Todo fiel adventista es llamado a priorizar su devoción personal, tanto en el ámbito individual como en el familiar. Su comunión con Dios determinará su crecimiento en Cristo y el éxito en todas las áreas de la vida. En el hogar, por ejemplo, un alto nivel de espiritualidad contribuye a la paz y la armonía familiar. Paul Vermeer ha evidenciado esto al concluir:
“La religión interviene en la formación, transformación y mantenimiento de los lazos familiares. En particular, en la crianza, factores como la afiliación religiosa, la asistencia a la iglesia, las creencias y actividades religiosas, el conservadurismo religioso y la importancia de la religión son influyentes”.[1]
Cuando el creyente practica su devoción personal y familiar diariamente, recibe mayor sabiduría de lo alto y la guía del Espíritu Santo para obrar correctamente. En cambio, si descuida este hábito, será más propenso a cometer errores y se convertirá en una presa fácil para Satanás. Por ello, en este tema enfatizamos la importancia de la devoción diaria, tanto individual como en familia.
I. La devoción personal
La devoción personal o culto personal, es un momento sagrado en el que el creyente rinde homenaje a Dios y entabla un diálogo íntimo con Él, tanto por la mañana como por la tarde. Durante este diálogo, la persona se comunica con el Señor a través de la oración y la alabanza, mientras que Dios le habla a través de las Escrituras.
Esta práctica tiene un sólido fundamento bíblico y encuentra su ejemplo supremo en la vida de Cristo. En Marcos 1:35, leemos: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Asimismo, el Salmo 5:3 nos dice: “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”. Y en el Salmo 59:16 se afirma: “Pero yo cantaré de tu poder; sí, gozoso cantaré por la mañana tu misericordia…”. Estos pasajes revelan que el hijo de Dios está llamado a presentarse ante la presencia de Jehová y dialogar con Él a diario.
Sobre el culto o la devoción personal, Elena G. de White escribió lo siguiente:
“Conságrate a Dios por la mañana. Haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: ‘Tómame, oh Señor, como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti.’ Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios para ese día. Somete todos tus planes a Él, para que sean llevados a cabo o abandonados según su providencia lo indique. Así, día tras día, podrás entregarte en las manos de Dios, y así tu vida será cada vez más moldeada a la semejanza de Cristo”.[2]
“La primera aspiración del alma por la mañana debe ser la de acudir a la presencia de Jesús. ‘Sin mí—dice Cristo—nada podéis hacer’. Jesús es lo que necesitamos: su luz, vida y espíritu deben ser nuestros constantemente. Lo necesitamos cada hora. Y por la mañana debemos pedir en oración que tal como el sol ilumina la campiña y llena el mundo de luz, el Sol de justicia brille en los recintos de la mente y el corazón, y nos haga todo luz en el Señor. No podemos vivir un momento sin su presencia”.[3]
Por cuanto al horario para el culto personal, se recomienda realizar dos cultos al día: uno por la mañana (matutino) y otro por la tarde (vespertino). El culto vespertino puede llevarse a cabo a las 6:00 o 6:30 pm o antes de ir a dormir, mientras que el matutino dependerá del horario de descanso de cada persona.
Si una persona acostumbra a dormir hasta altas horas de la madrugada, no es recomendable interrumpir su sueño para realizar el culto, ya que difícilmente retendrá lo leído o estudiado. En su caso, sería más apropiado despertarse a una hora razonable, como las 7:00 a. m., y luego dedicarse al culto. Lo ideal es que el creyente duerma entre siete y ocho horas por noche. Por otro lado, si alguien tiene el hábito de dormir temprano, podría levantarse entre las 4:30 y 5:00 a. m. para encontrarse con Dios en oración. Lo más importante es que, al despertar, lo primero que se haga sea presentarse ante el Señor.
En cuanto al contenido del culto personal, se sugiere dedicar aproximadamente 50 minutos por la mañana y 30 minutos por la tarde. Durante el culto matutino, se puede incluir el estudio de la Biblia (siguiendo un plan de lectura como “Reavivados por su Palabra”), la Lección de Escuela Sabática y la lectura de la Matutina correspondiente a la edad y género del creyente. Para el culto vespertino, se puede leer un libro de Elena G. de White (una o dos páginas de un libro previamente elegido). Por supuesto, al estudio de la Palabra se deben agregar las alabanzas al Creador y nuestras oraciones dirigidas a Él.
Las partes principales del culto matutino y vespertino son las siguientes:

Por supuesto, para que la devoción personal en la madrugada sea una práctica constante, es necesario realizar ciertos sacrificios:
- Dormir temprano. Si planeas despertar a las 5:00 a. m., es importante acostarte a más tardar a las 10:00 p.m. Si duermes a las 11:00 u 11:30 p.m., será difícil que logres levantarte a las 4:30 o 5:30 a.m. Y si lo haces, lo más probable es que amanezcas de mal humor.
- Cenar temprano. Lo ideal es hacerlo antes de las 7:30 u 8:00 p.m. No es recomendable comer en altas horas de la noche, ya que esto puede afectar la calidad del sueño.
- Evitar beber agua antes de dormir. Es preferible no consumir líquidos una o dos horas antes de acostarse, pues de lo contrario, es probable que despiertes a la 1:00 o 2:00 a.m. para orinar, interrumpiendo tu descanso y dificultando que te levantes para el culto.
- No usar el celular antes de dormir. Lo más recomendable es no llevarlo a la cama. El celular es un gran distractor y ha provocado que muchas personas terminen durmiendo a las 5:00 a. m.
No debemos perder de vista que una comunicación efectiva es fundamental para fortalecer los lazos interpersonales. En cuanto a nuestra relación con Dios, el culto personal representa la mejor oportunidad para nuestro crecimiento espiritual en Cristo. En el nombre del Señor, te motivo a cultivar el hábito de buscar Su presencia cada mañana y cada tarde. Experimentarás una notable mejora en todos los aspectos de tu vida.
II. La devoción familiar
El culto familiar representa el momento central en un hogar, donde sus miembros se entregan al Señor mediante la oración, el estudio de la Biblia y la alabanza. ¿Cuáles son sus beneficios? En primer lugar, contribuye a mejorar el carácter y las relaciones interpersonales. En segundo lugar, proporciona una oportunidad invaluable para enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos. Y en tercer lugar, fomenta en los niños una actitud de reverencia hacia Dios.
La importancia de la educación en los caminos del Señor desde la niñez está claramente revelada en la Biblia. Por ejemplo, 2 Timoteo 3:15 nos dice: “Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. Asimismo, Deuteronomio 6:6-9 establece: “Estas palabras que yo te mando hoy… y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.
Sobre el culto familiar, nuestra profetisa nos aconsejó lo siguiente:
“En cada familia debería haber una hora fija para el culto matutino y vespertino. ¿No conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre Celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día? ¿No es propio también, cuando llegue el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?”.[4]
“Cada mañana consagraos a Dios con vuestros hijos. No contéis con los meses ni los años; no os pertenecen. Sólo el día presente es vuestro. Durante sus horas, trabajad por el Maestro, como si fuese vuestro último día en la tierra. Presentad todos vuestros planes a Dios, a fin de que él os ayude a ejecutarlos o abandonarlos según lo indique su Providencia. Haced los planes de Dios en lugar de los vuestros, aun cuando esta aceptación exija que renunciéis a proyectos por largo tiempo acariciados. Así, vuestra vida será siempre más y más amoldada conforme al ejemplo divino, y ‘la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús’ (Fil. 4: 7.)”.[5]
¿A qué hora se debería realizar el culto familiar? Este debería llevarse a cabo dos veces al día, inmediatamente después del culto personal. Sugiero lo siguiente:

El descanso representa uno de los mayores desafíos para que nuestros hijos participen en el culto familiar. No obstante, podemos tomar algunas decisiones al respecto: 1) Establecer un horario para que se acuesten, preferiblemente antes de las 9:30 pm. 2) Evitar que lleven dispositivos electrónicos u otras distracciones a la cama. 3) Limitar la visualización de películas después de las 8:30 o 9:00 pm, entre otras medidas. Cuanto más tarde se acuesten nuestros hijos, más difícil será fomentar en ellos el hábito del culto familiar.
Es fundamental que el culto familiar resulte atractivo para ellos. A continuación, comparto algunas sugerencias al respecto:
- Realizar el culto en diferentes lugares, como la casa o un parque.
- Asignar responsabilidades a los hijos dentro del culto.
- Enseñarles normas bíblicas de manera interactiva.[7]
- Representar historias bíblicas de forma dinámica.
- Asignarles tareas relacionadas con el culto.[8]
- Realizar dinámicas bíblicas para mantener su interés.
- Incluir cantos y actividades de mímica.
- Considerar ofrecerles algo especial al final del culto, como una ensalada de frutas, un chocolate o una galleta.
- Concluir el culto con una oración, tomados de las manos, y despedirse con un beso en la frente.
Te animo a llevar a cabo el culto familiar diariamente. Verás que los problemas se reducirán y las bendiciones divinas aumentarán. No hay nada mejor que enseñar a nuestros hijos el hábito de presentarse ante Dios todos los días.
Conclusión
La devoción personal y familiar es fundamental para todo hijo de Dios. Si no nos comunicamos diariamente con el Señor mediante el estudio de su Palabra, la oración y la alabanza, seremos más propensos a tomar decisiones equivocadas. En cambio, al dedicar tiempo al Creador cada día, recibiremos la guía del Espíritu Santo y la sabiduría para actuar correctamente. En el nombre de Jesucristo, te animo a crecer en Él a través del culto matutino y vespertino, e iniciar cada día con poder.
Corregido: ChatGPT
Fuente de imagen destacada: https://www.freepik.es/foto-gratis/familia-cristiana-orando-unida_22896670.htm#fromView=search&page=1&position=12&uuid=68de761d-2a75-4d78-8a7d-4f9d4c47cf98&query=familia+leyendo+Biblia
Referencias:
[1]“Religion and Family Life: An Overview of Current Research and Suggestions for Future Research”, Religions 2014, 5, 407.
[2]El camino a Cristo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2006), 69.
[3]Dios nos Cuida (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 41.
[4]Consejos para la Iglesia (Miami, FL: Publicaciones Interamericanas, 2001), 263.
[5]Ibid.
[6]Para el culto vespertino, la familia podría estudiar la matutina o algunas historias bíblicas.
[7]Álvaro F. Rodríguez, “El culto familiar en la primera infancia”, Estrategias 9, no. 1 (2012): 71-78.
[8]Ibid.