Para obtener una comprensión más completa del pasaje bíblico en Apocalipsis 2:8-11, es esencial estudiar el contexto histórico de la Iglesia de Esmirna; lo que nos proporcionará una perspectiva más clara sobre el mensaje que el apóstol Juan recibió y transmitió a esta comunidad de creyentes. La arqueología será de gran ayuda para cumplir los objetivos.
1. La ciudad de Esmirna
Se reconoce la existencia de dos ciudades conocidas como Esmirna en la antigüedad. La primera Esmirna estaba ubicada en el extremo nororiental del golfo de Esmirna. Sin embargo, esta ciudad sufrió la devastación y la destrucción en el siglo VI a.C., lo que provocó que sus habitantes se dispersaran y buscaran refugio en las villas cercanas.
Posteriormente, en el siglo IV a.C., Alejandro Magno emprendió la reconstrucción de Esmirna, pero esta vez en una ubicación diferente, al sureste del mismo golfo donde se encontraba la primera ciudad. Esta nueva Esmirna se convirtió en una ciudad próspera y significativa en la región, destacándose por su ubicación estratégica (a 68 kms. de la ciudad de Éfeso)[1] y su floreciente comercio marítimo. “La ciudad tenía varias plazas y pórticos, una biblioteca pública, numerosos templos y otros edificios. Su acueducto aseguraba una amplia provisión de agua”.[2]
Según los hallazgos arqueológicos, Esmirna se remonta a 8.500 años a. C.[3] La ciudad fue establecida originalmente por los Léleges, un pueblo originario de Anatolia. A lo largo de su historia, pasó por el dominio de diversas civilizaciones, incluyendo a los jonios, romanos, bizantinos y selyúcidas. Sin embargo, alcanzó su mayor importancia durante el período en que estuvo bajo el control del Imperio Otomano, desde el siglo XV hasta el siglo XIX d.C.[4] Su mayor apogeo se dio en el siglo XIX, “cuando la ciudad se convirtió en el principal puerto de entrada de Europa a Anatolia occidental”;[5] es más, se convirtió en el mayor centro comercial de la región después de Éfeso.[6]
Es posible que el término “Esmirna” tenga un origen etimológico vinculado a la “mirra”, una resina amarga y altamente aromática extraída de árboles nativos de África oriental y Arabia. Esta conexión podría explicarse por el hecho de que Esmirna era una ciudad conocida por su producción y comercio de mirra. La mirra se utilizaba en diversas aplicaciones, incluido el proceso de embalsamamiento debido a su fragancia distintiva. Además, simbólicamente, la mirra estaba asociada con la amargura y el sufrimiento.[7]
Esmirna se destacaba entre las ciudades de Asia Menor debido a sus recursos naturales excepcionales, que no tenían parangón en la región. Estos recursos fueron hábilmente aprovechados, sirviendo como base para su próspera economía, centrada principalmente en actividades agrícolas.[8] Eso le llevó a ser reconocida por su desarrollo económico, comercial, cultural, étnico y religioso.[9] Además, Esmirna se erigía como un destacado centro de ciencia y medicina en la región.[10] En cuanto a su arquitectura y templos, la ciudad era renombrada por su belleza, siendo apodada “la corona de Esmirna”.[11]
Esmirna sufrió la devastación de dos terremotos, uno en el año 178 y otro en el 180 d. C. A pesar de ello, existe la posibilidad de que Marco Aurelio (161-180 d. C.) haya reconstruido vastas zonas de la ciudad,[12] y lo hizo entre dos y tres años.[13] En realidad, no nos debe sorprender lo sucedido, porque Esmirna, debido a la naturaleza volcánica de la región, era muy vulnerable a terribles terremotos.[14]
Desde el siglo XI a. C., Esmirna contaba con un próspero puerto que la convertía en un floreciente centro comercial[15] y marítimo en la región del mar Egeo. Principalmente, se comercializaban “productos agrícolas, bienes manufacturados, materias primas y productos de lujo”.[16] Además, fungía como un “centro de tránsito para barcos de navegación Grecia, Asia Menor, el Levante y otras regiones del Mediterráneo oriental”.[17]
En Asia menor, hubo tres grandes centros religiosos: el templo de Diana en Éfeso, el altar de Zeus y el templo de Asclepio en Pérgamo, lo que generó una fuerte influencia del culto romano en toda la región.[18] Por ejemplo, Esmirna fue muy leal al imperio, su religión y culto al emperador. Esta ciudad fue la primera en Asia Menor en levantar un templo en honor a la “diosa Roma” (o “Dea Roma”), una divinidad que personificaba toda la ciudad de Roma.[19] Asimismo, en el año 26 d. C., Tiberio eligió a Esmirna como “guardián del templo” para el culto de sí mismo,[20] el cual fue destruido por el terremoto que hubo en 178 d. C. En realidad, fue con Tiberio que inició el culto imperial en Esmirna.[21]
De acuerdo con el tratado de Esmirna y Magnesia del año 241 a. C., de todos los dioses que se adoraban en Esmirna, parece que el dios supremo era Zeus, el cual fue muy relacionado con el dios Asclepio sanador (que era adorado en la ciudad de Pérgamo). Esto generó que en Esmirna se levantara un Asclepeion, un templo curativo, que se ubicaba cerca del mar.[22] Otro templo que se levantó en esta ciudad en el siglo VI a. C., fue el de Atenea Polias, diosa de la guerra y la sabiduría.
Hoy en día, la antigua Esmirna se llama “Izmir” (en turco), que es la capital de provincia y principal puerto de Anatolia occidental, en la costa del mar Egeo.[23] También, es la tercera ciudad más grande y la segunda ciudad portuaria más importante de Turquía. Actualmente, tiene una población de cuatro millones de habitantes. Se cree que el poeta Homero habría nacido en esta ciudad.[24]
2. El cristianismo en Esmirna
Posiblemente, “la actividad misionera, el contacto con el judaísmo, los viajes misioneros de figuras clave como Pablo y la correspondencia entre líderes cristianos”[25] ayudaron para que la iglesia se establezca en dicho lugar. Algunos creen que la iglesia se fundó entre los años 53 y 56 d. C. gracias a la labor misionera —ya sea directa o indirectamente— de Pablo. Con todo, lo que sí se sabe, es que para el siglo II d. C., Esmirna llegó a ser un centro cristiano poderoso en la mitad oriental del imperio romano.
Policarpo y Pionio (murió alrededor del año 250 d. C.) destacan como los mártires cristianos más renombrados de Esmirna. Según la tradición cristiana, Policarpo (aprox. 70-155 d. C.) fue discípulo directo del apóstol Juan. Además, es probable que la mayoría de los cristianos en Esmirna pertenecieran a los estratos socioeconómicos más bajos.[26]
Uno de los desafíos que enfrentaron los cristianos en Esmirna fue la presencia de la comunidad judía. Lamentablemente, solo unos pocos judíos se convirtieron al cristianismo.[27] Ellos eran numerosos, ricos y siempre acusaban a los cristianos ante los romanos, con el fin de que el Estado se ocupase de castigarlos. Según la erudición, a los cristianos se les acusaba principalmente por tres aparentes errores:[28]
- Se les acusaba de ser ateos, ya que no adoraban al panteón de dioses del imperio romano.
- Se les acusaba de ser caníbales, pues se creía que los cristianos, cuando participaban de la Cena del Señor, hablaban de consumir carne y beber sangre.
- Se les acusaba de ser anti-patriotas, ya que se negaban a realizar sacrificios al emperador. Muchos emperadores promovían la adoración a sí mismos, algo que los cristianos se negaban a hacerlo.
Como el imperio romano era el que velaba por la prosperidad de las ciudades de Asia menor, cualquier ciudadano que no obedecía a los requerimientos del emperador era mal visto; y como los cristianos rechazaron el culto al emperador, ellos fueron discriminados por los romanos.[29] Según Saavedra, “La actitud hostil de la población pagana creó un ambiente en el que ser cristiano era incompatible con el estilo de vida del Imperio Romano”.[30] El solo hecho de ser cristiano ya era causal de condena.
Con todo, por lo menos en tiempos de paz, el cristianismo en Esmirna creció en gran manera; no solo en número, sino también en su espiritualidad. Es interesante que de las siete iglesias del Apocalipsis (caps. 2 y 3), Esmirna es, junto con Filadelfia, las únicas que no reciben amonestación. Según Saavedra, esto se debió principalmente a la influencia y autoridad que tuvieron Pablo y Juan en las iglesias de Asia menor.[31]
3. Algunos hallazgos arqueológicos en Esmirna
Arqueológicamente, cualquier investigación de la actual Esmirna es difícil, por una sencilla razón: “la ciudad moderna cubre la antigua”.[32] Con todo, la Asociación Histórica Turca se ha concentrado más en hacer excavaciones en el área del ágora (antiguas ciudades griegas). Sin embargo, los hallazgos tienen que ver más con las reconstrucciones de Marco Aurelio.[33]
Si bien es cierto hubo varias excavaciones en Esmirna,[34] aquí nos queremos centrar en las que fueron llevadas a cabo por Ekrem Akurgal y J. M. Cook,[35] las cuales fueron importantes porque ayudaron a conocer más acerca de la historia y arqueología de la ciudad bajo estudio, sobre todo su pasado antiguo.[36] Lo siguiente es importante:
“Estas excavaciones proporcionaron una visión detallada de la historia antigua de Esmirna y su importancia en la región del Egeo. Además de desenterrar estructuras y artefactos, los arqueólogos también estudiaron la evolución urbana y cultural de la ciudad a lo largo de los siglos. Sus hallazgos han sido cruciales para comprender la vida cotidiana, la religión, la política y el comercio en la antigua Esmirna y su entorn”.[37]
Entre 1948 y 1951, Akurgal y Cook dirigieron una excavación en la antigua ciudad de Esmirna. Akurgal (arqueólogo turco) se dedicó a investigar en los alrededores de la ciudad, entre ellos estaba la ciudad antiguo de Teos, al sur de Esmirna, revelando importantes estructuras como un teatro, ágora, templos y casas. Los resultados de su investigación, los publicó en 1983.[38]
Por su parte, Cook (arqueólogo británico) hizo sus investigaciones en Bayrakli, la antigua Esmirna, y en los lugares más cercanos, como Clazómenas y Magnesia ad Maeandrum. Este arqueólogo exploró las capas de Bayrakli para tener información sobre cómo había evolucionado la ciudad, desde sus orígenes hasta cuando logró ser una de las más importantes de la región e imperio.[39]
También, Cook investigó templos o santuarios en Esmirna, y entre ellos estuvo el santuario de Atenea. Esta investigación la hizo con R. V. Nicholls.[40] Esto ayudó a conocer mejor la distribución de los edificios religiosos de la ciudad. Revelaron también la variedad de artefactos y objetos asociados con el culto en el templo.[41] En general, este trabajo aportó para conocer mejor sobre la vida religiosa de Esmirna antigüa.
Una reflexión
En primer lugar, creemos que la Arqueología y la Historia han aportado bastante para demostrar la existencia de la antigua y actual Esmirna, aquella ciudad que menciona el libro de Apocalipsis. Con estos hallazgos, será difícil dudar del hecho de que el apóstol Juan, alrededor del año 95 d. C., escribió una carta dirigida a la iglesia que se ubicaba en Esmirna. Existe suficiente evidencia de que esta ciudad existió y que también hubo presencia cristiana.
En segundo lugar, de acuerdo con lo investigado, es interesante que la Historia eclesiástica confirma lo que registra Apocalipsis 2:7 en adelante. La iglesia en Esmirna se caracterizó por ser fiel y leal a Cristo, a tal punto que no recibió reproche alguno; y esto se evidencia en la fidelidad de los creyentes en medio de las persecuciones de los emperadores romanos. Esto revela que el apóstol Juan, cuando escribió Apocalipsis 2:7-11, hizo una descripción genuina de cómo era la iglesia bajo estudio.
Finalmente, Dios nos motiva a seguir investigando con el fin de corroborar científicamente lo que dice su Palabra. Hacerlo, ayudará a responder a toda clase de cuestionamientos que coloquen en tela de juicio la veracidad de las Escrituras.
Referencias:
[1]Howard Vos, Diccionario bíblico-arqueológico, ed. Charles Pfeiffer, trad. Roberto Gama (El Paso, TX: Mundo Hispano, 1982), 124.
[2]Ibid.
[3]“Municipalidad metropolitana de Izmir”, İzmir Büyükşehir Belediyesi Resmi Logosu, https://www.izmir.bel.tr/YuklenenDosyalar/Yayinlar/0_20072018_050129_tourism-in-izmir—spagnolo.pdf?fbclid=IwAR1JNme4ts4EMv7rfc1G1P3S0bA5hzhO1-mH9D3_bHABFyrH4-1aP5yl0t4 (consultado: 3 de febrero, 2024), 3.
[4]Burcu Taşci, Büke Özden, Fatma Davras y Hümeyra Birol Akkurt, “Rediscovering the 19th Century of a Port Town in Levant: Smyrna/Izmir”, Athens Journal of Mediterranean Studies 1, no. 1 (2015): 61.
[5]Fatma Tanis, “The Lost Identity of Izmir”, History Urbanism Resilience: Ideas on the Move and Modernisation 17, no. 1 (2016): 382.
[6]Mauricio Saavedra, The Church of Smyrna: History and Theology of a Primitive Christian Community (New York, NY: Peter Lang, 2015), 124.
[7]“¿Es cierto que Esmirna deriva de la palabra mirra?” prompt. ChatGPT, Septiembre 25 version, OpenAI, 6 de febrero, chat.openai.com.
[8]Taşci, Özden, Davras y Akkurt, 61.
[9]Ibid., 62.
[10]David Aune, Revelation 1-5, en Word Biblical Commentary (Grand Rapids, MI: Zondervan 2013), 52A:162-164.
[11]Sobre Esmirna desde el siglo XVII en adelante, ver Cohen y Aviv, 826-828; Evangelia Boubougiatzi, Ifigenia Vamvakidou y Argyris Kyridis, “‘Greeks’ Identities in Smyrna, 19th-20th Century Local and Global Parameters”, Review of European Studies 5, no. 1 (2013): 124-131; Taşci, Özden, Davras y Akkurt, 61-80.
[12]Pfeiifer, 124. Eran comunes los terremotos en Asia menor y las reconstrucciones por parte del imperio romano.
[13]Saavedra, 115.
[14]Ibid., 98.
[15]Tanis, 382. Desde tiempos antiguos, en concreto, desde la edad dorada de Esmirna, aproximadamente alrededor del año 650 a.C., la ciudad ya había establecido un próspero comercio marítimo.
[16]“¿Objetivos del puerto de Esmirna antigua?” prompt. ChatGPT, Septiembre 25 version, OpenAI, 6 de febrero, chat.openai.com.
[17]Ibid.
[18]Saavedra, 125.
[19]Aune, 52A:164.
[20]Ibid.
[21]Murat Kiliç, “The Roman Imperial Cult in Smyrna”, Belleten CLXXVI (2012): 25395.
[22]Saavedra, 127.
[24]“Municipalidad metropolitana de Izmir”, 2.
[25]“¿Cómo llegó el cristianismo a Esmirna?” prompt. ChatGPT, Septiembre 25 version, OpenAI, 6 de febrero, chat.openai.com.
[26]Ranko Stefanovic, La revelación de Jesucristo: Comentario del libro de Apocalipsis, trad. Rolando A. Itin (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2013), 123-124.
[27]Cohen y Aviv, 826.
[28]Stefanovic, 124-126.
[29]Saavedra, 203-204.
[30]Ibid., 229.
[31]Ibid., 232.
[32]Pfeiffer, 124.
[33]Haim J. Cohen y Efrat E. Aviv, “Izmir (Smyrna)”, en Encyclopaedia Judaica. Vol. 10, ed. Fred Skolnik y Michael Berenbaum, 2nd ed. Farmington Hills, MI: Keter Publishing, 2007), 826-828.
[34]Por ejemplo, el montículo de Yesilova, el montículo de Tepekule, Kadifekale, entre otras. Ver “Muni”, 4-5.
[35]Ver J. M. Cook y R. V. Nichols, Old Smyrna Excavations: The Temples of Athena. With an Appendix by D. M. Pyle, Annual of the British School at Athens, Supplementary, vol. nro. 30 (London: The British School at Athens, 1998).
[36]“¿Qué de la investigación de J. M. Cook?” prompt. ChatGPT, Septiembre 25 version, OpenAI, 15 de abril, chat.openai.com.
[37]Ibid.
[38]David Hill, “The formation and development of political territory and borders in Ionia from the Archaic to the Hellenistic periods: A GIS analysis of regional space”, Journal of Greek Archaeology 4 (2019): 96-129.
[39]Para un mayor estudio, ver “Old Smyrna Campaign 1948-1951”, British School at Athens, Digital Collections, https://digital.bsa.ac.uk/fieldwork.php?project=272 (consultado: 20 de abril, 2024).
[40]Cook y Nichols.
[41]“¿Cuál fue la contribución entonces de las excavaciones de dicho templo [de Atenea]?” prompt. ChatGPT, Septiembre 25 version, OpenAI, 21 de abril, chat.openai.com.