras lo histórico de Daniel, tiene que ver con la experiencia del profeta en Babilonia; lo histórico de Apocalipsis son sus profecías que ya tuvieron cumplimiento antes que inicie el tiempo del fin (antes de 1798 d.C.).