Uno de los textos más estudiados y desafiantes del Nuevo Testamento es Hebreos 6:4-6. La pregunta que muchos se plantean tras leer este pasaje es: ¿es posible la renovación para los apóstatas que cometen el pecado imperdonable? Algunos afirman que quienes han recaído nunca volverán al redil porque han cometido el pecado imperdonable, mientras que otros sostienen que existe una posible restauración. Considerando el texto en estudio, ¿es posible la restauración para quienes han recaído?
I. Análisis del texto
En esta parte, sugeriremos una traducción del texto griego bajo estudio (Heb 6:4-6). Para ello, haremos el análisis morfológico y semántico del texto bajo estudio; después, analizaremos algunas palabras claves; luego, se hará la crítica textual; finalmente, veremos brevemente el género literario.
1.1. Texto griego y traducción personal
Ἀδύνατον γὰρ τοὺς ἅπαξ φωτισθέντας, γευσαμένους τε τῆς δωρεᾶς τῆς ἐπουρανίου καὶ μετόχους γενηθέντας πνεύματος ἁγίου καὶ καλὸν γευσαμένους θεοῦ ῥῆμα δυνάμεις τε μέλλοντος αἰῶνος καὶ παραπεσόντας, πάλιν ἀνακαινίζειν εἰς μετάνοιαν, ἀνασταυροῦντας ἑαυτοῖς τὸν υἱὸν τοῦ θεοῦ καὶ παραδειγματίζοντας.
Sugerimos la siguiente traducción:
Porque [es] imposible a los que fueron una vez iluminados, gustaron del don celestial y fueron hechos participantes del Espíritu Santo, y gustaron de la excelente Palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y [que] después apostataron, sean otra vez restaurados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndolo a la vergüenza.
1.2. Análisis sintáctico
El versículo 4 inicia con la conjunción γὰρ (“porque”), que introduce una explicación; Pablo quiere ampliar el panorama de lo que está abordando desde 5:11 hasta 6:3. Inmediatamente, se registra el sustantivo principal en función predicativa de los versículos 4 al 6: Ἀδύνατον (“[es] imposible”). El argumento de Pablo en estos versículos se basa a esta palabra.
En el mismo versículo, se registran tres verbos participios: φωτισθέντας («fueron iluminados»),[1] γευσαμένους (“gustaron”) y γενηθέντας (“fueron hechos”). Los tres se refieren al mismo sujeto: los iluminados; y los dos primeros verbos están enlazados por la conjunción τε (“y”). “Los que fueron una vez iluminados” cumple una función de sustantivo.
La oración compuesta continúa en el versículo 5, y esto se evidencia por la cadena de verbos en participio que también registra tanto el versículo 5 como el 6; sobre todo, por la conjunción copulativa “καὶ” del versículo 5. En este versículo se registran dos verbos, uno es el participio aoristo γευσαμένους (“habiendo gustado”), que describe a quienes gustaron la “buena Palabra”; y el otro es el participio presente μέλλοντος (“del venidero”), que modifica al sustantivo αἰῶνος (“siglo”).
El versículo 6 inicia con otra conjunción copulativa “καὶ”, con el fin de conectar este versículo con el anterior e introducir un nuevo asunto: la imposibilidad de renovación de los que “recayeron”. En este texto se registran cuatro verbos, uno está en infinitivo (ἀνακαινίζειν) y los otros tres en participio (παραπεσόντας, ἀνασταυροῦντας y παραδειγματίζοντας). En el caso del participio activo παραπεσόντας (“recayeron” o “apostataron”), marca una acción puntual en el pasado y funciona como complemento circunstancial. Por su parte, el infinitivo ἀνακαινίζειν (“renovar”) es el verbo principal de la cláusula. En el caso de ἀνασταυροῦντας (“crucificando”), describe una acción continua por parte de los que apostataron y es un participio circunstancial. El objeto directo de la oración es τὸν υἱὸν τοῦ θεοῦ (“al Hijo de Dios”). Finalmente, παραδειγματίζοντας es una acción adicional de quienes realizan la acción principal: los que recayeron.[2]
1.3. Análisis de palabras y frases claves
Analizaré algunas palabras claves que, considerándolas, creemos que tendremos una mejor comprensión del texto bajo estudio.
- Imposible. Su forma básica es ἀδύνατος, que significa “sin poder”, “imposible” o “incapaz”. En el contexto bajo estudio, ἀδύνατος se aplica a la persona que es incapaz de hacer algo o que le es imposible realizar. En el NT, ἀδύνατος, con sus distintas conjugaciones, aparece 10x. En los sinópticos aparece 3x (Mt 19:26; Mr 10:27; Lc 18:27); y en sus usos hay un determinado contraste entre lo que es imposible para el ser humano y lo que sí es posible para Dios. Dicho de otro modo, lo que es imposible para el hombre (en sentido genérico), para Dios sí es posible. En los sinópticos, más que imposible, parece que ἀδύνατος se podría traducir mejor como “incapaz”. El mismo uso también le da Lucas en Hechos 14:8. Al ser posible para Dios, lo imposible se convierte en posible.
Pablo usa ἀδύνατος 6x, específicamente en Romanos (8:3; 15:1) y Hebreos (6:4, 18; 10:4; 11:6). En Romanos 8:3, al igual que en los sinópticos, se usa en sentido de incapacidad y se enmarca el mismo contraste: lo que para la ley es imposible, para Dios sí es posible. En Romanos 15:1, ἀδύνατος tiene más un sentido de debilidad (sin fuerza), no tanto de imposibilidad. En Hebreos 6:18, 10:4 y 11:6, ἀδύνατος sí se lo puede entender como “imposibilidad”.
Así, para el NT, ἀδύνατος significa: 1) incapacidad (sobre todo para el ser humano) y 2) imposibilidad. El sentido de incapacidad es más evidente en cartas fuera de Hebreos, y lo concerniente a imposibilidad es más frecuente en Hebreos, aunque no se lo usa directamente con relación a las acciones divinas. En el texto bajo estudio, la mejor traducción sería “imposible”.
Por supuesto, hay quienes sugieren correctamente que Hebreos 6:4-6 es más una “posibilidad teórica” que una “condición espiritual fáctica”.[3] Tal vez, Pablo les estaba dando a conocer lo que podría suceder posteriormente y no lo que estaba sucediendo en realidad. En sí, como varios eruditos lo confirman, Pablo no estaba describiendo o mencionando algún caso en especial de entre los destinatarios; sino que está previniendo de algo que podría suceder en el futuro;[4] en realidad, Hebreos 6:4-6 es una advertencia.[5] Schreiner tiene razón al decir lo siguiente: “The author addresses the readers pastorally and doesn’t assume a divine perspective of their ultimate fate”.[6]
Según Hebreos 6:1-2, el objetivo del autor era que sus destinatarios maduren en la fe; y, para ello, era muy importante que no caigan en apostasía ni “cruficiquen” a Cristo. Así, en el texto bajo estudio, él opta por dar dicha advertencia o prevención: si alguno cae en apostasía, será imposible que sea renovado para arrepentimiento.[7] Quizás por eso, el autor resalta el adverbio “una vez”. Como los hebreos habían sido convertidos una vez y para siempre por el Espíritu, ellos no debían acariciar el pecado para no caer en apostasía.[8] Hebreos 6:4-6 no se enfoca en algún juicio o condena, sino en una prevención. Lo declarado por Ellingworth es importante: “These parallels suggest that vv. 4-6 are concerned with Christian initiation and nurture rather than with any final judgment on those whose situation is described”.[9] - Recaer. Del griego παραπíπτω, que significa “caer al lado de”, “errar”, “desliz”.[10] Su uso es ético y denota infracción o desviación de la rectitud y de la verdad, denota una caída espiritual[11] o desviación del camino correcto, en el sentido de “apartarse” o caer en pecado;[12] también significa caer en apostasía.[13] En la LXX, παραπíπτω como verbo significa “ser en vano” (Est 6:10), “errar” (Sab 6:9) y “ganar” (Sab 12:1; Ez 14:13; 15:8; 18:24). Como sustantivo, generalmente significa “falta”, sobre todo cuando se peca contra Dios.[14]
La palabra παραπεσόντας es un hapax legomenon, ya que solo aparece en Hebreos 6:6. Aunque no es tan específico, pero evidentemente la recaía consistió en “crucificar” de nuevo a Cristo y exponerlo al vituperio o burla; en una sola palabra: apostasía.
La apostasía implica tres acciones principalmente: 1) apartarse totalmente de Dios y de su pueblo, y el deseo de no querer volver; 2) burlarse de Cristo y de todo lo relacionado con la salvación; y 3) rechazar la influencia del Espíritu Santo. En el caso del texto bajo estudio, como los apóstatas “repudiate Christ, will have no desire to return to him”;[15] en palabras de William L. Lane, es una “delibrate and calculated renunciation of God”.[16] La decisión es personal e incambiable; pero no por voluntad divina, sino por libertad humana, por eso la prevención del texto bajo estudio. Aquí, se refiere a una dureza de corazón extrema.
Varios eruditos sugieren que Pablo advierte a los hebreos sobre una posible apostasía futura, porque recuerda la conducta de los hebreos en el desierto y de los israelitas en el periodo monárquico.[17] Para él, “the danger of apostasy was real, and not merely hypothetical, and called for the gravest possible warning”.[18] - Renovar. En griego y su forma básica, renovar es ἀνακαινόω, y significa “hacer nuevo” (en el sentido de diferente), “renovar” y, generalmente, aparece en voz pasiva.[19] No aparece en voz activa porque la “renovación” en el creyente no es una “autorrenovación”, sino que es Cristo quien siempre renueva a la persona;[20] es una obra exclusiva del Espíritu Santo.
En 2 Corintios 4:16 y Colosenses 3:10, Pablo usa dicha palabra. En el primer texto, “renovar” es lo contrario a “deterioro”; y en el segundo connota “madurez”. En ambos textos, se resalta el proceso continuo de la renovación dirigida por el Espíritu Santo con el fin de seguir perfeccionándose.
Algunos eruditos asocian la “renovación” de Hebreos 6:6 con el día de expiación de Levítico 16 y 23.[21] Para que los hebreos participen en el día de expiación, ellos debían estar arrepentidos con el propósito de reconciliarse con Dios. Para que esto se cumpla, era relevante el sacrificio del macho cabrío para Jehová. Sin embargo, aquellos que tenían duros sus corazones y no participaban de dicho día, eran cortados del pueblo. Algo semejante sucede en Hebreos 6. El autor describe al apóstata como aquel hebreo impenitente que no quería que Dios expíe sus pecados. Así como aquel rebelde era cortado o condenado, el apóstata de Hebreos 6:6 también lo será.[22]
Por supuesto, para que haya reconciliación se necesita arrepentimiento; y para ello, es necesaria la sangre de Cristo para que todo esto se efectúe.[23] No obstante, los rebeldes del texto bajo estudio no quieren arrepentirse ni recurren a Jesucristo. Con esa actitud es imposible la renovación. “To repudiate Christ is to embrace the ‘impossible’”.[24] Lo siguiente es relevante: «In Jewish intertestamental and later literature, it is strongly emphasized that repentance was the gift of God (Wis 12:10: “You gave them a chance to repent”; Pr Man 8: “You have given me, a sinner, repentance”; cf. Acts 5:31; 11:18; 7:14). In the eschatological perspective of Hebrews, there is no other repentance than that provided by God through Jesus Christ. There is no salvation apart from the purification for sins accomplished by the divine Son in the final period of God’s redemptive activity (1:1-3)».
El apóstata no quiere renovar la experiencia de la salvación. Ha optado por seguir en el pecado y burlarse del Salvador. Su corazón está totalmente duro. Cometió el pecado imperdonable del que habló Cristo (Mt 12:31-32).[25] - Crucificar y vergüenza. El verbo ἀνασταυροῦντας (“crucificando”) significa “cercar” y “encerrar”; pero luego llegó a significar “empalar” en el sentido de “crucificar”.[26] La crucifixión era una de las penas romanas más terribles y vergonzosas.[27] Se solía crucificar a los peores delincuentes en lugares públicos y estando ellos desnudos, lo que generaba falta de pudor; aún antes de la crucifixión se exponía a burlas al condenado.[28] Generalmente, los crucificados morían al quinto o sexto día, y se solía dejar los cuerpos hasta su descomposición.[29]
Matafóricamente, la crucifixión de Hebreos 6:6 tiene que ver con pisotear “al Hijo de Dios” de 10:29; y por su uso, implica el rechazo por parte del apóstata al plan de salvación y, principalmente, la cruz de Cristo y sus beneficios. También, es probable el rechazo a la Persona misma de Jesucristo. Como Él había sido carpintero y fue crucificado, esto podría generar burlas y un cambio o rechazo a la religión cristiana.[30] El apóstata es hostil hacia Jesucristo y su obra salvífica, causando oprobio público. Johnsson declaró lo siguiente: «El apóstol describe actos de rechazo gratuito, de abierto desafío a Jesús como Señor. No se trata de ningún pecado por omisión o debilidad (en 12:1, en cambio, habla del “pecado que nos asedia”, lo que aquí queda al margen), ni tiene que ver con la vida del cristiano concienzudo, que lucha con lo que Romanos 7:24 llama “este cuerpo de muerte”. Antes bien, tenemos la imagen de un hombre o una mujer que han conocido el gozo y la dulzura de la nueva vida en el Salvador, pero deciden repudiarlo abiertamente».[31]
Johnsson sugiere que, para encontrar el significado del pecado de los apóstatas del texto bajo estudio, debemos leer Hebreos 10:26-31; 12:15-17, 25-29.[32] Por un lado, en 10:26-31, el autor resalta que el pecado de rebeldía es voluntario (v. 26). Se hace una comparación entre la ley de Moisés y el Hijo de Dios. Si el pecado en contra de la ley es condenable a muerte, “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios?” (v. 29). Ojo, no es que el Espíritu Santo se niegue a perdonar, sino que el apóstata tiene como inmunda la sangre de Cristo y rechaza rotundamente dicho perdón o salvación (v. 29). Tales personas serán condenadas (vv. 30-31).
Por otro lado, en 12:15-17, 25-29, Pablo advierte para que sus lectores no rechacen la gracia divina (v. 15). No desea que sean como Esaú, quien intentó arrepentirse, pero no lo logró y optó por la fornicación (vv. 16-17). Por ello, ya en los versículos 25-29 el autor advierte a los hebreos que escuchen la Voz de Dios y hagan lo que Él pide; de lo contrario, serían castigados, porque Él es fuego consumidor (v. 29). En resumen: «Mientras que 6:4 al 6 destaca los privilegios religiosos de los que pueden cometer apostasía, 10:26 al 31 hace hincapié en el terrible juicio a los tales, y 12:15 al 17, 25 al 29 subraya la imposibilidad de su rehabilitación espiritual. El perfil religioso es, no obstante, similar en los tres casos».[33]
En Hebreos 6:6, para la vergüenza como resultado de la crucifixión, se usó la palabra παραδειγματίζoντας, cuya forma básica es παραδειγματίζω. Este término significa “exponer al escarnio público”; y en la LXX, figura en Números 25:4 como colgar en público; en Jeremías 13:22, como “sufrir violencia”; y en Ezequiel 28:17, como “poner en la picota” (o vergüenza).[34] En el caso de este texto, el apóstata no solo rechaza a Cristo, sino que se burla de Él en público, y lo hace por medio de su mal testimonio, palabras y actitudes.
1.4. Crítica textual
En el aparato crítico de la Nestle-Aland (28th ed.) no se registra ninguna variante textual,[35] tampoco en la obra de Bruce Metzger.[36]
II.Contexto histórico
En cuanto al autor de Hebreos, gran parte de la erudición ha dejado de lado la idea de una autoría paulina. En 1979, William Johnsson afirmaba que “pocos eruditos, tanto ‘liberales’ como ‘conservadores’, se aferran a una autoría paulina de Hebreos”.[37] Hoy en día, muchos han llegado a la conclusión, como Paul Ellingworth, de que “the idea of Pauline authorship of Hebrews is now almost universally abandoned”.[38] ¿Quién pudo haber escrito Hebreos? Algunos sugieren que fue Lucas, mientras que otros apuntan a Apolos. Sin embargo, la propuesta más aceptada es que la identidad del autor sigue siendo desconocida.
Los que se oponen a la idea de una autoría paulina argumentan que:[39] 1) El autor de Hebreos afirma haber recibido el evangelio de forma indirecta (2:3), mientras que Pablo, en varias ocasiones, declara que lo recibió de manera directa (Gá 1:1, 12). 2) Existe una notable diferencia entre el vocabulario empleado por Pablo en sus otras cartas y el que se utiliza en Hebreos. 3) El uso polémico del vocabulario gnóstico en cartas como Gálatas y Filipenses no tiene paralelo en Hebreos. 4) Aunque Pablo emplea un lenguaje forense relacionado con la justificación por la fe en sus cartas, este no se encuentra en Hebreos. 5) En sus otras epístolas, Pablo destaca su autoridad como apóstol, mientras que en Hebreos no se menciona algo similar.
Por otro lado, quienes defienden la autoría paulina argumentan:[40] 1) Algunos padres de la iglesia sostenían que Pablo era el autor de Hebreos; 2) al igual que Romanos, Hebreos se incluye entre las epístolas dirigidas a las iglesias; 3) Hebreos aparece después de Filemón al final del canon paulino y en varios manuscritos minúsculos; 4) el sólido respaldo que recibió en la iglesia del Oriente durante muchos siglos; 5) la tradición manuscrita que incluyó Hebreos en el corpus paulino.
Algunos eruditos sugieren que, aunque Pablo no fue el autor de Hebreos, es probable que el pensamiento expresado en la carta sea de origen paulino. Se plantea la posibilidad de que Lucas haya sido el escritor, redactando las ideas que provenían de Pablo.
En este trabajo, sostengo que la identidad del autor de Hebreos sigue siendo incierta. Sin embargo, desde un enfoque denominacional, es relevante considerar lo que escribió Elena G. de White. Para ella, el autor de Hebreos fue el apóstol Pablo, como se refleja en su declaración: “El reino de la gracia es presentado por San Pablo en la Epístola a los Hebreos”.[41]
Consideramos que el autor de Hebreos pudo haber sido Pablo, dado que Elena G. de White así lo indicó. Sin embargo, lo que es innegable es que el autor poseía un profundo conocimiento de la literatura judía y del Antiguo Testamento, demostrando un dominio excepcional de las Escrituras hebreas. Según Peter T. O’Brien,
Our author was saturated in the Old Testament Scriptures, as shown by his extensive use throughout the epistle of the Greek Bible (LXX). He knows the content of the Scriptures intimately, and refers to those in the earliest chapters of Genesis through to the later prophetic and poetic writings (e.g., the heroes of faith in Heb. 11). He interprets the Scriptures in a variety of ways, from a typological and salvation-historical perspective to a straight literal application, as he explains the word of God and brings it to bear on the lives of his listeners (see below).[42]
No se conoce con certeza quiénes fueron los destinatarios de Hebreos, especialmente en términos geográficos. Si bien muchos creen que esta carta o sermón fue dirigido a judíos convertidos al cristianismo, el lugar exacto de destino sigue siendo incierto. Según diversos eruditos, la hipótesis más plausible es que estos judíos cristianos residían en Roma, posiblemente debido a la mención de Italia en Hebreos 13:24.[43]
El autor de Hebreos tenía un profundo conocimiento sobre la situación de sus destinatarios. Según Guthrie,
Certain practical problems such as their attitude to their leaders (13:17) and matters of money and marriage (13:4, 5) are mentioned. It seems most reasonable to suppose that the writer has personal knowledge of the specific people he has in mind throughout the epistle (cf. 13:18, 19, 23).[44]
Es muy probable que los destinatarios tuvieran un sólido conocimiento de la literatura veterotestamentaria; estaban familiarizados con los escritos de Moisés, los profetas y los Salmos, especialmente en lo relacionado con los textos cúlticos. Sin embargo, como se evidencia en la epístola, enfrentaron desafíos en su comprensión sobre la persona y obra de Jesucristo. Según Theodore H. Robinson,[45] pudieron haber recibido influencias griegas, lo que explica por qué el autor enfatiza la naturaleza divino-humana de Cristo desde el primer capítulo, así como su obra redentora y pactual en el santuario.
Al ser cristianos que vivían en Roma, es muy probable que experimentaron persecución o presión social. Esta situación podría explicar la mención en Hebreos de algunos creyentes que apostataron (Heb 6:4-6). En el primer siglo, el cristianismo era objeto de críticas por parte de los romanos, especialmente por su rechazo a la adoración exclusiva del emperador.[46] Es probable que sufrieran persecuciones bajo el reinado de Nerón, quien gobernó entre los años 54 y 68 d.C.[47]
En cuanto a la fecha de redacción, según la erudición, Hebreos no es una obra temprana. Es muy probable que haya sido escrita entre la década de los 50 y 60 d.C.,[48] antes de la destrucción del templo de Jerusalén en 70 d.C. y antes de la muerte del apóstol Pablo, que ocurrió aproximadamente entre los años 65 y 68 d.C.
Otro tema muy debatido sobre Hebreos es su género literario. Algunos sugieren que se trata de un tratado,[49] mientras que otros consideran que es una epístola. Sin embargo, muchos eruditos se inclinan a clasificar Hebreos como un sermón. De hecho, esta última interpretación es la más ampliamente aceptada en la comunidad académica.[50]
Hebreos se presenta como un sermón expositivo, lo cual se evidencia en su doble contenido: 1) teológico (expositivo) y 2) homilético (aplicativo).[51] En el aspecto teológico, se enfatiza la naturaleza divino-humana de Cristo y su plan de salvación, especialmente en relación con el santuario y el pacto. Por otro lado, en el contenido homilético, el autor se enfoca en la exhortación a los destinatarios. Teniendo en cuenta este doble contenido, William Johnsson propone el siguiente bosquejo:[52]
A. Teología 1:1-14
B. Exhortación 2:1-4
C. Teología 2:5-3:6
D. Exhortación 3:6b-4:16
E. Teología 5:1-10
F. Exhortación 5:11-6:20
F. Teología 7:1-10:18
G. Exhortación 10:19-13:25.
Como podemos observar, Johnsson propone que en todo Hebreos hay una alternancia entre cuatro temas teológicos expositivos y cuatro exhortaciones. Para O’Brien, “It highlights the author’s frequent changes in genre between exposition and exhortation. This device is significant for determining the purpose of the discourse and its development throughout”.[53] Para Albert Vanhoye, esta repetición y alternancia evidencian la unidad literaria de Hebreos.[54] Asimismo, Johnsson resalta que “las exhortaciones brotan de la teología. Es en vista de la teología presentada que los cristianos no deben descuidar ‘una salvación tan grande’”.[55]
Desde un enfoque teológico, Guthrie divide Hebreos en dos partes principales: 1) capítulos 1:1-10:18, que abordan la superioridad de la fe cristiana; y 2) capítulos 10:19-13:25, que se centran en las exhortaciones.[56] En la primera parte, se destaca la superioridad del Hijo en el plan de salvación a la luz del pacto, mientras que en la segunda parte se enfatiza la posición actual del creyente, su fe, la disciplina y los beneficios, junto con algunos consejos finales. Esta división propuesta por Guthrie refuerza la idea del doble contenido de Hebreos.
III. Contexto literario
En términos generales, Hebreos se divide en tres secciones principales: 1) la superioridad del Hijo (1:1-10:18), 2) las exhortaciones (10:19-13:16) y 3) las palabras finales del autor (13:17-25). Sin embargo, como han señalado Johnsson y O’Brien, incluso dentro del contenido teológico sobre el Hijo, hay pasajes que contienen elementos exhortativos.
La primera sección, Hebreos 1:1-10:18, enfatiza la superioridad de Cristo en comparación con los símbolos del servicio del santuario terrenal, en el contexto de los pactos antiguo y nuevo. Esta superioridad se destaca a través del uso recurrente de las palabras “más” (20 veces) y “mejor” (9 veces) en toda la epístola. Por ejemplo, el Señor Jesús es presentado como fiador de un “mejor” pacto (7:22), posee un “mejor” ministerio (8:6) y su sangre habla “mejor” que la de Abel (12:24). Además, Cristo es superior a los ángeles (1:5-14), a Moisés (3:1-6), a Josué (4:1-13) y al sacerdocio aarónico (7:26-28), entre otros.
En Hebreos, la superioridad de Cristo y su ministerio redentor son explorados desde la perspectiva del santuario. El autor aclara que el santuario es el eje fundamental para entender a Cristo, el plan de salvación y la relación pactual entre Dios y su pueblo. Por lo tanto, podría considerarse que el tema central de toda la epístola es la salvación vista a través del prisma del santuario, lo cual se refleja en los temas teológicos que el autor aborda:[57]
A. La naturaleza divina de Cristo y su superioridad a los ángeles (1:5-14)
B. La encarnación de Cristo (2:5-18)
C. Cristo como nuestro gran Sumo sacerdote (cap. 7)
D. El santuario celestial (cap. 8:1-6)
E. El pacto a la luz del santuario (8:7-13)
F. Jesús como sacrificio (9:1-10:18)
G. Jesús como mediador (9:15-10:18).
Es importante señalar que en Hebreos, desde el capítulo 1 hasta el 10 y en el capítulo 13, también se encuentran textos exhortativos. Algunos de estos son: 1) la advertencia de no descuidar una salvación tan grande (2:1-4); 2) la invitación a entrar en el reposo divino y buscar socorro oportuno (3:6b-4:16); 3) una exhortación desafiante sobre la madurez en la fe (5:11-6:20); y 4) el llamado a mantener la profesión de fe cristiana (10:19-13:25).[58] Las oraciones y frases que reflejan este contenido exhortativo son:[59]
1) “Debemos, por consiguiente, prestar más atención” (2:1-4).
2) “Por lo tanto, hermanos santos… fijad vuestros pensamientos en Jesús” (3:1).
3) “Tened por tanto cuidado” (3:12-19).
4) “Por lo tanto… tengamos cuidado” (4:1-3).
5) “Hagamos, por consiguiente, todo esfuerzo” (4:11).
6) “Por ello… aferrémonos firmemente a la fe” (4:14-16).
7) “Por lo tanto, dejemos las enseñanzas elementales” (6:1-3).
8) “Queremos que cada uno de vosotros muestre la misma diligencia” (6:11-12).
9) “Por consiguiente, hermanos… acerquémonos a Dios” (10:19-39).
10) “Por lo tanto… despojémonos de todo lo que estorba” (12:1-28).
11) “Continuad amándoos los unos a los otros como hermanos” (13:1-25).
Hebreos 6:4-6 forma parte de la tercera exhortación que abarca del 5:11 al 6:20, en la que el contexto inmediato se centra en el Sumo Sacerdocio de Cristo (4:14-9:14). Mientras Pablo explora el sacerdocio del Antiguo Testamento (5:1-10), el Sumo Sacerdocio de Cristo (4:14-16; cap. 7) y su sacrificio (cap. 9), en esta tercera exhortación se enfoca en reprender (5:11-14), advertir (6:1-6) y animar (6:7-20).[60] El propósito del autor es prevenir que los destinatarios se aparten de la fe en el Sumo Sacerdote, Cristo.[61]
El contexto inmediato de Hebreos 6:4-6 abarca desde 5:11 hasta 6:20. Como se mencionó anteriormente, este es el tercer texto exhortativo de la epístola. El objetivo de Pablo en esta sección es advertir a los hebreos sobre el peligro de caer en apostasía. Se puede bosquejar Hebreos 5:11-6:20 de la siguiente manera:
A. 5:11-14: la inmadurez espiritual.
B. 6:1-3: llamado a la madurez (perfección).
C. 6:4-8: el estado de los que cayeron en apostasía.
D. 6:9-12: motivación para la perseverancia de los santos.
E. 6:13-20: fe en las promesas divinas.
En Hebreos 5:11-14 (A), Pablo señala que la fe de sus destinatarios no es sólida y lamenta que aún necesiten los fundamentos del conocimiento de la salvación. En sus palabras, todavía requieren “leche” en lugar de alimento sólido (v. 12). En 6:1-3 (B), les hace un llamado a madurar en la fe y en el conocimiento de Dios, instándolos a avanzar hacia la “perfección” (6:1).
En 6:4-8 (C), el apóstol menciona el asunto de la apostasía y les advierte para que no caigan en ella. En 6:9-12 (D), Pablo se enfoca en motivar a los santos a perseverar en la fe, deseando se convenzan de “cosas mejores, pertenecientes a la salvación” (v. 9), sin dejar de elogiarlos por su servicio misionero (v. 10).
Finalmente, en 6:13-20, el autor concluye esta exhortación subrayando la necesidad de confiar en las promesas divinas. Los hebreos no deben apostatar, ya que las promesas provienen del mismo Dios y Él las cumplirá; deben recordar que “es imposible que Dios mienta” (v. 18).
IV. Teología
Hebreos 6:4-6 es un texto que advierte o previene una posible situación futura. El autor no describe algún pecado o situación en particular, sino que anticipa y aconseja en caso los hebreos terminen rechazando a Cristo y su salvación. Para ello, les motiva a seguir adelante. Ellos deben madurar en la fe y conocer mejor al Cristo de las Escrituras. No deben menguar en momentos de crisis; al contrario, son llamados a creer y atesorar las promesas divinas. Pablo les advierte para que nunca apostaten, sino que maduren en la fe y en el conocimiento de Cristo.
La palabra “recayeron” se lo debe entender en sentido de “apostataron”, y en este texto, el “apóstata” no solo es aquel que aparta del redil, sino es el que rechaza a Cristo, su salvación y se burla abiertamente de Él; en sí, la apostasía de la que habla Hebreos 6:4-6 es el pecado imperdonable de Mateo 12:31-32. Los apóstatas de este texto se rebelan en contra de Dios, lo rechazan y no quieren saber nada de Él; a la par, continúan pecando, burlándose de Él y dejándolo en ridículo. Ellos no quieren arrepentirse. Haga lo que haga el Espíritu, igual será rechazado. No es que Dios no quiera perdonarlos, ellos no quieren recibir Su perdón.
Los apóstatas tampoco quieren ser renovados. No quieren arrepentirse ni volver a creer en Jesucristo. Para ellos, la salvación es una burla y no la desean aceptar. Quieren seguir en sus pecados y en sus ideas. Como para la renovación se necesita de arrepentimiento, y tal requiere de la obra del Espíritu y de la sangre de Cristo para purificación, estos impenitentes optan por rechazar todo ello. Simplemente, quieren seguir en el pecado. Ellos no quieren ser salvados en el pecado; lo que ellos desean y les agrada es seguir pecando.
Finalmente, ellos deciden no solo rechazar la salvación en Cristo y vivir en el pecado, sino de burlarse públicamente de la Persona de Cristo y las acciones del Espíritu Santo. Optan por rebelarse abiertamente y hacer quedar mal al Señor. Si bien es cierto el pecado de un gentil es bochornoso, la rebeldía de un “ex cristiano” es peor.
Se espera que el texto bajo estudio motive a cada adventista del séptimo día a perseverar en la fe y no inclinarse por la apostasía. Para que eso no suceda, es muy recomendable decidir por Cristo y madurar diariamente.
Referencias:
[1]Si bien es cierto varios eruditos dicen que la “iluminación” de este texto hace referencia al bautismo, lo más recomendable es entenderlo como el momento de la conversión (cf. Heb 10:32; 2 Co 4:4-6). Ver Thomas R. Schreiner, Biblical Theology for Christian Proclamation: Commentary on Hebrews, ed. T. Desmond Alexander, Andreas J. Köstenberger y Thomas R. Schreiner(Nashville, TN: Holman Reference, 2015), 178.
[2]Ver Michael S. Heiser, “Participio”, en Glosario de la base de datos de terminología morfológica-sintáctica (Bellingham, WA: Logos Bible Software, 2005), s.v.; Albert L. Lukaszewski, “Participle”, en The Lexham Syntactic Greek New Testament Glossary (Bellingham, WA: Lexham Press, 2007), s.v.
[3]William Johnsson, Gracia para el oportuno Socorro: El mensaje de Hebreos hoy, trad. Juan F. Sánchez (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2016), 176. Su obra original fue publicada en inglés y en el año 1979.
[4]Paul Ellingworth, The Epistle to the Hebrews, en New International Greek Testament Commentary, ed. L Howard Marshall y W. Ward Gasque (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1993), 358; Schreiner, 175.
[5]Ibid., 175.
[6]Ibid., 176.
[7]Ibid.
[8]George W. Buchanan, To the Hebrews, en The Anchor Bible, ed. William Albright y David Freedman (New York, NY: Doubleday, 1972), 36:105-106.
[9]Ellingworth, 352.
[10]W. Michaelis, “παραπíπτω [descarriarse]”, en Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento, ed. Gerhard Kittel, Gerhard Friedrich y Geoffrey W. Bromiley, trad. Carlos Vargas (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2003), 826-827.
[11]W. Vine, “transgredir, transgresión”, Vine: Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville, TN: Caribe, 1999), 345.
[12]Joseph Henry Thayer, Greek-English Lexicon of the New Testament (Nueva York, NY: Harper & Brothers, 1889), 221.
[13]W. F. Arndt, F. W. Gingrich y Frederick W. Danker, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature (Chicago, IL: University of Chicago Press, 1988), 321.
[14]Michaelis, 827.
[15]Schreiner, 176.
[16]Hebrews 1-8, en Word Biblical Commentary, ed. David Hubbard y Glenn W. Barker (Grands Rapids, MI: Zondervan, 1991), 47A:341.
[17]William L. Lane, Hebrews 1-8, en Word Biblical Commentary, ed. Ralph P. Martin, et. al. (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1991), 47A:340; Simon J. Kistemaker, Hebreos: Comentario al Nuevo Testamento, trad. Norberto E. Wolf. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1999), 192-193.
[18]Lane, 47A:340.
[19]Vine, 890.
[20]J. Behm, “ἀνανεóω”, Compendio, 614.
[21]Craig R. Koester, Hebrews, en The Anchor Yale Bible: A New Translation with Introduction and Commentary (London: Yale University Press, 2008), 235.
[22]Buchanan, 107-109.
[23]Ibid., 108.
[24]Lane, 47A:341.
[25]Esta es la conclusión de muchos eruditos: si para estos apóstatas es imposible cualquier renovación, evidentemente han cometido el pecado imperdonable. Ver Lane, 47A:340; Kistemaker, 192-193; Buchanan, 107-109.
[26]J. Schneider, “ἀνασταυρóω”, Compendio, 1052.
[27]Aunque también se crucificaba en la India, Alemania y al norte de África. Ver Eugene E. Carpenter y Philip W. Comfort, “Cruz”, en Glosario Holman de términos bíblicos: Exposición de importantes expresiones hebreas y griega, trad. Adriana Tessore (Nashville, TN: Broadman & Holman, 2003), 258.
[28]Schreiner, ”σταυρóς”, Compendio, 1051-1052.
[29]Carpenter y Comfort, “cruz”, 258.
[30]Johnsson, 178-179.
[31]Ibid., 177-178.
[32]Ibid., 174.
[33]Ibid., 177.
[34]H. Schlier, “παραδειγματίζω [exponer a la burla]”, Compendio, 144-145.
[35]Eberhard Nestle y Erwin Nestle, Nestle-Aland: NTG Apparatus Criticus, 28th ed., ed. Barbara Aland et. al. (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 2012), 665-666.
[36]Bruce Metzger, “The Letter to the Hebrews”, en A Textual Commentary on the Greek New Testament (New York, NY: United Bible Societies, 1997), 666-667.
[37]Johnsson, 29.
[38]Ellingworth, 93.
[39]Ibid. 95-98.
[40]Ibid.
[41]El conflicto de los siglos (Washington, DC: Ellen G. White Estate, Inc., 2012), 390.
[42]The Letter to the Hebrews, en The Pillar New Testament Commentary, ed. D. A. Carson (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2010), 47.
[43]Donald Guthrie, Hebrews: An Introduction and Commentary, en Tyndale New Testament Commentaries, ed. Leon Morris (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2009), 15:30. Ver también O’Brien, 54.
[44]Ibid. 29.
[45]The Epistle to the Hebrews, en The Moffatt New Testament Commentary, ed. James Moffatt (New York, NY: Harper and Brothers, 1933), xiv.
[46]En el primer siglo, se reconoce a dos emperadores romanos que persiguieron a la iglesia, a saber, Nerón y Domiciano.
[47]William L. Lane, Hebrews 1-8, en Word Biblical Commentary, ed. Ralph P. Martin, et. al. (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1991), 47A:lviii; Bruce, F. F., The Epistle to the Hebrews, en New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1990), 11-13, 22-25.
[48]O’Brien, 56.
[49]Lane, 47A:lviii. En realidad, por su contenido, Hebreos no es un tratado. “Un tratado consiste en una exposición o discurso sobre un tema determinado, pero Hebreos encierra una cierta cantidad de doctrinas y disemina entre ellas exhortaciones pastorales”. Kistemaker, 14.
[50]Por ser un sermón expositivo, evidentemente Hebreos fue leído de forma oral a la congregación; por tanto, “we should attend to the letter’s oral character”. Schreiner, 26.
[51]Johnsson, 20, y O’Brien, 47. Kistemaker, 14, opta por “doctrina” y “exhoración”.
[52]Johnsson, 21. Algo semejante sugiere O’Brien, 48.
[53]O’Brien, 49.
[54]Structure and Message of the Epistle to the Hebrews (Rome: Gregorian & Biblical Press, 1989), 24.
[55]Ibid., 21.
[56]Guthrie, 51-64.
[57]Me baso a lo propuesto por Johnsson, 27-30; Guthrie, 63-65; y Schreiner, 31-35.
[58]Aunque estas cuatro exhortaciones fueron sugeridas por Johnsson, varios eruditos coinciden con él o entre ellos.
[59]Kistemaker, 21-22.
[60]Johnsson, 28.
[61]Schreiner, 32.